Isabella abrió con total tranquilidad la cremallera de su abrigo de plumas, revelando así, un cuerpo tan delgado que solo quedaban huesos debajo: —La única razón por la que como mujer logré sobrevivir fue solamente para asustar a las niñas que venían a nacer.

Nadie podría imaginar, al ver la hermosa cara de Isabella, la cantidad de cicatrices horribles y feas que tenía en su bello cuerpo. Hasta este momento, aquellos que previamente se burlaban de Isabella al ver sus fotos desnudas, insinuando que disfrutaba del maltrato, quedaron estupefactos, en absoluto silencio.

Las fotos en la pantalla grande cambiaron una vez más, mostrando a una pequeña niña con la cara sucia, el cabello amarillento y un cuerpo lleno de heridas que eran difíciles de mirar, pero sus ojos brillaban con total determinación. Las cicatrices en el cuerpo de Isabella y las heridas frescas y sangrientas de la niña en la foto causaron un impacto visual muy tremendo.

—Esta soy yo, recién escapada del pueblo de la familia