Ya está... dos capítulos, aunque no tuvo mucha participación el anterior. Espero que tengan un excelente fin de semana y nos encontramos nuevamente el lunes, a la misma hora y por el mismo canal :P Les mando un abrazo y espero sus comentarios y teorías sobre quién pueda ser el misterioso hombre.
━═ Maya ═━Escucho el inconfundible acento de Renato y no puedo creer que nos encontremos en este lugar. Él se acerca con esa efusividad característica suya y me abraza con fuerza, como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez que nos vimos.Al separarnos, Joshua me abraza con propiedad por la cintura, pegándome a su cuerpo, y no puedo evitar notar lo tenso que se ha puesto ante la presencia de mi amigo. Sé que mi esposo es una persona segura de sí misma, pero verlo reaccionar así me hace sentir valorada, respetada y amada, pero a la vez, excitada al notarlo tan posesivo conmigo.—Renato, te presento a Joshua Evans, mi marido —digo con una sonrisa, intentando aliviar la tensión que percibo en él.—¡No te lo creo! —exclama Renato con una amplia sonrisa—. Che meraviglia! (¡Qué maravilla!) ¡Felicidades! —Saluda a Joshua efusivamente, abrazándolo con tanto entusiasmo como a mí y dejándole un par de sonoros besos en las mejillas.—Es un placer conocerte, Renato —dice Joshua, mient
━═ Maya ═━Con la respiración aún agitada, continuamos abrazados mientras Joshua me sostiene contra la pared. Mis manos suben y bajan con suavidad por su espalda, a la vez que reparto cálidos besos por su cuello mientras me aferro con las piernas a su cintura.—Dios, siento mucho eso, cariño… —Se disculpa, aunque no entiendo el porqué, si estuvo increíble e intenso.—¿Por qué lo dices, amor?—Por lo breve… y por… —Sus manos se deslizan por mis muslos hacia mi sexo, donde me doy cuenta a lo que se refiere, al no haberse puesto preservativo.—No te preocupes, amor. Recuerda que yo también me cuido. —Le beso la nariz y sonríe, mientras intenta, como puede, liberarse de los zapatos y el pantalón—. Déjame bajar y… —Niega al conseguir su objetivo. Nos lleva al baño conmigo abrazada a su cuerpo, como si fuera un koala.—Celosito y posesivo, pero siempre caballero —bromea, haciéndonos reír.—No esperaba menos de ti, esposito.Lo que inicia como un inocente baño, continúa en un encuentro mucho
━═ Samuel Weiss ═━Estoy concentrado en mi despacho, revisando unos documentos importantes después de haber cenado. Es un momento de paz y tranquilidad que aprecio enormemente, pero se ve interrumpido cuando golpean la puerta y entra mi mujer con una sonrisa desdeñosa en el rostro. Levanto la vista con gesto serio, preguntándome qué hace aquí.—¿Qué es tan importante, Eleanor? Ya sabes que no me gusta ser interrumpido cuando estoy aquí —le recuerdo, intentando mantener la calma. Ella se acerca a mí con un aire de superioridad, sosteniendo su teléfono móvil en la mano.—¿Has visto las últimas noticias sobre tu adorada nietecita? —pregunta en un tono burlón y despectivo que me hace fruncir el ceño.Antes de que pueda responder, me muestra la pantalla de su teléfono, donde aparece un sitio de cotilleo y farándula hablando sobre "El matrimonio secreto entre la heredera de la prestigiosa empresa Weiss&Co con el desconocido Joshua Evans”.—Será mejor que también veas las fotografías —sugier
━═ Joshua ═━Gran parte de la tarde la he pasado intentando comunicarme con Maya, pero parece que el universo ha estado conspirando en mi contra esta semana. Mis llamadas van directo al buzón de voz y los mensajes de texto ni siquiera son leídos. Prefiero suponer que ha estado ocupada con su trabajo, pero una parte de mí no puede evitar sentirse un poco preocupada, ya que ha sufrido de muchas migrañas últimamente. Sin embargo, debo continuar con mi trabajo y mantenerme concentrado en las responsabilidades del día.Al finalizar la jornada, el peso del día se hace sentir sobre mis hombros. Cubrir a algunos de mis compañeros que han salido de vacaciones ha significado una carga extra de trabajo considerable, y el agotamiento comienza a pesar en mí. Decido intentar comunicarme con Maya una última vez, pero no obtengo respuesta.“Cariño, te he llamado muchas veces y tampoco respondes a mis mensajes”. “Me tienes muy preocupado”. “Iré directo a casa, avísame si necesitas que pase por ti”.
━═ Maya ═━Caminando por las calurosas y concurridas calles de Nueva York, me siento como si estuviera en un mar de incertidumbre. Después de comprar las vitaminas prenatales recetadas por el médico en una farmacia cercana, busco refugio en un café para reflexionar en soledad, además de comer algo. Sentada en una mesa apartada, acaricio la ecografía de mi bebé, como si con ello pudiera encontrar respuestas a las dudas y miedos sobre cómo comunicarle a Joshua la noticia de que seremos padres: «¿Cómo se lo digo? ¿Qué pensará de esta noticia?». Justo en ese momento, mi teléfono vibra, revelando la llamada de Flavia, quien parece haber intuido mi necesidad de consejo.—¡Maya, cariño! —pregunta mi mejor amiga, en italiano, con su característica chispa en la voz—. No me preguntes cómo ni por qué, pero tenía la sensación de que tenía que llamarte. ¿Cómo estás?—Fla, no sé cómo lo haces, pero justo necesitaba hablar contigo —respondo angustiada, sintiendo cómo la ansiedad se apodera de mí.—¿
━═ Maya ═━Respiro hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones que me embarga. Saber que mi abuelo llegó al extremo de someter de alguna forma a Joshua me hace sentir traicionada y furiosa. Pero también siento una determinación ardiente, una chispa de fuerza que me impulsa a liberarme de las cadenas de manipulación que me han atado durante toda mi vida, sobre todo ahora, que se ha interpuesto entre Joshua y yo.Aunque la migraña que comenzó durante la discusión ahora es casi insoportable, mi determinación no flaquea. Con manos temblorosas, sigo empacando mis pertenencias, decidida a dejar atrás todo lo que esté vinculado con el señor Weiss y su control. Cada objeto que coloco en la maleta es un paso hacia la libertad, hacia una nueva etapa en mi vida junto a Joshua, independientemente de lo que depare el futuro.Una vez que he terminado de empacar, me levanto con determinación y doy un último vistazo a la habitación que ha sido testigo de tantos momentos significativos con Jo
━═ Maya ═━Mis padres me observan con una mezcla de preocupación y determinación mientras me obligan a cenar algo. Habían pasado gran parte del día cuidando de mí, conversando y recordando cosas sobre mi infancia, en un intento por distraerme de mis pensamientos y preocupaciones. Sé que lo hacen por mi bien, a pesar de que toda la vida he sido muy independiente y me cuesta aceptar su ayuda, especialmente cuando me siento tan decidida a actuar. Aunque mi padre siempre ha sido un poco distante, su actual preocupación se nota más que nunca mientras me ve revolver la comida en el plato y comer con desgano.—Maya, ¿cómo te sientes? —pregunta, con un tono más suave de lo habitual. Levanto la vista hacia él, sorprendida por su interés.—Me siento un poco mejor, papá. Gracias por preocuparte —respondo, tratando de sonar optimista a pesar de todo. Pero sé que esta es una situación nueva para él, acostumbrado a dejar que mi abuelo tome las riendas de la familia a través de mi madre.—Hija, entie
━═ Joshua ═━Salgo de la casa del señor Weiss con el corazón hecho añicos, sintiendo como si una parte de mí se hubiera desprendido y quedado atrás en ese oscuro despacho. Cada paso que doy parece pesar más que el anterior, como si el peso de la culpa se hubiera instalado en mis huesos. Cierro los ojos por un instante, tratando de contener más lágrimas que amenazan con escapar, pero es inútil. El dolor en mi pecho es tangible, como si mi corazón se hubiera roto en mil pedazos.Abordo un taxi y me dejo llevar por las calles de la ciudad, sintiendo cómo el paisaje urbano se desvanece frente a mis ojos mientras mi mente se sumerge en los recuerdos de cada momento que he compartido con Maya, desde aquel primer encuentro en ese pequeño cuarto de aseo en la iglesia, hasta la dulce despedida de esta mañana. Cada risa compartida, cada mirada cómplice, cada gesto de cariño se convierte en una daga que me atraviesa el corazón, recordándome lo que he perdido.El viaje se me hace eterno, como si e