Cuando Rámses salió del baño no seguimos conversando. Isaack se disculpó una vez más con el francés y se despidió, prometiendo regresar después para la fiesta.—Sigo sin estar muy feliz de que él entre así. ¿Y si hubieses estado desnuda?—insistió Rámses mientras me miraba desvestirme, era mi turno de bañarme.—Eso ya pasó y desde entonces tengo más cuidado.—¿Qué?¡Ay!...—Fue un día que entró a la casa y no lo escuché estaba cambiándome y él entró sin tocar.Una extraña vena apareció en el cuello de Rámses. Sus ojos llamearon.—¿Cuánto vio?—siseó.—Nada. Me tapé a tiempo. Lo juro, pero desde ese día el toca antes de entrar.—Hoy no lo hizo…—Hoy venía alterado en una pequeña crisis.—¿Cuál crisis?.Dudé en contarle, la verdad es que era un secreto que no me pertenecía, pero Rámses y yo teníamos un pacto y no quería faltarlo. Él me miraba expectante.—No puedo decirte todo porque es bastante delicado y no me corresponde, pero te diré que Isaack tiene sentimientos por una persona que s
—¿Qué le dijiste para que lo soltara?—Fernando se acercó hasta nosotros y nos ofreció una bebida a cada uno.—Me ofreció un body shoot de chocolate— Rámses respondió por mí para mi indignación.—Rámses, de verdad que debemos trabajar en tus filtros—su papá rio pero intentó disimularlo por respeto a mi naciente vergüenza.—Eso fue rápido—Gabriel se acercó hasta nosotros y palmeó la espalda de su hermano.Como siempre, el problema había quedado en el pasado.—No había suficiente chocolate—respondió el francés mientras me besaba en la cabeza y se dirigía hasta donde estaban Mike y Hayden conversando ahora en otros términos a los que vi antes.Había untado mi cuello y mis pechos con el chocolate y aunque pudimos haber llegado a un orgasmo muy fácilmente, la casa estaba llena de familiares y amigos....Eran las casi cuatro de la mañana cuando comencé a sentir sueño y dejé caer mi cabeza sobre el hombro de Rámses. Muchos de los invitados ya se habían marchado, incluyendo a Hayden, Mike y
—¿Cómo que no la arreglaste?—No tiene arreglo bombón—respondió entre risas.—Mierda, mierda, mierda. Espero que no se dé cuenta entonces.Hice que botara los restos de la mesa esquinera en la basura, quedó como pulverizada. Creemos que Rámses la usó para buscar más apoyo para… bueno para darme más como lo pedí, y la rompió.Yo seguía limpiando todas las áreas por donde nuestros traseros y de más partes desnudas hicieron contacto. Esperaba que Gabriel hubiese tenido esa misma delicadeza si es que hizo lo mismo con alguna de sus citas.—Esto si lo pude arreglar—dijo victorioso cuando colgó una vez más el cuadro decorativo en la pared.No era su mejor trabajo, pero por lo menos a simple vista pasaba como en buen estado.No conseguimos las razones del por qué la mesa del comedor crujió, así que solo le rogué a Dios que no se desplomara de la nada.Mi teléfono vibró al mismo tiempo que el de Rámses. Era el grupo de la familia, donde Fernando avisaba que venían llegando.Me apresuré a term
Pov Gabriel.Mi alarma sonó como siempre y me desperecé en la cama. Salté al baño a darme una rápida ducha y en menos de quince minutos ya estaba trotando con mi hermano.Lo extrañaba demasiado. Cuando el viernes llegó y tuve que buscarlo en el aeropuerto estaba tan impaciente que llegaron a creer que esperaba a mi novia, cuando vieron a Rámses, me creyeron gay, claro que no ayudó la sonrisa que ambos nos dimos.Nunca nos habíamos separado por tanto tiempo.Y hoy se volvería a marchar.—Tienes que llamarme más seguido—le dije y el torció su sonrisa.—¿Tanto me extrañas?—No tienes ni idea hermano. Así llámame más seguido.No era que yo no lo pudiese llamar, es que los primeros días hablé más con su contestadora que con él, porque sus horarios eran una locura.—Tienes razón, lo haré. Pídele ayuda a Mike, Gabriel, no esperes que sea muy tarde.Asentí. Él tenía razón, pero quería demostrar que podía hacerlo por mí mismo. Siempre he sido el problemático, por una vez quería demostrarles qu
En cuanto la puerta se cerró y dejé de verlo tuve que cubrir mi cara, porque no quería que me viesen llorar. El dolor era como la primera vez, igual de lacerante, igual de difícil, mil veces menos soportable.Gabriel me llevó de camino al auto con su brazo sobre mis hombros. Me subió al asiento y manejó en silencio. Ya era hora del almuerzo así que tomó un desvio en la ruta. Llegamos a un pequeño restaurante de comida Hindú que me encantaba, contaba con mesas en las afueras del local, que daban hacía un concurrido paseo al borde del rio Charles.—Rámses se puso celoso pero esta vez mi pene no peligró.—Si, le costó ver como nos estábamos llevando. Dime que no le hiciste ningun comentario inapropiado…—Ninguno, lo juro. Le mostré tu stock de jugos de durazno que está en mi cuarto. Eso lo hizo sentir mejor.Me reí y mis mejillas se sonrojaron. Extrañaba tanto a Rámses que me volví obsesiva con el melocotón. Por lo menos era fruta y no chocolate o grasa, porque de ser así ahorita estaría
—Merde, merde, merde- mierda, mierda, mierda. Dès que vous l'avez vue, vous devez être parti - ¡En cuanto la viste te tuviste que haber ido—mi hermano me gritaba.Acababa de contarlo lo ocurrido con Amelia y Marié.— Eu tentei, mas você sabe como é Marié, ela se apressou para cumprimentá-la e lá ... merda, Amelia olhou para mim e senti seu cérebro me entediar. Ele pensou que fosse jogar em mim. Por que vocês acham que eu tenho um pênis pequeno? Aposto que você se jogou em muito mais. - Lo intenté, pero sabes cómo es Marié, se apresuró a saludarla y allí… mierda, Amelia me miró y sentí que me taladraría el cerebro. Pensó que me la iba a tirar. ¿Por qué todos creen que tengo un pene poco selecto?. Te apuesto que tú te has tirado a muchas más.—Probablemente, pero yo no presumía y nadie se enteraba. Por suerte estaba Donovan, no hubieses podido solo con ella.—Y Antonio es un inservible que no hizo nada.—¿Quién es Antonio?—El tipo que estaba con Amelia cuando llegué. Lo cierto del caso
—Vine a darte una mano.—Sal de mi habitación, Elisa.Con total descaro y como producto del alcohol que corría por sus venas, se arrodilló sobre la cama y comenzó a toquetearse los senos mientras me lanzaba miradas que seguramente creían que eran sexy, pero que no, no lo eran ni un poquito.—Vamos, mi novio también está lejos. Ni el mío, ni la tuya tienen por qué enterarse.Gateó con cierta torpeza, acercándose hasta mí, lamiéndose sus labios. Nada sexy, nada. Yo estaba en bóxer y cuando reaccioné tomé el short que mantenía cerca y me lo coloqué.Me giré hasta el closet y saqué la primera camiseta que conseguí.—Susana me contó de tu novia, que está viviendo con Gabriel, tu hermano, ese con él que ya tuvo algo. ¿De verdad crees que estando ellos dos solos no pasará nada? Porque déjame decirte que si pasará y tú no te enterarás. De seguro en estos momentos duermen muy juntos, mientras tú estás aquí rechazando esta oportunidad.Ignoré sus palabras y le lancé una de mis camisetas para qu
Pov Rámses.Desperté con la misma ropa con la que llegué a la casa. Pude haberme ido temprano hoy, pero preferí adelantar algunas de las horas de práctica y así disfrutar unos días más de vacaciones en diciembre, fue la oportunidad que nos dieron los profesores y no pensaba desaprovecharla.Apenas abrí los ojos busqué mi teléfono y le marqué a Amelia.—Hola—su voz ronca y el bostezo que dio me dejó claro que también acababa de despertarse—¿Cómo te fue anoche?—`preguntó entre un nuevo bostezo, que casi me hizo ver sus amígdalas.—Bien, adelanté algunas horas. ¿Y a ti como te fue? ¿A qué hora llegaron?.—No finjas que no sabes—rio.—Solo te doy la oportunidad de que me cuentes tú y de no confesar que estuve acosándote un poco.—No tienes ningún tipo de vergüenza.—Sabes que no.Ella se levantó de la cama con el teléfono en mano y la vi mientras caminaba hasta el baño. ¿Sigue con la misma ropa de anoche puesta?.—Despertaste con la ropa de Gabriel—Si lo dices así suena muy mal.—Suena m