Y mientras Elena fantaseaba sobre todo aquello, Amanda se puso de pie y tomándola de una mano la hizo levantarse:
—Vámonos... ya no quiero estar un minuto más aquí —le ordeno más que pedirle, mostrando abiertamente su coraje.
Elena iba a replicar, al verla tomar su bolso de mano y el elegante abrigo, ya que no deseaba marcharse en ese momento, pero no alcanzo a pronunciar una sola palabra ya que los dos amigos se habían acercado a ellas y estaban a su lado.
—No puede ser posible que ya estén por marcharse —murmuro Andrés sonriendo, al verlas de pie y con sus pertenencias en las manos— ¿Por qué se van? La reunión está muy animada y es en su honor.
—¡Eso es cosa que a usted no le importa! —respondió Amanda cortante. Ya que de la Ronda se había dirigido directamente a ella.
—Lo que más me agrada
Elena, se veía a sí misma, en aquellos momentos, como una adolescente enamorada, con sus dudas y temores, pensando que Andrés de la Ronda estaba a su alcance, pero al mismo tiempo tan lejos como para poder entregarse en sus brazos y vivir a su lado todo lo tierno y dulce que tenía en su ser y que nunca antes había entregado a nadie.Esas ideas y sentimientos que surgieran en Londres, y que la hicieran decidirse a perdonar a su prima si esta la comprendía y la ayudaba a conquistarlo, la habían seguido hasta México y ahora en la intimidad de su recámara, volvían a motivarla a soñar despierta, formando planes futuros, siempre al lado de Andrés.Lo que no se imaginaba siquiera, era que, no sólo ella pensaba en el conocido seductor esa noche en aquella casa. También Amanda lo tenía en la mente, aunque sus reflexiones eran una mezcla de confusas sensaciones emoc
Si Amanda, no estaba en tal o cual competencia, se reunían para platicar de sus inquietudes, comentando sus planes, sus triunfos y fracasos, encontrando consuelo mutuo en su franca comunicación de sus contadas entrevistas.Por eso fue que a Catalina le sorprendió mucho recibir la llamada de su querida amiga Amanda, y más le impacto saber el motivo de aquel telefonema, no obstante, se ofreció ayudarla y hacer lo que ella le pedía en ese momento.Habían transcurrido cinco días desde que la llamara y ahora que se encontraban juntas, en la casa de la ciudad, Amanda la condujo a la biblioteca en donde podrían hablar con total libertad y tranquilidad.Nadie podría escucharlas en ese lugar, ya que la servidumbre no se acercaba si no era algo de urgencia, o por qué se les llamara para algún servicio, y Elena no se encontraba en la casa.—Celebro que por fin hayas venido a ve
» —¡Yo soy quien tiene la culpa! —le dijo— si quieres pegarle a alguien, hazlo conmigo… pero ya déjalo… ya no lo lastimes más… no seas tan desgraciado.» —¿Por qué? —preguntó Andrés casi llorando— Yo te amo y tú me pagas así… ¿por qué?» —Porque así soy… siempre lo he sido… me gustas, me caes bien y disfruto mucho estando contigo, pero no soy mujer de un solo hombre… tengo varios amantes, todos jóvenes, por eso no quise que lo nuestro se supiera, no me convenía… —le confesó ella apenada» —¡Lárguense los dos de esta casa ahora mismo o los echo a patadas! —gritó Andrés furioso» —Tarde o temprano te ibas a enterar —dijo Aurora mientras se vestía— lamento que h
Su primer contratiempo fue al llegar, no podía entrar sin invitación; intento sobornar al guardia de seguridad que la detenía, no lo consiguió, vio que llegaban unos viejos amigos y se unió a ellos y de esa manera pudo entrar.Tampoco en aquel lugar los encontró, hacia sólo unos minutos que ellos se habían marchado, justo cuando estaba discutiendo con el guardia. Ellos habían salido por la puerta trasera.Por enésima vez pregunto por ellos y al enterarse su destino, volvió a ir tras de sus huellas.Todo fue inútil, tal parecía que la suerte la odiaba y se ponía en su contra. O llegaba cuando él ya se había marchado o simplemente Andrés y su amigo cambiaban de planes yendo a otro lado diferente al que dijeran que acudirían.Para esos momentos, llevaba recorrida media ciudad, y no había logrado verlos.El tiem
Le gustaba Andrés para que fuera el primer hombre en su vida, ¿y por qué no? ¡El único! ¿Y qué mejor lugar que una caballeriza para culminar su más ferviente deseo?Ese lugar que para ella era como su segundo hogar. Se imaginaba a sí misma, recostada en un montón de paja, luciendo su espléndido cuerpo, completamente desnudo, y expuesto abiertamente a las miradas abrasadoras de él. Seguramente de la Ronda sabría apreciar aquel hermoso tributo que se le brindaba.Toda su piel se estremeció al pensar que él pudiera recorrer su piel lentamente, con los oj|os y con las manos, deteniéndose en los lugares más íntimos y pasionales que encontrara a su paso, y luego, mientras se besaban y se abrazaban. El acoplamiento perfecto, la comunión de sus cuerpos, en la entrega, subyugándose, amándose sin condiciones ni prej
—Claro que sí, a mí también me dará mucho gusto estar con ustedes —respondió Amanda a la sincera invitación— no sólo necesito unas vacaciones, sino que tengo ganas de ver a Miriam, tu esposa y a tus hijas. Unos días con ustedes me llenaran de nuevos bríos. Te prometo que estaré allá.—Perfecto, les informaré de inmediato para que te vayan preparando tu recámara y todo lo que a ti te gusta, sabes que te haremos sentir como en tu propia casa.—Lo sé y se los agradezco mucho, de verdad.Con un dulce beso en la mejilla se despidió de ella. Amanda permaneció sentada en su sillón viéndolo salir. Eran muchas las cosas de Francisco que le recordaban a su padre, tal vez por eso le tenía un cariño especial.Aunque también podía ser el que desde niña conviviera a su lado, v
A la mañana siguiente encontró a su prima esperándola para desayunar, se veía sonriente y satisfecha. Sin saber porque aquella actitud le molesto, no obstante, no comentó nada.Hubiera deseado preguntarle sobre lo sucedido con Andrés de la Ronda, pero no quiso que Elena se enterara de que ella se interesaba por él, no tenía caso decírselo.Así que, platicando de cosas sin importancia, y sin que ninguna de las dos encarara el tema que les hubiera gustado discernir, desayunaron en un clima de tranquilidad y armonía.Los siguientes días, Amanda se encargó de preparar todo para su viaje de descanso a la hacienda de Francisco, aquella actividad la hizo olvidarse por completo de Andrés, ya que durante el día estaba en los negocios o girando instrucciones por teléfono para la atención a sus caballos, y por la noche llegaba tan cansada qu
Amanda se comportaba como siempre, eso la confundió más aún, mil cosas pasaban por su mente. Se imaginaba a su amado platicando con su prima, diciéndole que amaba a Elena, y ella molesta lo había corrido de la fiesta, seguramente celosa de que no la prefirieran, ni con toda su fortuna.Estaba convencida que no podía haber sido de otra manera, Amanda no deseaba que ella fuera feliz, pero ahora si lucharía por su dicha.En la primera oportunidad que tuviera hablaría con Andrés y le diría cuanto lo amaba, le aseguraría que no habría nadie que los separara y que por su amor estaba dispuesta a todo.Cuando Amanda quisiera hacer algo por impedirlo ya sería demasiado tarde para cualquier cosa que intentara. Ella y Andrés podrían vivir su amor tan intensamente como lo desearan.Reflexionando sobre todo aquello, Elena no se dio cuenta de que