Estoy cansada y con el cuerpo molido, descubrí varias cosas como por ejemplo que Marcelo es gay, aunque en la empresa nadie lo sabe o debe saberlo, Carla tiene dos hijos y está casada hace diez años, su esposo fue quien nos dejó a cada uno en su destino, Susana por otro lado es una loca de atar se fue a su casa con un chico que conoció en el lugar y por otro lado no pude averiguar mucho de mi grandote, estaban tan animados que cuando preguntaba cambiaban de tema y me jalaban a bailar, hacía mucho que disfrutaba de ser una chica común y corriente, me la pasaba estudiando estos años para lograr ser quien puedo completar a Sebastián ser la mujer que él se merece hasta aprendí tres idiomas solo por él. Soy regresada a la realidad, cuando mi teléfono suena y es mi madre quien llama.
—Si mamá, todo va bien ¿Cómo este papá y mis hermanos? Me alegro mucho mamá ¿Y el nuevo empleo de papá? Eso es más que perfecto, mami mañana hablamos acabo de llegar y estoy súper cansada, no digas eso mamá, no me tuvieron trabajando más tiempo o yo me ofrecí a hacer horas extras, solo salo Salí con mis compañeros de trabajo a divertirme un poco, si lo sé mamá yo también pienso lo mismo, ya me había demorado mucho. Bendiciones para ti también mamá, te quiero mucho.
Debí frenarla antes que empezara con todo eso de que no es correcto lo que estoy haciendo, así que solo pregunte por mi familia, pero por otra parte me alegra el hecho que papá tiene un empleo desde casa para una compañía pequeña de contabilidad y mis hermanos están en su último año de la escuela preparatoria, eso es de las pocas cosas que han valido la pena, son los mejores de su clase, son buenos chicos y eso me llena de orgullo, una maldita lágrima se me escapa del ojo derecho, decido que no puedo sumergirme en la tristeza y nostalgia, me saco los zapatos y los arrojo a un lado, mientras me quito la ropa y quedo desnuda entrando a la ducha, dejo que el agua helada caiga sobre mi cuerpo tratando de aclarar mi mente, ¿Qué estará haciendo ahorita? Y solo recordando sus besos y su manera de amarme es que puedo controlar estas ganas de enormes que siento de llorar.
SEBASTIÁN
—¿Puedes llevarme a mi casa? — Tengo ganas de agarrarla de los cabellos y arrojará a la calle, ni que fuera su novio para hacerla de galancito de novela dejando a la damisela en su castillo.
—Solo termina de vestirte y márchate — Mientras le doy la espalda y con una mano le indico que se vaya de una vez, no pierdo mi tiempo y sigo durmiendo, sé que las personas de servicio de la casa acostumbradas a esto sabrán que hacer con ella.
...
—Señor su desayuno está listo — Mientras me miro al espejo de mi habitación, viendo que todo quede perfecto.
Luego del desayuno, tomo mis documentos y me dirijo a la oficina, en el trayecto observo en un anuncio gigante cerca a la empresa un gran anuncio de bebida energética para adolescentes y uno de ellos este vestido del mismo o color que yo usaba cuando era capitán de la preparatorio, maldita época, solo recuerdo lo horrible que fue descubrir que fui un maldito objeto, un trofeo, un capricho estúpido de una chiquilla sin corazón que lo único que hizo fue agarrar mi corazón y aplastarlo, ¡Malditas mujeres! No sirven para otra cosa que no sea follarlas.
—Llegamos — Apenas entro a la empresa, me reciben las dos recepcionistas inclinando la cabeza, no sé quiénes, pero sé que lo hacen, murmuran a mis espaldas que soy un ogro, un narcisista, que no soy de la realiza para hacer que inclinan la cabeza cuando me reciben, solo soy su maldito jefe.
—Señor se reprograma la reunión en Italia, los Romaní indican que desean que acuda a la reunión por el aniversario de su empresa — Los Romaní, los Romaní, solo los soporto por el beneficio que me traerá las conexiones.
—¿Tienes todo organizado? — Mientras me enseña las gráficas de la empresa y han aumentado las ventas.
—Si señor Rentería, también le informe a mi asistente que esté preparada. — Es cierto tendré que viajar con la señorita Olivares, cuando la veo siento rabia de cada movimiento suyo, en la reunión me di cuenta de que es como todas las mujeres, solo anda buscando que hombre que pescar para marido, solo se salvó por esa jugada inteligente de su parte, su caria de niña buena esos labios carnosos y esa manera de caminar moviendo sus caderas, puede engañar hasta al más pecador, pero a mí jamás.
—Repítale y recalque que no quiero impuntualidades, que no se repita lo de la reunión sobre todo que guarde sus distancias conmigo, en resumen, explíquele cuál es mi línea de trabajo.
Quiero quitarme de la cabeza su imagen de querer parecer niña buena inocente, algo en ella me enerva, me saca de quicio, pero ayer cuando la vi dormida sobre ese escritorio, me sentí de una manera que no puedo describir, pero luego recordé como le sonreía al dueño de Blu Ice y una especie de emociones sin sentido aparecieron en mí y por eso le grite como le grite, además estoy en todo mi derecho es mi empresa yo pago su sueldo, esa mujercita tiene algo que no termina de cuadrarme no sé cómo hizo para guardar toda la información si la mande al sótano fue para castigarla por su osadía de sonreír en la presencia de otros y la mía, pero aun así salió bien librada, no la quiero cerca de mí, no la quiero ver sonriendo, no la quiero cerca o respirando cerca de mí.
—Si señor como usted diga— Mientras yo entro a mi oficina, es como un instinto que hace que gire mi mirada y la busco, la encuentro concentrada tecleando algo, como si no notara mi presencia, eso es imposible, mi presencia no pasa desapercibida en ningún lado.
—Olivares, a mi oficina — La cara de Carla es para imprimirla y lanzarla de propaganda de cómo no mirar a su jefe.
—Muy buenos días, señor Rentería, dígame en que puedo ayudarlo, su agenda, desea que guarde más archivos, quiere que le traduzca algo — Ella habla y habla muy concentrada en cada palabra que dice, mientras que yo no dejo de ver solo su boca, como si el mundo se hubiera puesto en mute para yo poder observar cada detalle de su rostro, sus ojos cafés, sus labios, su cuerpo en forma de reloj de arena. ¡Maldita sea! Debo de dejar de pensar así de ella.
—¡Váyase de mi oficina! — Yo no me entiendo, así que menos espero que ella lo entienda, y no me interesa.
—¿Disculpe? Pero si usted me llamo, la verdad que no porque me dice que me vaya.
—¡Que se largue de mi oficina le dije! — ¡Mierda y más m****a!, ¿Qué me está pasando?
LINDAMe gustaría tanto estar en una de mis clases de King boxing, de patear la lona hasta que mis piernas estén molidas. Sebas me confunde por ratos siento su mirada sobre mí, sé que le atraigo, que cuando me ve con el uniforme que lo uso más ajustado que el resto me queda entallada en ciertas zonas que sé que le llamarían la atención, pero esta vez pasaré a la fase dos ya empiezo a hacerme notar, ahora queda provocarlo.—¿Ahora porque te grito? Nuestro jefecito anda más iracundo de lo acostumbrado. Aún recuerdo cuando — Me sentía a la expectativa, esperando que me diga algo de mi grandote cuando el teléfono sonó y Pam esa esperanza se fue volando cuál paloma al viento.HORAS DESPUÉS
—Buenas noches, con todos, mi nombre de Linda Olivares y seré la asistente del señor Rentería por esa noche, ya que la señorita Carla por inconvenientes personales no ha podido asistir — Motivos personales un comino, ella no debiera estar aquí con esta manada de lobos hambrientos por comérsela, el único lobo hambriento soy yo, vamos Sebastián cálmate, nunca te acuestas con empleadas ya lo sabes.—Dejen de mirarla como si nunca hubieran visto una mujer hermosa en sus vidas, siéntate a mi lado dulzura, que mal educado eres Rentería dejar a tu asistente parada — Era cierto de lo impactado que me encuentro con su manera de vestir que hace que todo en ella resalte de manera elegante, no está siendo vulgar, el blanco le quedo perfecto con su cabellera rubia hasta su cadera y esa sonrisa que muestra, siento que esa sonrisa me quema por dentro, sient
LINDASu prometida, esas palabras me parten el corazón, cuando investigue sobre su presente, no quise saber nada de chismes o comentarios faranduleros mucho menos de su vida sentimental, pero que voy a saber yo que se comprometería con una mujer como ella, es yo solo quise saber lo que me importaba su empresa, sus gustos e inclinaciones, yo me quería adaptar a él, pero nunca imagine que cayera en las redes de esa tarántula, al parecer finalmente consiguió lo que quería, sus palabras se volvieron proféticas.—Un día de estos caerás y ahí estaré yo esperando con los brazos abiertos por Sebastián y juro que lo tendré comiendo de mi mano y arrastrándose a mis pies.Decido regresar a la mesa y la señorita esta ya no se e
LINDANo mencionamos palabras en el trayecto al aeropuerto donde nos esperaba su avioneta privada, me vino a buscar junto con su chofer agradezco que el auto sea enorme por dentro, ya que cada uno guardo distancia, por momentos sentí como si quisiera decirme algo, pero luego lo veía cerrar su puño y mirar hacia la calle.—Tiene un tour mañana temprano por los dos locales que tienen proyección para el proyecto, además tiene una cena esta noche con algunos empresarios y autoridades del país, también — Iba a seguir hablando sobre su agenda de los días que estaría por aquí, cuando su teléfono empezó a sonar vio la pantalla lanzo un bufido y contesto adelantándose a mí.—Está bien como quieras, no en la misma habitación no, está bien teespero a las
No tenía ganas de salir de mi habitación no he podido dormir bien desde que estuve a centímetros de ella, de tocar sus labios, es como si algo inundara mi sistema y no me deja pensar, es como si mi cuerpo la reconociera de alguna manera, pero eso es imposible, tomo un trago antes de dormir, pero Lena me aviso que en el lobby del hotel había algunos empresarios que estarían en la cena de mañana, así que tenía que aprovechar, cuando baje ahí estaba ella, toda risas con esos empresarios, por un momento me dije que debería sentir celos, ante todos es mi prometida la que está coqueteando abiertamente con ellos, pero por otro lado me di cuenta de que tampoco me importaba, por ratos me estaba cansando de este jueguito y tal vez en cualquier momento lo mandaría todo el tacho, al final quien más perdía era ella.&mda
LINDANo puedo creer que este así tan cerca de mí, tengo ganas de acariciar su rostro tallado por los dioses, no puedo evitar alzar la mirada, es como un imán que me atrae hacia él, recuerdo la época en que hacia eso y yo enredaba mis brazos alrededor de su cuello y me colgaba cuál primate de él.—Estoy bien, gracias — Y lo observo verme de una manera que creo ver sus pupilas dilatarse y pasar saliva por su garganta, saborea sus propios labios, quisiera saber que está pasando por su cabeza, mi corazón late tan rápido que fácilmente podría darse cuenta, solo él tiene ese efecto en mí.Las puertas se abren y de manera apresurada salgo de ahí, Sebas se queda unos segundos dentro hasta que reacciona, se acomoda la corbata y sale tan tranquilo como si el ambiente no hubiera estado
Ella camina y sujeta fuerte del brazo su dizque prometido, mientras bajamos por el ascensor, el silencio es incómodo, es que entre ella y yo hay mucha diferencia, yo me veo elegante y hermosa con mi vestido del color que sé que a él le gusta y en cambio ella con su vestido morado chillón de tiras delgadas, más parece que va a un viaje de graduación que a una cena muy importante con empresarias de talla mundial.Yo voy en el asiento delantero con el chofer, mientras hablo con la encargada de la recepción, no voy a dejar ni un clavo suelto además es lo mejor, Lena no quita sus garras de él y yo de estúpida es que no puedo hacer nada. Lo único que provoca esa mujercita en mí es que yo la imagine golpeándola de muchas formas no apoyo la violencia y menos hacia mi propio género, pero ella parece extraterrestre más bien. Mientras yo hablo en portugu&e
SEBASTIÁNSiento un fuerte dolor de cabeza además de los malditos rayos del sol cayendo sobre mis ojos, estoy vestido ¿Qué mierda hice ayer? Lo último que recuerdo es diciéndole a Lena que todo se había acabado y ella acusándome de ser por mi asistente, que estupideces de miradas y no sé qué más. De pronto un mesero entra con el desayuno y detrás de el mi asistente, cuando la veo siento una punzada en la cabeza, como si mi mente tratara de recordar algo de lo que paso—Quiero hacerte mía otra vez Vanessa — ¡Carajo! Eso fue lo que paso mientras la besaba en el ascensor, solo tomo una almohada y me tapo el rostro, siento pena de mí mismo combinado con rabia, como pude ser tan idiota.—Buenos días, señor Rentería, tiene reuniones hasta el mediodí