[AZUL]
Pasé una noche complicada, apenas pude dormir dando vueltas en la cama intentando tomar una decisión. La luz del sol finalmente entra a la habitación y decido levantarme de la cama y alistarme para este día tan complicado que me espera. Ya me puedo imaginar la reacción de Carlos cuando se entere lo que he decidido, sé que no le gustará nada, pero tendrá que respetarlo quiera o no. Estoy a punto de salir de la habitación para ir a ducharme cuando escucho que mi móvil suena, es un mensaje de WhatsApp de Carlos.
//Te paso a buscar para ir a desayunar en una hora//
Inmediatamente le respondo //De acuerdo//
Una vez que termino de ducharme me visto muy a mi estilo; pantalón corto, medias pasada las rodillas, una camiseta negra, y otra por encima, se podría decir que soy algo hípster. Una vez lista, bajo las escaleras y allí están todos desayunando para irse a sus labores cotidianas.
— Buenos días, Azul, ¿Cómo has dormido? — Me pregunta amablemente Isabel.
— Buenos días, la verdad no he dormido mucho. Tuve una noche muy complicada tomando decisiones importantes para mi vida. — Confieso algo tímida.
— ¿Vas a salir que vas tan arreglada? — Me pregunta Lucia mientras se sienta en la mesa para desayunar.
Santiago está entrando a la cocina y nuestras miradas se cruzan por unos minutos. Él me mira detenidamente, lo cual hace que me desconcentre un poco y es que debo admitirlo, es demasiado guapo, pero el amor definitivamente no es para mi.
— Si, iré a desayunar con Carlos, tengo que darle mi respuesta acerca de lo que hare. — Explico.
— ¿Se puede saber que has decidido? — Me pregunta Santiago interviniendo en la conversación.
Le hago un leve gesto como diciéndole “disculpas”— Se los comunicare después de que hable con él— Explico amablemente.
— Está bien hija, solo déjanos saber que podemos hacer por ti. — Me ofrece su padre tan amable como siempre.
— Lo hare muchas gracias. — Le digo cuando escucho el sonido del timbre de la casa y rápidamente me despido de todos para después ir hacia la puerta. Al abrir, allí esta Carlos, lo saludo, vamos hacia su auto, nos subimos y luego nos dirigimos a una cafetería que hay frente a la playa, allí nos sentamos y es cuando llega la hora de la verdad.
[SANTIAGO]
Estoy sentado en la mesa desayunando con mi familia y lo único que puedo pensar es en lo bien que se veía Azul, esa vestimenta le quedaba de maravilla, la hace diferente a la mayoría de las mujeres que conozco, y no sé si es que lo está haciendo a propósito o qué, pero por algún motivo me atrae mucho la moda hípster, no la utilizo yo no la utilizo porque realmente no me queda bien y mis clientes no me tomarían en serio, pero a ella queda extremadamente sexy.
Estoy comenzando a preocuparme por lo que empiezo a sentir por ella. Sé claramente que esta chica solo me traerá problemas, ni siquiera le intereso, y, además, tengo novia. Marina es la mujer que ha llegado a cambiarme la vida, pero esta mezcla de sentimientos que siento cuando Azul está cerca de mi es inexplicable, aunque también es inexplicable toda ella... Siento que oculta cosas importantes y dolorosas que le han ocurrido, de otra forma no entendería por que no cree en el amor, o porque no quiere que me preocupe por ella, o porque quiere estar sola todo el tiempo. Supongo que es un misterio que tendré que ir descubriendo poco a poco si es que ella se queda aquí en Barcelona. 《¿Cuál habrá sido su decisión?》 No puedo esperar a que regrese para informárnosla.
— ¿Te encuentras bien? — Me interrumpe mi hermana.
— Si, si... solo pensando... — Invento, aunque hay mucha verdad en mis palabras.
— ¿En quien será? ¿eh? — Pregunta con sospecha.
— Nada... — Murmuro.
— Bueno, venga... deja de pensar tanto y acompáñame a dejar a tus sobrinas a la escuela infantil. — Me pide.
— Vale... vamos... — Accedo con la única intensión de despejarme un poco.
[…]
Después de haber dejado a mis sobrinas en la escuela infantil Lucia y yo hemos pasado un día de hermanos, de esos que hace tiempo no vivíamos a causa de tantos viajes que he hecho el año pasado por trabajo, por suerte este año los proyectos son menos intensos.
Después de haber disfrutado de todo el día juntos, buscamos a las niñas y regresamos a la casa. Abro la puerta, entramos y mis padres y Jorge están sentados en la sala con Azul — Qué bueno que regresaron, acérquense. — Nos pide mi padre.
Con algo de dudas, nos sentamos junto a ellos — Azul tiene que contarnos algo... Comienza hija... — Explica mi madre.
— Bueno, he hablado con Carlos, mejor dicho, he discutido un poco con él. He tomado una decisión y él no está de acuerdo. No quiero volver a arriesgar mi vida, por lo tanto, no iré a Estados Unidos a tenderle ninguna trampa a nadie, firmare los documentos necesarios y le cederé la empresa a Alejandro. Carlos venderá las propiedades de mis padres y allí se acabo todo. Por lo menos eso es lo que quiero, aunque él no me ha asegurado nada. — ¿Me podrías decir cómo es eso de volver a arriesgar tu vida? — Pregunta mi padre, y creo que me ha leído la mente.
— Es una larga historia, solo sé que no quiero repetirla. Algún día tendré el valor de contarles lo que me ha sucedido, pero definitivamente hoy no es el día. — Nos dice y nuevamente el misterio rodea sus palabras.
— Respetamos tu decisión, pero queremos que sepas que estamos aquí para ayudarte. — Expresa mi madre en un tono protector.
— Lo sé Isabel y de verdad se los agradezco, pero que primero debería ir a hablar lo que me sucede con un profesional. — Explica.
— ¿Un psicólogo? — Pregunta mi hermana sorpresivamente.
— Si, necesito rehacer mi vida, quiero salir adelante. Hoy mientras estaba en el bar con Carlos veía lo feliz que era la gente a mi alrededor y yo quiero eso, aunque me costara mucho. — Expresa y mi preocupación va escalando rápidamente.
— Si quieres, mi mejor amiga es psicóloga, quizás ella te pueda ayudar. — Le ofrece mi hermana.
— Te lo agradecería... — Responde sonriente.
Yo estoy aquí sentado escuchando toda esta conversación y no puedo parar de pensar en que es lo que le ha sucedido. — ¿Qué harás ahora? — Cuestiona mi padre.
— Lo primero es encontrar un piso, y aunque estaré bien económicamente quiero dar clases de inglés. — Expresa con ilusión.
— ¿Por qué no empiezas conmigo? — Digo en un acto inconsciente.
《Maldito momento donde las palabras salen más rápido de lo que puedo pensar.》
— ¿Tú quieres aprender inglés? — Averigua.
— En realidad algo sé, pero quiero reforzarlo. — Explico.
— ¿Y eso? — Pregunta con demasiada curiosidad.
— Quiero hablarlo bien para poder manejarme mejor con algunos proyectos ¿Entonces me ayudaras? — Consulto.
— Esta bien... lo hare... —
— ¿Y cuando comenzamos? — Inquiero sonriente.
— ¿Mañana? — Propone.
— Mañana será profe. — Le digo sonriendo y puedo ver que, aunque no es la más amplia sonrisa del mundo, ella también me sonríe. 《¿estaré haciendo bien en tomar clases de inglés con ella? ¿o será uno de esos errores de los que me arrepentiré?》
[AZUL]Otra noche complicada, duermo, pero no descanso; mi mente solo le da vueltas a mi conversación con Carlos y su reacción al decirle que no tenderé ninguna trampa a nadie. La forma en la que me trato, la manera en la que tuve que convencerlo. Sé que nuestra conversación no ha terminado ahí, pero lidiare con eso más adelante; ahora quiero enfocarme en rehacer mi vida. En estos momentos lo que me inquieta son las clases de ingles con Santiago. Hemos quedado en tener la primera clase hoy a las 11:00AM, y realmente no sé si ha sido una buena idea aceptar ser su profesora, pero por alguna extraña razón este hombre tiene un poder de convencimiento sobre mi. Me levanto de la cama, me voy a duchar, me coloco un jean, camisa blanca y zapatos del mismo color y bajo a desayunar.<
[SANTIAGO]Lucia se acerca caminando hacia nosotros, y me sigue mirando de esa forma acusadora. 《Si, ya se hice mal, tengo novia y además Azul está llorando.》— Toma, aquí tienes el número de la psicóloga. — Le dice mi hermana, le entrega un papel a Azul y sin decir más nada se retira.Azul rápidamente abre el papel y lo observa con sus ojos aun llenos de lágrimas. — Tenemos que hablar, necesito saber que te sucede. —Le comento intentado que me mire.— Ahora no Santiago, necesito hablar con ella. — Me responde haciendo referencia al papel que le ha dado mi hermana.— Dime algo por favor. Sé que estuve mal, lo siento... por favor no me dejes arruinar todo esto... —Le pido suplicante.— Santiago, no eres tú... soy yo la que tiene problemas... —Explica aun sin mirarme.— ¿Q
[SANTIAGO]Después de haber pasado una noche bastante mala a causa de las copas de más que tome anoche y de no poder parar de pensar en ella, despierto desorientado en mi habitación. Mi mente recorría los momentos vividos con Marina y el beso con Azul intentando entender que sucede en mi corazón, pero aun no tengo respuesta...Golpeo la puerta de la habitación donde esta Andrés y él también ya se ha levantado, por lo tanto, bajamos a desayunar, aunque por la hora tendría que ser más como una especie de almuerzo ya que son las 11AM. Para mi sorpresa no hay nadie en la casa y es que todos están trabajando y Azul ha dejado una nota diciendo que iría a su cita con Victoria; la psicóloga amiga de mi hermana. Ojalá y Victoria pueda ayudarla, ya que si ella logra hacerlo también me ayudara a mí de alguna manera, aunque sea indirectamente. Después de ha
Estamos terminando de almorzar con Azul, el silencio reina en este lugar, y es que no sé qué decirle, ni siquiera sélo que siento por ella y ahora me doy cuenta de que ella está negada a vivir una nueva historia de amor 《¿Qué puedo hacer yo en contra del pasado? ¿Cómo puedo intentar ganar el corazón de alguien que no está dispuesta a amar nuevamente? ¿Realmente ella significa tanto como para luchar contra todo esto?》 Miles de preguntas recorren mi mente mientras muevo la comida que se encuentra en el plato de un lado al otro con mi tenedor sin probar bocado. La miro de reojo, observo que ella esta de igual manera, en silencio moviendo la comida y con lagrimas ya secas sobre sus mejillas. Sus ojos están bastante rojos de haber llorado, pero aun así ese rostro angelical que tiene luce precioso.—Santiago, me vas a tener que disculpar, pero no puedo probar bocado. —
[Santiago]Llegamos a la casa y Azul automáticamente se retira hacia su cuarto, según lo que me ha contado, tiene que organizar algunos asuntos y que por tal motivo necesita estar sola. Yo no creo en lo que me ha dicho, más bien creo que necesita estar sola para seguir derramando lagrimas; no debe haber sido fácil remover las heridas del pasado que para ella son presente. Por mi parte estoy agobiado, confundido y solo quiero distraerme. Bajo a mi estudio, y como suelo hacerlo cuando estoy de este animo, comienzo a dibujar bocetos de edificios y casas que se me vienen a la mento.Llevo horas en mi estudio. He logrado hacer algún que otro boceto y tal vez en algún momento lo utilice para algo. De pronto escucho que alguien golpea la puerta y le indico que puede pasar. Es mi hermana.—Hermanito, ¿Cómo te e
Estamos en la mesa sentados en familia esperando para poder cenar, Marina está a mi lado y yo en lo único que puedo pensar es en que no he visto a Azul en todo el día. Definitivamente voy a tener que replantear mi relación con mi novia, me estoy volviendo loco, hoy cuando me besaba solo pensaba en ella, en sus ojos, en su piel.... 《¡Basta Santiago!》 Me grita mi inconsciente.— Hijo, ¿Te encuentras bien? — Me pregunta mi madre regresándome a la realidad.— Si, si... perdón, solo pensando en trabajo. — Respondo inventandome una excusa.Marina juega con su mano sobre mi pierna por debajo de la mesa y yo solo intento detenerla. En otro momento su juego me hubiese encantado y provocado, pero ahora ya no. 《Esto es más grave de lo que yo creía.》 Mi pensamiento se ve interrumpido cuando Lucia y Azul llegan a la casa y entran al comedor saludándonos a todos. Az
Después de arreglado todo para el viaje a Estados Unidos, ahora me encuentro de camino a la casa de Marina. Necesito hablar con ella. Una vez que llego mi destino, toco el timbre y a los pocos minutos ella abre la puerta — ¿Qué quieres Santiago? — Me pregunta muy seria.— Tenemos que hablar, ¿No crees? — Respondo de la misma manera.— Si me dirás la verdad te escucho. — Sentencia y abre la puerta para luego dejarme pasar.No sentamos en los sillones que hay en la sala y me mira esperando que comience a hablar — Estuve toda la noche pensando acerca de nosotros y de lo que me has dicho anoche. — Le digo mirándola fijamente.— ¿Y entonces? — Presiona.— La verdad es que algo me pasa con ella, pero no se aun que es... — Le confieso muy apenado.— Santiago, te conozco desde hace mucho... Estás enamorado, solo que n
[AZUL]Tengo mis ojos cerrados, estoy recostada en el sofá del consultorio de Victoria en mi segunda sesión con ella — Azul, comencemos la sesión hablando de lo que me dijiste la ultima vez. ¿Por qué dices que no crees en el amor? — Pregunta refiriéndose a lo que hablamos en la primera sesión y quedamos en profundizar hoy.Los recuerdos de Fernando y yo juntos pasan por mi mente. Recuerdo lo felices que éramos, la forma en que nos amábamos, su sonrisa, sus manías... y después lo poco que duro mi felicidad. Estos recuerdos hacen que las lágrimas instintivamente salgan de mis ojos — Nunca nadie me amo, y cuando alguien lo hizo y yo lo ame de la misma forma... lo perdí...— Confieso y me siento en el sofá mientras que un llanto desesperado se apodera de mí. No puedo evitar ponerme así cada vez que pienso en el asco que fue mi v