Su primer contratiempo fue al llegar, no podía entrar sin invitación; intento sobornar al guardia de seguridad que la detenía, no lo consiguió, vio que llegaban unos viejos amigos y se unió a ellos y de esa manera pudo entrar.
Tampoco en aquel lugar los encontró, hacia sólo unos minutos que ellos se habían marchado, justo cuando estaba discutiendo con el guardia. Ellos habían salido por la puerta trasera.
Por enésima vez pregunto por ellos y al enterarse su destino, volvió a ir tras de sus huellas.
Todo fue inútil, tal parecía que la suerte la odiaba y se ponía en su contra. O llegaba cuando él ya se había marchado o simplemente Andrés y su amigo cambiaban de planes yendo a otro lado diferente al que dijeran que acudirían.
Para esos momentos, llevaba recorrida media ciudad, y no había logrado verlos.
El tiem
Le gustaba Andrés para que fuera el primer hombre en su vida, ¿y por qué no? ¡El único! ¿Y qué mejor lugar que una caballeriza para culminar su más ferviente deseo?Ese lugar que para ella era como su segundo hogar. Se imaginaba a sí misma, recostada en un montón de paja, luciendo su espléndido cuerpo, completamente desnudo, y expuesto abiertamente a las miradas abrasadoras de él. Seguramente de la Ronda sabría apreciar aquel hermoso tributo que se le brindaba.Toda su piel se estremeció al pensar que él pudiera recorrer su piel lentamente, con los oj|os y con las manos, deteniéndose en los lugares más íntimos y pasionales que encontrara a su paso, y luego, mientras se besaban y se abrazaban. El acoplamiento perfecto, la comunión de sus cuerpos, en la entrega, subyugándose, amándose sin condiciones ni prej
—Claro que sí, a mí también me dará mucho gusto estar con ustedes —respondió Amanda a la sincera invitación— no sólo necesito unas vacaciones, sino que tengo ganas de ver a Miriam, tu esposa y a tus hijas. Unos días con ustedes me llenaran de nuevos bríos. Te prometo que estaré allá.—Perfecto, les informaré de inmediato para que te vayan preparando tu recámara y todo lo que a ti te gusta, sabes que te haremos sentir como en tu propia casa.—Lo sé y se los agradezco mucho, de verdad.Con un dulce beso en la mejilla se despidió de ella. Amanda permaneció sentada en su sillón viéndolo salir. Eran muchas las cosas de Francisco que le recordaban a su padre, tal vez por eso le tenía un cariño especial.Aunque también podía ser el que desde niña conviviera a su lado, v
A la mañana siguiente encontró a su prima esperándola para desayunar, se veía sonriente y satisfecha. Sin saber porque aquella actitud le molesto, no obstante, no comentó nada.Hubiera deseado preguntarle sobre lo sucedido con Andrés de la Ronda, pero no quiso que Elena se enterara de que ella se interesaba por él, no tenía caso decírselo.Así que, platicando de cosas sin importancia, y sin que ninguna de las dos encarara el tema que les hubiera gustado discernir, desayunaron en un clima de tranquilidad y armonía.Los siguientes días, Amanda se encargó de preparar todo para su viaje de descanso a la hacienda de Francisco, aquella actividad la hizo olvidarse por completo de Andrés, ya que durante el día estaba en los negocios o girando instrucciones por teléfono para la atención a sus caballos, y por la noche llegaba tan cansada qu
Amanda se comportaba como siempre, eso la confundió más aún, mil cosas pasaban por su mente. Se imaginaba a su amado platicando con su prima, diciéndole que amaba a Elena, y ella molesta lo había corrido de la fiesta, seguramente celosa de que no la prefirieran, ni con toda su fortuna.Estaba convencida que no podía haber sido de otra manera, Amanda no deseaba que ella fuera feliz, pero ahora si lucharía por su dicha.En la primera oportunidad que tuviera hablaría con Andrés y le diría cuanto lo amaba, le aseguraría que no habría nadie que los separara y que por su amor estaba dispuesta a todo.Cuando Amanda quisiera hacer algo por impedirlo ya sería demasiado tarde para cualquier cosa que intentara. Ella y Andrés podrían vivir su amor tan intensamente como lo desearan.Reflexionando sobre todo aquello, Elena no se dio cuenta de que
—Puedes confiar en mí y no necesito decírtelo. Si tienes algún problema y yo puedo ayudarte, no dudes en hablar —le decía Amanda al tiempo que con ternura le acariciaba la mejilla levantándole el rostro para encararla directamente.—Sí, tienes razón, no puedo dudar de ti… eres más que una hermana para mí… la verdad es que me siento desesperada, y la única que puede ayudarme ahora eres tú... —dijo la menor de las Rojas sintiendo que le faltaban fuerzas para seguir hablando.Leticia guardo silencio por un momento y Amanda comprendió que estaba tratando de darse valor para decir aquello que tanto la atormentaba, lo mejor era esperar a que se decidiera por sí sola.Por fin aspiro con fuerza y completamente decidida dijo:—¡Estoy enamorada! Sí, como lo oyes, conocí a un muchacho en una excursi&oacu
Amanda, casi no prestaba atención a las críticas que su prima hacía de las hermanas, estaba muy concentrada en sus reflexiones sobre el papel que estaba jugando en todo aquello.—Mira nada más a esa resbalosa, no sé cómo no puede comportarse como una dama. Prácticamente se le está ofreciendo a Andrés, es una descarada de lo peor, se comporta como una golfa —exclamaba Elena celosa de que Andrés y Patricia al platicar se divirtieran sinceramente—Es denigrante verla ir tras de él, lo está acosando, poco le falta para abrazarlo y besarlo.De regreso Elena volvió a acaparar a Andrés mientras que Amanda hábilmente se encargó de Néstor, ahora las dos hermanas platicaban despreocupadamente.Amanda notó cierta frialdad e indiferencia en Néstor y se conformó, por lo menos no tendría que responder a p
—Qué bueno que pienses así, Leticia está enamorada de un muchacho que no tiene dinero, aunque ya terminó una carrera universitaria y quieren casarse.—¿Leticia...? ¿Mi hija...? No consentiré esa boda, por nada dejaría yo que se casaran… ¿Qué futuro les puede esperar sin dinero y sin...? —Francisco se había sorprendido y sin poderse controlar se molestó de verdad.—Tú puedes ayudarles, y si no lo haces lo haré yo, después de todo él es un profesionista que puede trabajar con nosotros… ¿acaso no siempre estamos necesitando personal preparado?—Es que... sí, como siempre tienes razón, nada ganaría oponiéndome, por otro lado, la felicidad de mi hija está por sobre todas las cosas. ¿Quién soy yo para saber qué será lo mejor para e
Su boca se encontró en los lugares más íntimos, descubriéndole un mundo desquiciante de lujuria interminable que la motivaban a pedirle entre susurros apagados por lo enronquecido de su voz, que no parara, que continuara con aquel martirio que tanto le estaba gustando y del que nunca se imaginó que pudiera existir.El dique de su recato se había desbordado, dando paso a la mujer libre, temperamental e intensa que no conoce límites, que sabe luchar por lo que quiere y que no desmaya hasta que se siente plenamente satisfecha en sus anhelos.Cuando sus cuerpos se unieron en uno solo, ambos lo disfrutaron intensamente. Amanda se estaba convirtiendo en mujer en los brazos expertos de él. Andrés se daba cuenta que ella le estaba entregando la flor de su virginidad, ese tesoro guardado por largo tiempo, ese tributo que sólo se otorga por amor.Se portó tierno y cariñoso, dulce y su