[SANTIAGO]
Después de haber pasado una noche bastante mala a causa de las copas de más que tome anoche y de no poder parar de pensar en ella, despierto desorientado en mi habitación. Mi mente recorría los momentos vividos con Marina y el beso con Azul intentando entender que sucede en mi corazón, pero aun no tengo respuesta...
Golpeo la puerta de la habitación donde esta Andrés y él también ya se ha levantado, por lo tanto, bajamos a desayunar, aunque por la hora tendría que ser más como una especie de almuerzo ya que son las 11AM. Para mi sorpresa no hay nadie en la casa y es que todos están trabajando y Azul ha dejado una nota diciendo que iría a su cita con Victoria; la psicóloga amiga de mi hermana. Ojalá y Victoria pueda ayudarla, ya que si ella logra hacerlo también me ayudara a mí de alguna manera, aunque sea indirectamente. Después de ha
Estamos terminando de almorzar con Azul, el silencio reina en este lugar, y es que no sé qué decirle, ni siquiera sélo que siento por ella y ahora me doy cuenta de que ella está negada a vivir una nueva historia de amor 《¿Qué puedo hacer yo en contra del pasado? ¿Cómo puedo intentar ganar el corazón de alguien que no está dispuesta a amar nuevamente? ¿Realmente ella significa tanto como para luchar contra todo esto?》 Miles de preguntas recorren mi mente mientras muevo la comida que se encuentra en el plato de un lado al otro con mi tenedor sin probar bocado. La miro de reojo, observo que ella esta de igual manera, en silencio moviendo la comida y con lagrimas ya secas sobre sus mejillas. Sus ojos están bastante rojos de haber llorado, pero aun así ese rostro angelical que tiene luce precioso.—Santiago, me vas a tener que disculpar, pero no puedo probar bocado. —
[Santiago]Llegamos a la casa y Azul automáticamente se retira hacia su cuarto, según lo que me ha contado, tiene que organizar algunos asuntos y que por tal motivo necesita estar sola. Yo no creo en lo que me ha dicho, más bien creo que necesita estar sola para seguir derramando lagrimas; no debe haber sido fácil remover las heridas del pasado que para ella son presente. Por mi parte estoy agobiado, confundido y solo quiero distraerme. Bajo a mi estudio, y como suelo hacerlo cuando estoy de este animo, comienzo a dibujar bocetos de edificios y casas que se me vienen a la mento.Llevo horas en mi estudio. He logrado hacer algún que otro boceto y tal vez en algún momento lo utilice para algo. De pronto escucho que alguien golpea la puerta y le indico que puede pasar. Es mi hermana.—Hermanito, ¿Cómo te e
Estamos en la mesa sentados en familia esperando para poder cenar, Marina está a mi lado y yo en lo único que puedo pensar es en que no he visto a Azul en todo el día. Definitivamente voy a tener que replantear mi relación con mi novia, me estoy volviendo loco, hoy cuando me besaba solo pensaba en ella, en sus ojos, en su piel.... 《¡Basta Santiago!》 Me grita mi inconsciente.— Hijo, ¿Te encuentras bien? — Me pregunta mi madre regresándome a la realidad.— Si, si... perdón, solo pensando en trabajo. — Respondo inventandome una excusa.Marina juega con su mano sobre mi pierna por debajo de la mesa y yo solo intento detenerla. En otro momento su juego me hubiese encantado y provocado, pero ahora ya no. 《Esto es más grave de lo que yo creía.》 Mi pensamiento se ve interrumpido cuando Lucia y Azul llegan a la casa y entran al comedor saludándonos a todos. Az
Después de arreglado todo para el viaje a Estados Unidos, ahora me encuentro de camino a la casa de Marina. Necesito hablar con ella. Una vez que llego mi destino, toco el timbre y a los pocos minutos ella abre la puerta — ¿Qué quieres Santiago? — Me pregunta muy seria.— Tenemos que hablar, ¿No crees? — Respondo de la misma manera.— Si me dirás la verdad te escucho. — Sentencia y abre la puerta para luego dejarme pasar.No sentamos en los sillones que hay en la sala y me mira esperando que comience a hablar — Estuve toda la noche pensando acerca de nosotros y de lo que me has dicho anoche. — Le digo mirándola fijamente.— ¿Y entonces? — Presiona.— La verdad es que algo me pasa con ella, pero no se aun que es... — Le confieso muy apenado.— Santiago, te conozco desde hace mucho... Estás enamorado, solo que n
[AZUL]Tengo mis ojos cerrados, estoy recostada en el sofá del consultorio de Victoria en mi segunda sesión con ella — Azul, comencemos la sesión hablando de lo que me dijiste la ultima vez. ¿Por qué dices que no crees en el amor? — Pregunta refiriéndose a lo que hablamos en la primera sesión y quedamos en profundizar hoy.Los recuerdos de Fernando y yo juntos pasan por mi mente. Recuerdo lo felices que éramos, la forma en que nos amábamos, su sonrisa, sus manías... y después lo poco que duro mi felicidad. Estos recuerdos hacen que las lágrimas instintivamente salgan de mis ojos — Nunca nadie me amo, y cuando alguien lo hizo y yo lo ame de la misma forma... lo perdí...— Confieso y me siento en el sofá mientras que un llanto desesperado se apodera de mí. No puedo evitar ponerme así cada vez que pienso en el asco que fue mi v
[SANTIAGO]Estamos partiendo rumbo al aeropuerto para ir a Los Ángeles, y no puedo dejar de pensar en lo diferente que se ha comportado Azul en estos días. Si bien aún sigue reacia a nuestra cercanía ya no me esquiva tanto, nuestras últimas dos clases de ingles han sido bajo mucha menos tensión que la primera donde apenas me acerque a ella ya la incomodaba. Jorge es quien nos está llevando al aeropuerto y una vez que llegamos al aeropuerto rápidamente bajamos nuestras maletas y entramos para hacer el check—in y todo los protocolos de seguridad que ya son habituales. Una vez que nuestro vuelo es llamado, subimos al avión, nos sentamos en nuestros asientos en primera clase y minutos después este despega.Llevamos varias horas de vuelo entretenidos leyendo y escuchando música hasta que la observo y puedo ver que está nerviosa —¿Qué te sucede? ¿Estás
[SANTIAGO]Después de nuestra conversación, no he podido dormir absolutamente nada en todo lo que resto del vuelo; ella en cambio aun no ha despertado y ya el avión esta aterrizando en el aeropuerto internacional de Los Ángeles. Me da lástima tener que hacerlo porque realmente se ve sumamente en calma durmiendo, pero debo despertarla.— Azul... Ya estamos llegando. — Le digo a su oído mientras acaricio su mano.Ella se despierta un poco asustada y gira su rostro haciendo que sus labios queden frente a los míos. Al darse cuenta de que estamos tan cerca ella abre sus ojos ampliamente y me mira. Primero me mira a los ojos, pero después observa mi boca, y yo estoy haciendo un esfuerzo sobre humano para resistir las ganas que tengo de besarla. Con mucho esfuerzo me acomodo nuevamente en mi asiento sintiendo su mirada sobre mí.— Gracias... —《¿Gracias? &i
[AZUL]Santiago me envuelve en un abrazo que me transmite protección, pero que al mismo tiempo me hace temblar de pies a cabeza. Está vez sus labios no me han provocado miedo; sino que, por el contrario, me han hecho sentir lo mismo que sentía junto a Fernando. Sé que Victoria me dijo que no debía pensar en que olvidaría a Fernando si sentía lo mismo con Santiago, pero mi mente me juega en contra.Siento los dedos de Santiago quitando las lagrimas de mis mejillas y es un acto que realmente me toma por sorpresa. Me siento un poco mejor en el banco donde nos encontramos y lo observo. Él no me dice absolutamente nada, solo me lanza una media sonrisa.—Perdóname— Le digo avergonzada.— ¿Por qué debería perdonarte? — Me pregunta en lo que yo siento casi como un susurro.— Por ponerme de esta forma. Seguramente debes estar creyendo que so