━═ Joshua ═━Gran parte de la tarde la he pasado intentando comunicarme con Maya, pero parece que el universo ha estado conspirando en mi contra esta semana. Mis llamadas van directo al buzón de voz y los mensajes de texto ni siquiera son leídos. Prefiero suponer que ha estado ocupada con su trabajo, pero una parte de mí no puede evitar sentirse un poco preocupada, ya que ha sufrido de muchas migrañas últimamente. Sin embargo, debo continuar con mi trabajo y mantenerme concentrado en las responsabilidades del día.Al finalizar la jornada, el peso del día se hace sentir sobre mis hombros. Cubrir a algunos de mis compañeros que han salido de vacaciones ha significado una carga extra de trabajo considerable, y el agotamiento comienza a pesar en mí. Decido intentar comunicarme con Maya una última vez, pero no obtengo respuesta.“Cariño, te he llamado muchas veces y tampoco respondes a mis mensajes”. “Me tienes muy preocupado”. “Iré directo a casa, avísame si necesitas que pase por ti”.
━═ Maya ═━Caminando por las calurosas y concurridas calles de Nueva York, me siento como si estuviera en un mar de incertidumbre. Después de comprar las vitaminas prenatales recetadas por el médico en una farmacia cercana, busco refugio en un café para reflexionar en soledad, además de comer algo. Sentada en una mesa apartada, acaricio la ecografía de mi bebé, como si con ello pudiera encontrar respuestas a las dudas y miedos sobre cómo comunicarle a Joshua la noticia de que seremos padres: «¿Cómo se lo digo? ¿Qué pensará de esta noticia?». Justo en ese momento, mi teléfono vibra, revelando la llamada de Flavia, quien parece haber intuido mi necesidad de consejo.—¡Maya, cariño! —pregunta mi mejor amiga, en italiano, con su característica chispa en la voz—. No me preguntes cómo ni por qué, pero tenía la sensación de que tenía que llamarte. ¿Cómo estás?—Fla, no sé cómo lo haces, pero justo necesitaba hablar contigo —respondo angustiada, sintiendo cómo la ansiedad se apodera de mí.—¿
━═ Maya ═━Respiro hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones que me embarga. Saber que mi abuelo llegó al extremo de someter de alguna forma a Joshua me hace sentir traicionada y furiosa. Pero también siento una determinación ardiente, una chispa de fuerza que me impulsa a liberarme de las cadenas de manipulación que me han atado durante toda mi vida, sobre todo ahora, que se ha interpuesto entre Joshua y yo.Aunque la migraña que comenzó durante la discusión ahora es casi insoportable, mi determinación no flaquea. Con manos temblorosas, sigo empacando mis pertenencias, decidida a dejar atrás todo lo que esté vinculado con el señor Weiss y su control. Cada objeto que coloco en la maleta es un paso hacia la libertad, hacia una nueva etapa en mi vida junto a Joshua, independientemente de lo que depare el futuro.Una vez que he terminado de empacar, me levanto con determinación y doy un último vistazo a la habitación que ha sido testigo de tantos momentos significativos con Jo
━═ Maya ═━Mis padres me observan con una mezcla de preocupación y determinación mientras me obligan a cenar algo. Habían pasado gran parte del día cuidando de mí, conversando y recordando cosas sobre mi infancia, en un intento por distraerme de mis pensamientos y preocupaciones. Sé que lo hacen por mi bien, a pesar de que toda la vida he sido muy independiente y me cuesta aceptar su ayuda, especialmente cuando me siento tan decidida a actuar. Aunque mi padre siempre ha sido un poco distante, su actual preocupación se nota más que nunca mientras me ve revolver la comida en el plato y comer con desgano.—Maya, ¿cómo te sientes? —pregunta, con un tono más suave de lo habitual. Levanto la vista hacia él, sorprendida por su interés.—Me siento un poco mejor, papá. Gracias por preocuparte —respondo, tratando de sonar optimista a pesar de todo. Pero sé que esta es una situación nueva para él, acostumbrado a dejar que mi abuelo tome las riendas de la familia a través de mi madre.—Hija, entie
━═ Joshua ═━Salgo de la casa del señor Weiss con el corazón hecho añicos, sintiendo como si una parte de mí se hubiera desprendido y quedado atrás en ese oscuro despacho. Cada paso que doy parece pesar más que el anterior, como si el peso de la culpa se hubiera instalado en mis huesos. Cierro los ojos por un instante, tratando de contener más lágrimas que amenazan con escapar, pero es inútil. El dolor en mi pecho es tangible, como si mi corazón se hubiera roto en mil pedazos.Abordo un taxi y me dejo llevar por las calles de la ciudad, sintiendo cómo el paisaje urbano se desvanece frente a mis ojos mientras mi mente se sumerge en los recuerdos de cada momento que he compartido con Maya, desde aquel primer encuentro en ese pequeño cuarto de aseo en la iglesia, hasta la dulce despedida de esta mañana. Cada risa compartida, cada mirada cómplice, cada gesto de cariño se convierte en una daga que me atraviesa el corazón, recordándome lo que he perdido.El viaje se me hace eterno, como si e
━═ Maya ═━Con las manos firmemente agarradas al volante, el rugido del motor y el viento golpeando mi rostro, me siento como si estuviera en una carrera contra el tiempo. El sol del amanecer tiñe el cielo de tonos dorados, mientras la ansiedad palpita en mi pecho. Mis pensamientos están totalmente centrados en Joshua, en el deseo abrumador de encontrarlo y abrazarlo, de estar junto a él en este momento de incertidumbre. La esperanza y el temor se entrelazan en mi corazón.El teléfono comienza a sonar, interrumpiendo mis pensamientos. Con un suspiro, activo el manos libres, reconociendo el ringtone que le he asignado a mi mejor amiga y respondo, preparándome para enfrentar la avalancha de preguntas y preocupaciones de Flavia.—Maya, ¿cómo te fue? ¿Qué dijo Joshua cuando le diste la noticia? —pregunta con la voz cargada de ansiedad y expectativa.Un nudo se forma en mi garganta mientras lucho por mantener la compostura, pero me resulta imposible, por lo que sollozo sin poder evitarlo.—
━═ Joshua ═━El tiempo parece desvanecerse a mi alrededor cuando el sol se alza imponente en el horizonte, pero mi mente está tan ocupada reviviendo momentos con Maya, que apenas si percibo su brillo. Me pierdo en sus ojos, en su risa, en la calidez de sus abrazos, hasta que un sonido detrás de mí rompe el hechizo que me tiene atrapado.Me giro lentamente, para enfrentar lo que sea que se aproxima. Mis sentidos se agudizan de repente, mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi mente se aclara de un instante a otro.—Disculpa, no quería interrumpir… —Con el corazón en un puño, me levanto de donde estaba sentado al reconocer su voz: suave y dulce como una melodía… Dejo caer la mochila a mis espaldas. Un escalofrío recorre mi cuerpo y mis ojos se llenan de lágrimas—. ¿Joshua…? —pregunta, apenas en un murmullo tembloroso.—Maya… —susurro su nombre, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar todo lo que siento en este momento.Ella se acerca y me rodea con sus brazos, abrazá
━═ Samuel Weiss ═━Evans toma la carpeta con toda la evidencia que logré reunir y maquillar, sus manos temblorosas ojean una por una las pruebas mientras sus ojos se humedecen.—No puedo... —dice con la voz quebrada, apenas en un susurro—. No puedo hacer esto. —Frunzo el ceño y lo observo con cansancio, dejando escapar un bufido.—Entonces, prepárate para enfrentar las consecuencias, Evans. No te equivoques, haré todo lo que sea necesario para proteger el legado de mi familia. Y si eso significa destruir a mi propia nieta, así será —anuncio, esperando darle el último empujón para que firme el condenado divorcio.Mientras lo veo debatirse consigo mismo, me reclino en el asiento, observando como miles de emociones se cruzan por su rostro. El tic tac del reloj a mis espaldas me taladra en los oídos, comenzando a desesperarme. Después de unos largos minutos de espera, observo con satisfacción cómo Evans finalmente cede ante la presión y firma los documentos de divorcio. Su resistencia ha s