Antes de salir en el programa, la familia García ya había planeado divulgar el nombre y la escuela de Isabella. Pretendían difamarla, difundir rumores para que todos la repudiaran y así lograr que Isabella no pudiera quedarse en Valle Azul, obligándola por completo a regresar al pueblo de la familia García.

Destruir a una chica es sorprendentemente sencillo; solo se necesita esparcir rumores infames. El difamador solo tiene que decir una frase, y la persona difamada, a pesar de invertir todo su tiempo y energía, a menudo no puede demostrar la verdad. Aunque la verdad salga a la luz, al difamador solo le hace falta una simple disculpa para que todo sea olvidado.

Y, por si fuera poco, Isabella realmente había sido difamada por Esteban.

La señora García se dejó caer al suelo y golpeó con fuerza sus piernas mientras lloraba desconsolada: —Cuando Isabella se fue de nuestra casa, era una buena niña.

Pero mira cómo la han educado, una estudiante ejemplar de la Universidad del Horizonte Brill