En ningún momento de mi vida, creería que llegaría a éste punto, jamás. Cada día me convenzo de que jamás podré amar a ése hombre, aún siendo tan parecido al hombre que amé con toda mi alma, pero por dentro era tan pero tan diferente a él.Él es, el hermano del amor de mi vida, quién desgraciadamente ya no está.—Una cosa quiero que tengas claro, que no me estoy vendiendo, y que yo siempre voy a amar a tu hermano —digo, mientras le clavo la mirada manteniéndome firme.Con un sutil movimiento deja su reloj sobre su escritorio, y vuelve a mirarme, pero ésta vez me clava sus ojos grises tan oscuros.—Y yo no quiero que te confundas, que tengas muy claro que… Yo, no soy Él.«Y jamás lo ser&aac
POV: MARÍA JOSÉDicen que el amor llega cuando menos te lo esperas, no puedo negarme a esa afirmación, soy testigo de ello. ¿Han sentido eso de conocer a su media naranja? En el momento menos esperado, pero sobre todo sentir el amor puro recorrer cada esquina de tu piel, y estar segura de que esa persona siente lo mismo.Su nombre es Antonio, ay es todo lo que no pedí, pero suficiente para mí.Nadie sabe sobre nuestra relación de dos años, recién cumplidos, y mantenerlo oculto ha sido sencillo, menos por la parte pública, pues él es una figura pública, y mi familia igual.Él, sólo vino a acompañarme, a ser mi compañero de aventuras, antes era feliz sólo que ahora lo soy más, él, lo ha completado, porque como persona, soy mía, luego
POV: MARÍA JOSÉ.La bocina suena, y me paro inmediatamente, acomodo mi vestido negro y salgo de casa. Mis padres no están, pero ya le había avisado a mi madre que saldría, aunque ya soy toda una adulta, no me gusta tener que preocuparlos.—Buen día, Manuel —saludo al chofer de mi novio sonriendo.—Buen día señorita —contesta formalmente abriendo la puerta del jeep.Subo y me acomodo, sé que el viaje será un poquito largo, pues su casa cerca de la playa queda a una hora de la mía. Es nuestro lugar de encuentro, ahí no tenemos que preocuparnos por los reporteros.Ignoro sus mensajes y me concentro en un vídeo de maquillaje, espero que papá no me esté necesitando en la oficina, tuve suficientes vaca
Me quedo perpleja, mañana es viernes, y no es como que el sábado estuviera tan lejos.Parpadeo varias veces, sin dejar de clavarle mis ojos.—¿Estás listo?Suspira, regresa hacia el sofá y se sienta a mi lado.Toma mis manos atrayéndome a él.—Como nunca antes, sé que estás asustada, temes su reacción pero peor es dejar que pase más tiempo.Tiene razón.Pero…Pero, ¡tengo miedo! No me quiero ni imaginar el hecho de que me quieran separar de él. Muero.—Tienes razón —toco su mejilla. —. Pero tengo mucho miedo, yo estoy dispuesta a renunciar al resto con tal de estar contigo. 
POV: Antonio.Miro a las tres personas que tengo en frente esperando que me digan lo que tienen que decir. Mi hermano está al lado de mi padre, como siempre la mano derecha de la familia.A sus veintisiete no ha hecho más que trabajar afanadamente y divertirse cuando le da la gana.—Tú eres la solución, Antonio —empieza mi padre.—¿Cómo?—pregunto confundido.—Te tienes que casar.Si no estuviera mirando a mi padre fijamente a los ojos, me hubiese estallado a carcajadas, pero su expresión es muy seria.—Ni de bromas —aclaro. Por nada del mundo me casaría con alguien que no sea María José, mucho menos tendría el valor de lastimarla de esa manera, es mi tesoro má
POV: MARÍA JOSÉ.A regañadientes accedo a ayudar a mi madre con la supuesta cena, por mí, podrían cancelarla. No he visto a papá en todo el día, no hasta que nos topamos en la sala, él intenta darme una explicación pero no se la recibo.Estoy muy resentida.No me pienso casar, al menos con nadie que no sea Antonio.No quiero salir de la cocina, pues según oí, ya llegaron, pero debo entregarles estos bocadillos a mi madre, después de tanto pensarlo salgo de la cocina,Lo hago rápido porque no quiero tener que saludar, no sé si pueda controlar mi rabia. Miro hacia la sala para asegurarme de que están atentos a otra cosa pero mis ojos se encuentran con los azules claros de Antonio.Me quedo perpleja, quiero ha
Mi padre aún no dice palabra alguna, y eso me aterra. Mi madre me mira fijamente con asombro, niega con la cabeza como si quisiera borrar algo de su mente.—No van a decir nada —comento al no obtener más que suspiros departe de ellos.—¿Por qué?—pregunta mi madre frunciendo el ceño.—Tenía miedo mamá…—¿Miedo de nosotros?—indaga mi padre.—Lo siento —agacho la cabeza.Nos piden que nos retiremos para ellos discutir sobre el tema, llevo a Antonio a mi habitación donde nos encerramos a esperar mientras tanto.—¿Qué crees que harán?—Lo importante de todo esto, son las empresas, les conviene nuestra boda —me acorr
Siento las manos de mi madre que intentan ayudarme a mantenerme de pie, mi pecho duele muchísimo de sólo imaginar lo peor.—Él no… —mi voz sale tan ronca que hasta yo me sorprendo. —. ¿Está bien?Lleva una mano a sus labios frustrado, en sus ojos veo la ganas de llorar, las ganas de derrumbarse pero por alguna razón se mantiene firme.Niega con la cabeza tomando su mechón con fuerza.—Lo siento…Esa es la frase que me derrumba, grito con fuerza, lloro, mi pecho ya no se hunde, si no que siento como si me estuvieran cortando pedazo por pedazo el corazón, me duele tanto que mi respiración se corta.Mi madre asustada me sostiene rápidamente y terminamos ambas en el suelo, me abraza y yo lloro, grito entre sus brazos, los