Estoy en sentada en el taburete de la cocina mientras paso la tarde con Gail y Lola, al tiempo que trabajo con algunos preparativos de la boda.—Necesito encontrar una repostería para el pastel.—La comida la haré yo.—Lola…—No está en discusión, quiero hacerlo.Sonrío.—Bien. Entonces déjame sacar de mi lista el catering.— ¿Para cuántas personas lo quieres?Pienso un momento.Realmente aún no sabemos si la familia de Román asistirá a la ceremonia. Es un tema del que no hemos hablado. De hecho, Morgana no ha vuelto a visitarles.Eso es algo que me tiene con pendiente.—Creo que seremos alrededor de veinte personas. —Respondo —de hecho, será una boda muy íntima con allegados.Lola me da una mirada comprensiva.—Bien, haré un catering surtido para tus invitados —se inclina en la barra —sé que nuestro inicio no fue el mejor, pero he visto el cambio positivo en mi niña y lo agradezco.Sonrío con gratitud.—Muchas gracias por tus palabras, Lola.—A ti, querida. —Espeta en tono afable.Mi
Cuando al fin tenemos noticias de Román es tarde. Al parecer estuvo involucrado en una colisión de varios autos gracias a la imprudencia de un conductor. Saber eso me genera más miedo y estrés al mismo tiempo. Sin embargo, el doctor nos ha dicho que Román tiene una fractura en su brazo y una contusión por la cual está en observación. Una de las enfermeras nos avisa que podemos verle. Así que, sin importar a quien pueda incomodar, atravieso el pasillo y entro a la habitación indicada por ella. Cuando abro la puerta lo encuentro acostado en la cama de hospital. Está golpeado, su frete tiene sutura, su brazo tiene la escayola. Pero verlo desierto, es un alivio. Entro a la habitación. —Davina. Suspira cuando sin mediar palabra lo envuelvo con mis brazos con cuidado de no hacerle daño. —Estoy bien —susurra al tiempo que siento como lágrimas descienden pro mi mejilla. El alivio que siento en este momento no tiene precio. Me alejo un poco y me encuentro con su mirada. Este me da
Dos días después de estar recluido en el hospital, al fin dan de alta a Román.El hombre ya estaba por subirse en las paredes.Al llegar a casa, fue recibido por Paloma, que estaba feliz de ver a su padre.Aunque se asustó un poco cuando vio el estado de su rostro más que todo.Los padres y hermana de Román y se han ido y la tensión entre todos ha disminuido.—Me ayudarás a cuidar de papá, ¿cierto?Ella asiente.Román la mira con una sonrisa antes de inclinarse y dejar un beso en su cabeza.Está acostado en la habitación principal y Paloma decidió acostarse a su lado.—Te haré un pastel con Lola —anuncia.—Eso está mejor —cuchichea Román.Paloma salta de la cama animada y sale de la habitación como un rayo.Una vez a solas, me acerco a Román y tomo asiento a su lado en la cama y ajusto las almohadas.—Necesitas comer algo, tomar tus medicamentos para el dolor y descansar.Tuerce el gesto.—Ya he descansado lo suficiente. —Pues, vas a seguir descansando hasta que el médico te recomie
Houston, Texas.El sonido de la ciudad despertando se filtra por la cornisa de mi habitación mientras aún estoy en la cama. No es como si estuviera durmiendo y fuera un amanecer donde levitamos con la sensación de que será un espléndido día.No.Me quedo mirando el techo de mi habitación y cierro los ojos cuando la decepción de otra mañana sola, me hace recordar mi realidad.Ofuscada conmigo y con la vida salgo de la cama, apago el despertador que debería haberme despertado dentro de un par de horas más. Después de una parada en el baño, bajo hasta la cocina donde enciendo la cafetera y me quedo mirando la nada un momento.Hoy. Hace tres años que mi vida cambió radicalmente.Cierro los ojos y reprimo las lágrimas que quieren brotar en el silencio de mi solitaria casa.Flashback.—Hoy. Quiero agradecer a todos los presentes por reunirse con nosotros en este lugar para homenajear un logro más de mi esposo—Digo mirando a Mike que está a mi lado. Me ve con una sonrisa—Sé que tuvimos tiemp
En timbre me sobresalta sacándome de mis recuerdos. Me pongo de pie y abro para encontrarme con Celeste Thompson.Mi madre.—Veo que madrugaste—Comento cuando la dejo pasar.—Sabía que estabas despiertaCamina hasta la cocina y deja una bolsa, el periódico antes de servirse, una dosis de café.—Sé que te gusta ir sola al cementerio, pero hoy quiero acompañarte.La miro des el otro lado de la encimera y no digo nada. Trato de que mi dolor no sea muy evidente.—No tienes, porque hacerlo.—Davina—Suspira mi madre—Tú perdiste a tu esposo y a tu hijo— Comienza y el familiar dolo se filtra en mi pecho. Respiro profundo para mantenerlo a raya.—Mamá—Niego.—Yo perdí a mi nieto, un yerno y en cierto modo, perdí a mi hija— Su voz se quiebra— Sé que la sicóloga te ayudo a sobrellevar todo esto, pero también tienes que salir de tu caparazón y vivir, mi amor.—Yo vivo bien, mamá.—Estar aquí la mayor parte del Tiempo y dar clases en línea no es vivir, cielo. Dejaste el instituto. Ya no te diviert
ROMAN POV. —La-la-la-la-la... —¡Ya basta! — exclamo haciendo callar a mi hija—Esta vez no cederé a tus berrinches, Paloma. Te pasaste al ponerle chicle en el cabello a tu niñera. Mi hija de nueve años está de pie en medio de mi oficina en casa y me mira con disgusto. Sus ojos verdes están húmedos por lágrimas no derramadas. —La señorita Hill renuncio. Es la tercera que renuncia en un mes—Hablo desde mi silla. —No quiero una niñera. Las odió— Refunfuña. —En eso estamos de acuerdo mi pequeña dama. Lo que necesitas es una institutriz que te meta en vereda. Ya que no me prestas atención. Necesitas alguien que te enseñe algo de disciplina porque está visto que no quieres acatar mis órdenes. —Roman. La voz de mi ex-cuñada y tía de Palomas irrumpe en mi oficina. Irina es la hermana de mi exmujer. Ella, está al pendiente de Paloma en ocasiones. Eso después de que Julia me dejara hace un año por un pianista y se olvidara de su hija. —Tía —Paloma corre a sus brazos y oculta su rostro—Pa
Después de mucho pensarlo y de una charla con mi hermano, Dorian. He decidió aceptar asistir a la entrevista con el señor Baker’s.Mi madre tiene razón. Debo comenzar a dar pequeños pasos y así salir adelante.Jamás me repondré de tal perdida. Pero debo aceptar que la vida sigue y ni Jeremy ni Mike querrían verme escondida del mundo y dejando pasar mi vida, cuando puedo hacer algo mejor con ella.Cuando el GPS me indica que he llegado a mi destino. Miro con asombro una valla enorme.¡Es una m*****a finca!Digo mi nombre al guardia que está apostado en la entrada y con nerviosismos espero.—El señor Baker’s la está esperando —dice sin cambiar su gesto.—Gracias —murmuro.La verja se abre y subo mi coche por el sendero arbolado. La vista es hermosa y majestuosa. Sin duda una de las mansiones más hermosas que he visto.Estaciono junto a un todoterreno y Después de respirar profundo tomo mi bolso y el dosier.Repaso mi atuendo.Un vestido a la altura de las rodillas, en color gris con zapa
—¿Va a llevar esto? Las palabras vienen de mi madre, que me está ayudando con el equipaje que llevaré a la casa de los Baker’s. Ayer, luego del incidente con Paloma me fue imposible que se abriera conmigo. Pero, es normal y sé que tengo un duro trabajo por delante. Miro la camiseta que mi madre me tiende y la tomo. —¿Crees que llevo mucho equipaje? —murmuro mirando alrededor. —No —sonríe —Solo que hace mucho no haces un equipaje. Asiento. Me acerco hasta la comoda junto a mi cama y la abro. Dentro está la manta preferida de mi hijo, la cual se quedó conmigo. Huele a él y es lo más preciado que tengo del mismo. Una sonrisa se desliza por mi rostro al recordar lo que amaba el trozo de tela. Tomo una fotografía familiar de Mike, Jeremy y yo de su último cumpleaños. Y las llevo a la maleta. —Creo que es todo —susurro. —Vas a estar bien. Asiento. El timbre de la puerta principal suena. —Debe ser tu hermano para despedirse. Sonrío. Cierro mi maleta y segundos después mi herma