—Jamás te habría extrañado. Pensé que eras una persona decente. ¿Por qué haces esto?—Ahora me vas a dejar hablar a mí. Te voy a contar mi historia. Te daré el beneficio de saber todo antes de morir.—Sabía que alguien ayudaba a Andrés, no podría haberlo hecho todo solo.—Y no lo hizo. Fuiste más lenta de lo que pensé. A estas alturas, según yo estarías enterrada y olvidada. Mi padre era el dueño de la mansión. No mató ni a mi madre ni a mí. Escapamos. Era médico, pero estaba completamente loco, por eso mi madre se escapó conmigo. Él era un maniático del control, sabía perfectamente dónde nos escondíamos, así ella por mi seguridad, me envió a Chile. Ahí me adopto quien fue mi padre: César Merino. —Ahora entiendo..., doctor Merino. —Rodolfo Merino Cooper. Volví a mi apellido cuando mi padre falleció. Dejo una herencia bastante suculenta y no podía perderlo. Hice todos los trámites necesarios para volver a ser un Cooper. —Tú me robaste toda la documentación que tenía en mi cartera so
¡Hola a todos! Les cuento que ya está disponible el borrador de la secuela de «No me busques». Te encontraré estará pronto en BueNovela. Les dejo la Sinopsis.Todo parece volver a la normalidad en la vida de Emilia. Después de lo ocurrido —y un final un poco confuso para ella—, decide seguir su vida junto a Nicholas, hasta que una llamada inesperada y muchas mentiras la obligan a llegar a la verdad. Sin saber qué es lo que encontrará y las consecuencias de su decisión, sigue involucrándose en la oscuridad de un juego que parece interminable.Te encontraré es la secuela de No me busques, en donde las fantasías de Emilia y Nicholas cobrarán vida, sin imaginar que todo lo que hacen, está siendo observado por una persona que está dispuesta a todo, con tal de conseguir lo que quiere.¿Te atreves a jugar?
Llevaba en casa sólo una semana. Todo me traía los peores recuerdos que una mujer puede tener. Cada vez que planeaba tener sexo con Nicholas mi cabeza se bloqueaba y mi libido desaparecía. No entendía por qué, ya que el sexo siempre fue mi solución mental. Ni hablar siquiera de desvestirme frente a él, me sentía sucia y avergonzada. Renato se reía de mi diciendo que mi vagina se había puesto un candado y que había quedado muda porque hablaba mucho, pero yo sabía que a ella le quedaba mucho que decir, sobretodo de Nicholas. Agradecía cada momento, cada mimo y cada cariño que me daban, pero nada me subía el ánimo. Mi psiquiatra me recomendó tomar un descanso, lejos de todos. Necesitaba sanar, pero no quería estar sola. Tenía que pensar, el tiempo me diría que hacer y si entrar a rehabilitación era la solución, lo haría.
No era fácil tener la mente clara en esos momentos. De verdad estaba arrancando y, aunque estaba a solo unas horas de alejarme de todo, tenía miedo. Miedo de que, mi exnovio, me encontrara y se enterara de que en mis planes, no estaba la idea de regresar con él.Durante mucho tiempo soporté sus amenazas, sus gritos y sus golpes, pensando que algún día cambiaría y que volveríamos a ser felices como lo fuimos en el comienzo de nuestra relación, pero me equivoqué. Nada cambió de su parte. Me encontraba en el aeropuerto de Santiago, Chile, pidiendo a Dios que la fila del counter se apresurara, ya que quería ingresar pronto a la salida internacional para no ser encontrada.Desde que mis padres fallecieron en un accidente automovilístico cuando solo tenía dieciocho años, me las he arreglado sola. Si bien es cierto, mi vida no era la más acomodada, pero era feliz y estaba consciente de que mi padre y madre, siempre trataron de darme lo mejor en cuanto a educación. En casa no nos sobraba, aun
Quedaban solo dos horas para estar lejos de todo. No podía estar tranquila, necesitaba que el avión despegara pronto. En ese momento no sabía qué sería de mi vida, solo tenía claro que tenía suficientes ahorros para mantenerme, por lo menos, un mes en el lugar más económico que encontré en la ciudad de Orlando.Me dolía la cabeza y no podía dejar de recordar lo terribles que habían sido los últimos cinco años. Necesitaba ser feliz y mientras más trataba de olvidar, más recordaba. Cada paso que daba era una huella más que destacar en mi historia.Andrés era muy inconsecuente con su forma de ser, primero me salvó de ser abusada y luego solo me hizo daño.Aún siento el miedo y el olor a hospital que sentí cuando desperté al día siguiente de lo ocurrido con Diego. Escuchaba el sonido de las máquinas, mientras yo trataba de analizar lo que sabía que había ocurrido, pero nada me concordaba. Tenía miedo de abrir los ojos, pero necesitaba hacerlo para que alguien me dijera que todo había s
Me encontraba sentada en el avión, tenía una escala en Miami y un largo viaje para pensar. Seguía teniendo miedo. Las tripulantes de vuelo ya habían dado las instrucciones de emergencia porque el avión estaba en marcha. No podía dejar de pensar en que, si Andrés llegaba a saber lo que estaba haciendo, me mataría. Mientras tanto, volví a sumergirme en el recuerdo porque, todavía necesitaba convencerme del todo. Ese comienzo mágico no se comparó con nada al final que tuvo mi historia con él... Cerré los ojos tras un suspiro, reviviendo el comienzo...Había pasado mucho tiempo después de la muerte de mis padres, sin embargo, el dolor aún existía, por lo mismo no me era fácil sonreír, pero llegué al departamento de mi amiga y desde ese el primer segundo sentí que la vida me había cambiado. Todas mis cosas estaban perfectamente ordenadas, era como si desde el primer día yo hubiese vivido ahí. Me sentía relajada y en casa, lo que era bueno para mi recuperación mental.Paulina me sirvió u
—Señorita, necesitamos que se abroche el cinturón, el avión va a aterrizar —dijo la tripulante que estaba a cargo de asegurar correctamente el aterrizaje. Con mucho dolor lo abroché, me dolían los golpes en la cintura, pero tenía que hacerlo.Seguí tratando de recordar los mejores momentos de nuestra relación. Necesitaba sanar las heridas y para eso era necesario enfocarme en las cosas buenas que pasamos. Volví a cerrar los ojos y, hundida en mi pasado, recordé lo que me hizo enamorarme perdidamente de él.Al día siguiente por la mañana, desperté en el sillón, abrazada de mi jefe, miré la hora y eran las nueve y media de la mañana. No quería moverme, porque si lo despertaba tendría que dar explicaciones por todas las tonterías que había dicho la noche anterior. Él se veía perfecto durmiendo, lo estaba mirando cuando el mundo exterior se me vino a la cabeza. «¿Qué dirían los demás?», me pregunté. Solo esperaba que nadie nos hubiera visto. Intentaba levantarme con cuidado, pero él n
Ya estaba sentada en el último avión, tratando de despejar mis ideas y de olvidarme de los mensajes recibidos. Lo primero que quería hacer era escribirle a mi amiga para decirle que estaba bien. Era peligroso que llegaran a pensar que me ayudó a planear mi escape.Cerré los ojos y regresé al momento en el que desperté luego de mi primera noche de sexo con mi ex.Miré a mí alrededor y solo estaban las copas y el desastre de la noche anterior. Me encontraba sola.Tomé mi celular y le escribí a mi amiga un WhatsApp:«Paulina, estoy bien. Debí haberte avisado que no llegaría.»Miré cuidadosamente por la puerta para verificar que no hubiese nadie, me vestí y salí corriendo hacia la ducha.Estaba dándome un baño, pensando dónde estaba mi jefe y que pasaría ahora que hubo sexo entre nosotros.Sentí que alguien me abrazó por la espalda. Era él, desnudo, no nos dijimos nada, solo disfrutamos del agua caer.No sabía si lo que estaba sintiendo era amor, pero era fuerte. Lo necesitaba para poder