LINDA
Me mira de una manera que me desconcierta, ¿Estará molesto? O es ¿Por qué de verdad quiere casarse con ella?
—¿Por qué lo hiciste? —Me está acusando, ¿Por qué? Se supone que así no era como se darían las cosas.
—Entonces ¿De verdad te quieres casar con ella? Es eso ¿Cierto? … No hay necesidad que me respondas tu silencio lo dice todo —Me siento dolida, me siento frente a él con las manos sobre mi cabeza, la respiración se me dificulta un poco, pongo la mano sobre mi pecho como si así me pudiera calmar, no puedo creer que de verdad se quiera casar con ella.
Tengo que tomar consciencia de todo esto, decido tomar unas tijeras y cortar sus amares aún la luna llena ilumina la noche, mis lágrimas caen sobre sus manos, como puedo
SEBASTIÁNAl despertar luego de esas horas, no pude acariciar su rostro mientras observaba su cuerpo desnudo solo cubierto con mi chaqueta, es imposible no ver sus mulos y pensar que hace solo unas horas toque cada parte de ella, aunque volver a sentirla fue la gloria el día se acercaba y sabía que ese sueño acabaría, no soportaría despedirme de lela y volverla a ver llorar, la vista y el destino no nos quiere juntos ya lo entendí, solo espero que ella sea feliz, aunque no sea conmigo,…Ahora estoy parado frente al altar, esperando porque ella atraviese el pasillo de la iglesia, mi mente está en blanco no quiero pensar en nada, a veces mi mene quiere viajar a ese momento en disfrute de verme en vuelto con sus manos, sus caricias, sus besos y la manera en que se entregó a mí, fue mucho mejor que aq
SEBASTIÁNNo me veo sin ella, no me veo sin la mujer que amo, cuando el paramédico dijo que la estaba perdiendo, sentí como si mi mundo se viniera abajo y me lo devolvieran al escuchar su ritmo cardiaco nuevamente. Ahora estoy como un loco a las afueras de la sala de emergencia, estoy con la ropa manchada de sangre, el cabello un desastre, pero es lo que menos me importa hasta que luego de horas la puerta se abre y el mismo médico que reconozco que la recibió me busca con la mirada.—¿Cómo está ella? —Su rostro es frío, no muestra emociones y eso me cabrea más, porque lo que quiero es que me diga que ella está bien o que me diga que esto es una pesadilla.—Logramos estabilizarla, en unas horas la trasladan a una habitación luego de hacerle otros estudios, su novia tuvo mucha suerte.
LINDA CINCO AÑOS DESPUÉS —¡Mami! — Y corre a mis brazos mi pequeño castaño de ojos azules y cabello de brócoli como yo le digo. —¿Cómo le fue al niño de mamá? En su primer día — Mientras se sienta sobre mi regazo. —Muy bien mami, también que papi me compró una — Y se tapa la boca inmediatamente y sabe muy por qué lo hace, hasta que aparece mi grandote agitado como si hubiera corrido una maratón. —Le dije que no corriera, pero parece que tiene las piernas de Usain Bolt, Sebas ¿Por qué tienes las manos sobre la boca? No me digas que —Que me iba a contar que comieron pizza ¿Tal vez? —Sebas hace lo que quiera con su padre, no quiero ni pensar lo que pasara cuando nazca nuestra pequeña que descansa en mi incipiente vientre, quisiera tener una enorme barriga para presumirla, pero parece que mi niña se quiere esconder.
Tuve que hacerlo, aunque sabía que le rompería el corazón porque Sebastián era para mí el hombre más dulce del mundo que me amo a pesar de mi apariencia de patito feo, a pesar de mis feos lentes que no necesitaba o los frenos que mamá me obligaba a usar para disimular mi verdadera apariencia, por años viví un martirio y odiaba andar en zozobra constante o con ese delirio de persecución y lo que más odie, lo peor de todo fue alejarme de él, de mi Sebas, mi osito cariñosito, mi grandote.—Mamá si hago eso le romperé el corazón a Sebastián, tú lo sabes—Lo siento cariño de verdad que no quisiera hacerte esto, sé que Sebastián es un chico maravilloso, pero se trata de tu familia, de tus hermanos pequeños y hasta tu misma vida, sé que va a d
—Ya estoy lista mamá — Mientras ella me observa de pies a cabeza, mientras yo estoy tratando de estirar las arrugas de mi blusa blanca con rayas celes verticales muy finas, mi pantalón de vestir azul marino, junto con mi cabello rubio con pequeñas hondas caen hasta mis caderas y también veo el reflejo de mi rostro sobre el brillo de mis zapatos de tacón alto, aún recuerdo que desde esa época nunca más volví a usar unos de tamaño bajo, cada cosa que pasa en mi vida siempre me lleva a recordarlo.—¿Estás segura, cariño de toda esta locura? — Me mira de una manera que me parte el corazón, tiene miedo que todo termine mal, pero necesito hacerlo, llevo años con esta pesadilla y este sentimiento de culpa que me está carcomiendo hasta los huesos, estoy cansada de tener miedo, no puedo seguir con esto clavado en alma, quie
Estoy tomando una malteada, mientras mi chico realiza las labores de ser director del diario de la escuela y la zorra mayor está ahí de encimosa tratando de llamar la atención, es tan tonta que cree que nadie se dio cuenta por qué está metida aquí, falta poco para la graduación y está dando patadas de ahogada como diría Pedro el chico dominicano que esta de intercambio por aquí y por cierto hace unos postres magníficos, yo solo ruedo los ojos porque sé que mi grandote me ama y jamás voltearía a verla.—Grandote ¿Falta mucho? — Y le doy una sonrisa para que no piense que estoy aburrida, si con tan hermosa vista quien se aburriría.—No sé qué haces aquí en realidad, si no eres parte de periódico estas demás. &md
Cuando bajo las escaleras la mirada que me da Sebastián es para tomarle una foto, hasta puedo jurar que sus ojos se humedecieron al igual que los míos, verlo de traje con un corbatín a juego con mi vestido color borgoña me emociona agregando que se hizo un corte que hace que se le vea más guapo si es que eso era posible, me recibe tomando mi mano como si yo fuera una princesa recibida por su príncipe, porque eso es para mí grandote mi príncipe borgoña.—Juro que eres la mujer más hermosa que alguna vez han visto mis ojos — Hace que me sonroje con tan bonitas palabras tiene ese efecto en mí y no tiene idea.—Y tu mi príncipe borgoña — Mientras le doy un beso en la mejilla y limpio los residuos de labial que quedaron.
ACTUALIDAD SIETE AÑOS DESPUÉSSEBASTIÁN—Vamos vístete y márchate, — Mientras tomo mi café de las mañanas que mi empleada ha traído.—Pero pensé que tal vez podría — Esta mujer está loca—¿Podríamos quisiste decir? No me hagas reír, solo vístete y márchate no me hagas llamar a los perros. O tal vez ¿Prefieras que llame a tu hermano y decirle que su hermanita se me regalo como a una cualquiera?—Espero que un día te rompan el corazón, como lo haces tú con las mujeresEso es lo más estúpido que he oído últimamente, corazón dice, yo no juego con las mujeres, no les hago promesas vac&iacut