—¿Y para qué fueron? ¿Venganza? ¿Apoyo para ti?—preguntó Gabriel.—No, Hayden y Dania dijeron que era complicado y no quisieron responderme, pero Alexa si me habló con la verdad. Me dijo que cuando Dania se enteró de lo que había hecho el primo de Dominic, le contó y que ambas necesitaban saber que también pagaría.—¿Y Dominic está preso?—me preguntó Rámses.—Está muerto—y la cara de los hermanos fue la misma que puse yo cuando me contaron.Era tétrico saberlo.—¿Cómo murió?—insistió Rámses.—No lo sé, no pregunté porque algo me dijo que no me dirían.Los tres estábamos tumbados en la cama de Gabriel. Mirábamos el techo mientras charlábamos a la luz de una vela. Se había ido la luz en medio de la película y a pesar de la sugerencia de Gabriel de que todo era una señal para hacer cucharita, solo nos quedamos acostados, cada quién pensando en el mismo tema que nos agobiaba: Fernando y Mike sin hablarse; era el pensamiento que nos llevaba angustiados, pero el mismo que evitábamos hablar
Y la paciencia desaparecía cada vez más. O quizás nunca la tuve.El tribunal no dictaba sentencia aun. Mike me había explicado que la defensa solicitó una prórroga, por lo que mi esperanza de que ese fuese el momento para que mis papás pudieran hablar, se esfumaba de mis manos.Por lo menos Mike aun no fijaba una fecha para la boda. Deseaba que no lo hiciera porque esperaba que primero se arreglaran las cosas entre todos.Hayden por lo menos apareció, pero sigo sin creerme el cuento de su viaje de improviso. Creo que estaba huyendo también de este problema y de su reciente soltería, algo de lo que no había querido hablarme. Estaba “despechado” como él mismo me había dicho.—¿Voy bajando con el pastel?—me preguntó Gabriel.—No, espérame. Estoy lista.Hoy era el cumpleaños de Hayden y planeamos darle una visita sorpresa. Rámses tomó de mi mano cuando salimos al pasillo, Gabriel llevaba la torta y yo el regalo.Mi primera intención fue organizarle una fiesta de cumpleaños pero Fernando
Oficialmente sobrevivimos los exámenes finales, asi que celebrarlo era la consecuencia más lógica.—Vamos, Mia, quita esa cara larga. Terminamos los exámenes y aunque solo faltan las notas, está mas que claro que aprobamos.—Si lo sé—intenté recomponer mi sonrisa—. Es que…—Es que nada, hoy no pienses en Rámses, Gabriel ni en nadie de su homofóbica familia; tampoco pienses en Hayden, estará tan triste hoy como mañana, su desbalance emocional es químico, ojalá se le quitase con una noche de celebración, pero tu tristeza si podemos cambiarla. No le servirás a él también entristecida.Mika tenía toda la razón, bueno en casi todo, no consideraba que Rámses, Gabriel, Fernando y Mike fuesen homofóbicos, creo que la traición que sentían por las mentiras de Hayden, era lo que les estaba causando problemas.Pero claro, eso era solo mi suposición porque no hablábamos del tema.—Vente—dijo Mika arrastrándome a la pista de baile improvisada en el patio de su casa—, vamos a bailar.Ni siquiera pud
—Ya estoy acá—gritó Ameth en cuanto llegó a la casa.—¡Voy! Me retrasé hablando con Rámses—respondí y terminé de colocarme los zapatos.—¿Cómo están ellos?—Bueno, es un viaje muy distinto a los que han hecho antes, estarán de regreso en dos días.—¿Y cómo fueron los viajes de antes?—Iban a los sitios preferidos de la mamá y finalmente al cementerio. El último lo hicimos alrevés, fuimos primero al cementerio y después a todos los sitios que a ella le gustaban. Fue mejor de esa manera. Sigo sin entender por qué no lo hicieron igual este año ni por qué no quisieron ir por más días.Yo no había querído ir porque no quería alejarme de Hayden. Rámses no estaba nada feliz con la idea, pero no logró hacerme cambiar de opinión. El pasaje comprado, quedó guardado en mi mesa de noche.—¿Qué te parece si pasas unos días con nosotros en el rancho?.Así llamaba mi papá a la casa que tenían para vacacionar en el campo, tenía todo el aspecto rústico que adoraba y estaba frente una gran laguna. Las
04:00 amLa llamada insistente de Jeremy fue lo que me despertó. Angustiada y un tanto desorbitada tomé el teléfono. Mi primer pensamiento fue para Hayden.—Mi papá me escribió—fue lo que dijo en cuanto atendí.—¿Esta bien? ¿Le pasó algo?—mi corazón martillaba con fuerza.—No Hayden. Mi papá biológico. Me mandó un mensaje.—Pensé que no lo habias conseguido.—Y no lo he hecho.—¿Y que te dice?.—Hola Jeremy, soy tu papá.—¿Solo eso?—Solo eso. ¿Verdad que es raro?. Porque si él me consiguió creo que debería escribir algo más que eso. Su nombre por lo menos. Quizás es una broma de algún imbécil, aunque nadie sabe de esto a excepción de ti.—¿Y probaste llamar a ese numero? ¿Respondiste algo?.—No y no. Digo, quería hacerlo, pero si es una broma quedaré como un estupido, pero si de verdad es él, deberá hacer algo más que mandar un mensaje anonimo. Tiene que llamarme, pedirme para vernos. Darme la cara.—En eso tienes razón. Me asustaste Jer, la próxima vez por favor comienza por decir q
—Amelia, por favor…—No Rámses, no puedo. Esto… es demasiado para mí...—Prometiste no huir de mí.—Y también prometimos no mentirnos… Prometiste nunca herirme.Él se quedó sin palabras y solo me dolió más. Quería que me diese una explicación que me permitiera correr a sus brazos, pero no la tenía.—¿Volverás?.—Iré directo a Boston.—Digo… si ¿volverás conmigo?.—No lo sé—respondí con franqueza mientras mi pecho quemaba de dolor.—Entonces… ¿me estás terminando?—su voz era apenas un murmullo y me costó escucharlo por el teléfono.—Si… No… No lo sé, Rámses, Yo… necesito un tiempo.—¿Cuánto?—No lo sé.—¿Qué si sabes?—su pregunta no era un reproche.—Sé que quiero perdonarte aunque no sepa cómo hacerlo. Sé que si no te perdono no podré volver contigo. No sé cómo perdonarme a mí misma ni siquiera. ¿Acaso tú lo sabes?.No respondió y me dejó claro que tampoco tenía la respuesta.—¿Y sabes si me amas?.—Si no te amara no me doliese, Rámses. Pero una relación no es solo amor, es también co
Cinco meses antes.—Hoy puedo irte a buscar Beleza. Saldré temprano.—No te preocupes, me vendré con Sara e Isabel en el metro.—Pueden venirse para acá. No me molesto.—No Gabriel—lo regañé—, tienes prohibido salir con alguna de ellas. Son lo más cercano a unas amigas que tengo y lo menos que quiero es una nueva Marypaz.—Anda… con Isabel, por favor—rogó.—Dije que no—seguí desayunando dando el tema por cerrado.—Bueno pero si ella cae accidentalmente en mis encantos no tengo la culpa.—Por mi puede caer en tus encantos, pero no quiero que caiga accidentalmente en tu pene.Él rio con fuerza.Terminamos de desayunar y salimos del departamento. Ya en el camino a mi universidad, la NorthEasther University, NEU, recibí la llamada de Rámses. Anoche nos acostamos muy tarde y no quise despertarlo en la mañana para darle los buenos días, como acostumbrabamos. Últimamente sus ojeras eran inmensas y bostezaba a todo momento mientras conversábamos, sea la hora que fuese.Comenzaba a preocuparme
Mi día comenzó como cualquier otro, con Gabriel despertándome bajo amenazas de besarme. Ya sabía yo que no lo haría, pero igual me daba miedo tentar mi suerte.Él era lo suficientemente suicida para temer.Arrastré mi cuerpo hasta el baño y luego de una ducha rápida y de vestirme estuve lista para sentarme a comer el desayuno que Gabriel siempre me preparaba. Bajo la misma rutina que había establecido con Gabriel, salimos a la hora acordada, con él apurándome como siempre, su sentido de la puntualidad era una molestia, pero cuando llegaba a clases a tiempo, terminaba agradeciéndolo.En el trayecto hasta la universidad, aprovechábamos de conversar con Isaack y Donovan, por lo general sobre sus prácticas o algunas viejas glorias.Nos habíamos acoplado bastante bien y con esto quiero decir que Gabriel aceptó muy bien todas las normas que puse. Cada quien era responsable de la limpieza de su cuarto y de su baño, las áreas comunes debíamos limpiarlas los dos, por turnos. Él cocinaba los d