[AZUL]
Otra noche complicada, duermo, pero no descanso; mi mente solo le da vueltas a mi conversación con Carlos y su reacción al decirle que no tenderé ninguna trampa a nadie. La forma en la que me trato, la manera en la que tuve que convencerlo. Sé que nuestra conversación no ha terminado ahí, pero lidiare con eso más adelante; ahora quiero enfocarme en rehacer mi vida. En estos momentos lo que me inquieta son las clases de ingles con Santiago. Hemos quedado en tener la primera clase hoy a las 11:00AM, y realmente no sé si ha sido una buena idea aceptar ser su profesora, pero por alguna extraña razón este hombre tiene un poder de convencimiento sobre mi. Me levanto de la cama, me voy a duchar, me coloco un jean, camisa blanca y zapatos del mismo color y bajo a desayunar.
Entro a la cocina y allí están Isabel, Lucia, y Santiago. Las niñas al parecer ya se han ido a la escuela, y yo simplemente saludo a todos y me siento a desayunar. Luego de un ameno momento entre conversaciones y café, subo al cuarto a preparar la clase de hoy. Estoy muy concentrada preparando el material de hoy cuando recibo una llamada de teléfono. Miro la pantalla del móvil y no reconozco el número. Desbloqueo la pantalla y contesto, para mi sorpresa es Marcos quien le ha pedido mi número a Lucia y ella accedió a dárselo.
Él quiere que vayamos a cenar esta noche para poder conocernos mejor ya que el día de la discoteca no lo hemos podido hacer a pesar de aquel beso. Estoy intentando encontrar las palabras para decirle que ese beso no significo nada, lo que menos quiero es que mal interprete la situación y busque iniciar ningún tipo de relación; no estoy interesada en él ni en ningún hombre porque simplemente no creo en el amor y eso dudo que vaya a cambiar. No lo puedo negar, por supuesto que es guapo, pero no quiero ilusionar a nadie y accedo a cenar con él, pero con el único propósito de explicarle lo que me sucede y para, aunque sea terminar siendo amigos. Termino la llamada, y sigo preparando el material hasta que el reloj ya marca las 11:00AM, por lo tanto, bajo a la sala y allí esta Santiago esperándome. Él me mira y esboza una media sonrisa.— ¿Esta lista, profe? — Me pregunta.
— Sí. — Le respondo un poco más seria.
— ¿Qué te parece si hacemos la clase en el jardín? — Propone con una gran sonrisa en su rostro.
Me es imposible decirle que no con esa carita que ha puesto.— Esta bien. — Accedo finalmente.
Salimos al jardín, y nos sentamos alrededor de la mesa que se encuentra al lado de la piscina. Por mi parte me siento en un lado de la mesa y él se sienta a mi lado. La distancia entre nuestros cuerpos es mínima y a decir verdad no me gusta esta falta de espacio, me pone nerviosa, me desespera; simplemente siento ganas de huir, pero sé que debo controlarme.
— ¿Te encuentras bien? — Me pregunta, y al parecer ha podido percibir mis nervios.
— Sí. — Respondo intentando sonar segura, pero sé claramente que no lo lograre por más esfuerzo que haga. —Comencemos. Dime Santiago, ¿qué parte de tu inglés crees o quieres reforzar? — Indago.
— Me gustaría reforzar los verbos e intentar hablar sin tanto acento. — Explica riéndose.
— Bueno lo de los verbos tiene solución, pero lo del acento es también cuestión de práctica. Así que empezaremos con los verbos primero. — Propongo.
Él rápidamente accede al plan que le propuse y así comenzamos la primera clase. Debo admitir que es un gran alumno porque presta atención a las indicaciones que le estoy dando y al mismo tiempo toma notas. Le he puesto a hacer un ejercicio de uno de los libros y puedo notar que está muy concentrado escribiendo y yo solo me limito a observarlo y prestar atención a cada uno de los gestos que hace. Por alguna razón me causa gracia la manera que levanta sus cejas, que sonríe cuando cree haber encontrado la respuesta, o simplemente la manera que mueve sus dedos provocando un sonido ameno sobre la mesa casi como si fuera un instrumento de percusión, y me doy cuenta de que es la manera en la que se concentra para pensar.
[SANTIAGO]
Estoy haciendo el ejercicio que me ha dado, y la realidad es que no sé cómo es que me estoy pudiendo concentrar en esto teniéndola tan cerca y pudiendo oler su perfume el cual es extremadamente dulce e invita a besar su piel. Definitivamente pedirle que sea mi profesora de inglés no ha sido una buena idea, pero muy dentro de mi sé que esto ha sido tan solo una excusa para poder estar cerca de ella.
Sigo sin entender que me sucede; tengo una novia que amo, pero esta mujer ha llegado a robarme la calma. Muevo mis dedos formando un sonido bastante interesante sobre la mesa y es que necesito concentrarme y esta es la única manera que hayo para conseguir mi objetivo. Una vez que tengo el ejercicio finalizado, se lo entrego y ella me sonríe con esa sonrisa encantadora que tiene y arrastra el libro sobre la mesa para acércaselo a ella.
Esta muy concentrada revisando cada punto del ejercicio y me encanta como se ve en este momento así de concentrada revisando todo, la manera que gesticula su rostro es única y me fascina cada detalle que veo. De repente ella levanta la vista, me sonríe y me señala algunos puntos donde me he equivocado, y yo me acerco a ella un poco más para poder ver de lo que me está hablando. Entiendo lo que me está diciendo, pero no puedo parar de mirar sus labios los cuales están a centímetros de los míos.— ¿Me estas prestando atención? — Me pregunta girando su rostro.
Al parecer ella no esperaba que estuviéramos tan cerca ya que sus ojos se han abierto más de lo normal. Tengo mi mirada clavada en sus ojos azules, ella parece no poder apartar la mirada al igual que yo. Y de repente, un impulso hace que levante mi mano y la coloque en su cuello luego de haber apartado su cabello. Ella no me dice nada, pero puedo notar lo nerviosa que esta ante mi tacto y no puedo comprender porqué. Me acerco más a ella y sé claramente lo que quiero, aunque estoy consciente de que no es correcto, pero mi corazón late muy deprisa y es casi inevitable.
Con mi mano sobre su cuello hago que nuestros rostros se acerquen más; ella aún sigue inmóvil, aunque con su respiración esta más agitada. Termino de acortar toda la distancia entre los dos y poso mis labios sobre los de ella. Azul no hace absolutamente nada, está completamente inmovilizada, y no entiendo lo que le sucede, 《¿será que no se siente atraída hacia mí?》 De a poco logro que ella me dé más acceso a su boca y así intensifico el beso, pero ella no me responde. Esta como en un estado de shock y yo me comienzo a preocupar. 《Creo que será mejor que no continúe con esto》 me digo a mí mismo, pero el sabor de sus labios es tan dulce como la miel y estoy atrapado en ellos.
— ¡Santiago!— Este grito hace que automáticamente me separe de la trampa mortal que son los labios de Azul. Me doy vuelta, allí esta Lucia mirándome y haciéndome miles de preguntas con su mirada. Observo a Azul, está llorando. 《¡Dios! ¿Qué he hecho? ¡Santiago que estúpido eres!》 Me grito a mí mismo.
[SANTIAGO]Lucia se acerca caminando hacia nosotros, y me sigue mirando de esa forma acusadora. 《Si, ya se hice mal, tengo novia y además Azul está llorando.》— Toma, aquí tienes el número de la psicóloga. — Le dice mi hermana, le entrega un papel a Azul y sin decir más nada se retira.Azul rápidamente abre el papel y lo observa con sus ojos aun llenos de lágrimas. — Tenemos que hablar, necesito saber que te sucede. —Le comento intentado que me mire.— Ahora no Santiago, necesito hablar con ella. — Me responde haciendo referencia al papel que le ha dado mi hermana.— Dime algo por favor. Sé que estuve mal, lo siento... por favor no me dejes arruinar todo esto... —Le pido suplicante.— Santiago, no eres tú... soy yo la que tiene problemas... —Explica aun sin mirarme.— ¿Q
[SANTIAGO]Después de haber pasado una noche bastante mala a causa de las copas de más que tome anoche y de no poder parar de pensar en ella, despierto desorientado en mi habitación. Mi mente recorría los momentos vividos con Marina y el beso con Azul intentando entender que sucede en mi corazón, pero aun no tengo respuesta...Golpeo la puerta de la habitación donde esta Andrés y él también ya se ha levantado, por lo tanto, bajamos a desayunar, aunque por la hora tendría que ser más como una especie de almuerzo ya que son las 11AM. Para mi sorpresa no hay nadie en la casa y es que todos están trabajando y Azul ha dejado una nota diciendo que iría a su cita con Victoria; la psicóloga amiga de mi hermana. Ojalá y Victoria pueda ayudarla, ya que si ella logra hacerlo también me ayudara a mí de alguna manera, aunque sea indirectamente. Después de ha
Estamos terminando de almorzar con Azul, el silencio reina en este lugar, y es que no sé qué decirle, ni siquiera sélo que siento por ella y ahora me doy cuenta de que ella está negada a vivir una nueva historia de amor 《¿Qué puedo hacer yo en contra del pasado? ¿Cómo puedo intentar ganar el corazón de alguien que no está dispuesta a amar nuevamente? ¿Realmente ella significa tanto como para luchar contra todo esto?》 Miles de preguntas recorren mi mente mientras muevo la comida que se encuentra en el plato de un lado al otro con mi tenedor sin probar bocado. La miro de reojo, observo que ella esta de igual manera, en silencio moviendo la comida y con lagrimas ya secas sobre sus mejillas. Sus ojos están bastante rojos de haber llorado, pero aun así ese rostro angelical que tiene luce precioso.—Santiago, me vas a tener que disculpar, pero no puedo probar bocado. —
[Santiago]Llegamos a la casa y Azul automáticamente se retira hacia su cuarto, según lo que me ha contado, tiene que organizar algunos asuntos y que por tal motivo necesita estar sola. Yo no creo en lo que me ha dicho, más bien creo que necesita estar sola para seguir derramando lagrimas; no debe haber sido fácil remover las heridas del pasado que para ella son presente. Por mi parte estoy agobiado, confundido y solo quiero distraerme. Bajo a mi estudio, y como suelo hacerlo cuando estoy de este animo, comienzo a dibujar bocetos de edificios y casas que se me vienen a la mento.Llevo horas en mi estudio. He logrado hacer algún que otro boceto y tal vez en algún momento lo utilice para algo. De pronto escucho que alguien golpea la puerta y le indico que puede pasar. Es mi hermana.—Hermanito, ¿Cómo te e
Estamos en la mesa sentados en familia esperando para poder cenar, Marina está a mi lado y yo en lo único que puedo pensar es en que no he visto a Azul en todo el día. Definitivamente voy a tener que replantear mi relación con mi novia, me estoy volviendo loco, hoy cuando me besaba solo pensaba en ella, en sus ojos, en su piel.... 《¡Basta Santiago!》 Me grita mi inconsciente.— Hijo, ¿Te encuentras bien? — Me pregunta mi madre regresándome a la realidad.— Si, si... perdón, solo pensando en trabajo. — Respondo inventandome una excusa.Marina juega con su mano sobre mi pierna por debajo de la mesa y yo solo intento detenerla. En otro momento su juego me hubiese encantado y provocado, pero ahora ya no. 《Esto es más grave de lo que yo creía.》 Mi pensamiento se ve interrumpido cuando Lucia y Azul llegan a la casa y entran al comedor saludándonos a todos. Az
Después de arreglado todo para el viaje a Estados Unidos, ahora me encuentro de camino a la casa de Marina. Necesito hablar con ella. Una vez que llego mi destino, toco el timbre y a los pocos minutos ella abre la puerta — ¿Qué quieres Santiago? — Me pregunta muy seria.— Tenemos que hablar, ¿No crees? — Respondo de la misma manera.— Si me dirás la verdad te escucho. — Sentencia y abre la puerta para luego dejarme pasar.No sentamos en los sillones que hay en la sala y me mira esperando que comience a hablar — Estuve toda la noche pensando acerca de nosotros y de lo que me has dicho anoche. — Le digo mirándola fijamente.— ¿Y entonces? — Presiona.— La verdad es que algo me pasa con ella, pero no se aun que es... — Le confieso muy apenado.— Santiago, te conozco desde hace mucho... Estás enamorado, solo que n
[AZUL]Tengo mis ojos cerrados, estoy recostada en el sofá del consultorio de Victoria en mi segunda sesión con ella — Azul, comencemos la sesión hablando de lo que me dijiste la ultima vez. ¿Por qué dices que no crees en el amor? — Pregunta refiriéndose a lo que hablamos en la primera sesión y quedamos en profundizar hoy.Los recuerdos de Fernando y yo juntos pasan por mi mente. Recuerdo lo felices que éramos, la forma en que nos amábamos, su sonrisa, sus manías... y después lo poco que duro mi felicidad. Estos recuerdos hacen que las lágrimas instintivamente salgan de mis ojos — Nunca nadie me amo, y cuando alguien lo hizo y yo lo ame de la misma forma... lo perdí...— Confieso y me siento en el sofá mientras que un llanto desesperado se apodera de mí. No puedo evitar ponerme así cada vez que pienso en el asco que fue mi v
[SANTIAGO]Estamos partiendo rumbo al aeropuerto para ir a Los Ángeles, y no puedo dejar de pensar en lo diferente que se ha comportado Azul en estos días. Si bien aún sigue reacia a nuestra cercanía ya no me esquiva tanto, nuestras últimas dos clases de ingles han sido bajo mucha menos tensión que la primera donde apenas me acerque a ella ya la incomodaba. Jorge es quien nos está llevando al aeropuerto y una vez que llegamos al aeropuerto rápidamente bajamos nuestras maletas y entramos para hacer el check—in y todo los protocolos de seguridad que ya son habituales. Una vez que nuestro vuelo es llamado, subimos al avión, nos sentamos en nuestros asientos en primera clase y minutos después este despega.Llevamos varias horas de vuelo entretenidos leyendo y escuchando música hasta que la observo y puedo ver que está nerviosa —¿Qué te sucede? ¿Estás