—Buenas noches, con todos, mi nombre de Linda Olivares y seré la asistente del señor Rentería por esa noche, ya que la señorita Carla por inconvenientes personales no ha podido asistir — Motivos personales un comino, ella no debiera estar aquí con esta manada de lobos hambrientos por comérsela, el único lobo hambriento soy yo, vamos Sebastián cálmate, nunca te acuestas con empleadas ya lo sabes.
—Dejen de mirarla como si nunca hubieran visto una mujer hermosa en sus vidas, siéntate a mi lado dulzura, que mal educado eres Rentería dejar a tu asistente parada — Era cierto de lo impactado que me encuentro con su manera de vestir que hace que todo en ella resalte de manera elegante, no está siendo vulgar, el blanco le quedo perfecto con su cabellera rubia hasta su cadera y esa sonrisa que muestra, siento que esa sonrisa me quema por dentro, siento que esa sonrisa acelera mi corazón de una manera que no quiero, pero de una manera extraña no puedo dejar de verla sonreír, de alguna manera ha logrado que su sonrisa acelere mi ritmo cardiaco y eso no puede suceder.
—No necesito que le digas a mi empleada donde o con quien debe sentarse, así señorita Olivares ¿Qué debería hacer usted en ese caso? — Y ahora una sonrisa se dibujó en mi cara, hacía mucho tiempo que no sonrió se siente algo turbio.
—Estoy muy alagada con usted señor Harrison, pero el señor Rentería es mi jefe y mi deber es sentarme a su lado, pero miré quedo frente a usted así igual no lo perderé de vista — ¡Maldita sea! Eso no lo voy a permitir.
—Harrison cambia lugar con Bermúdez —No pienso en este momento, me estoy portando como un hombre de las cavernas, no debería ser de esta manera, no debería creerme con derechos, pero esta mujer hace que no sea yo cuando la tengo cerca.
—Jódete Rentería, no soy tu empleado soy un cliente potencial y no puede decirme que debo no debo hacer, con esta vista privilegiada de la hermosa dama no se juega — No soporto este show barato, lanzo mi servilleta y pido disculpa, tengo y necesito calmarme y dejar de pensar en esta mujer que apareció hace tres días y ha logrado que todo en mí se distorsione anulando mi raciocinio.
Los escucho murmurar a mis espaldas, mientras me dirijo a los servicios de caballeros, una vez dentro, necesito verme a espejo mojarme el rostro y hacerme entender a mí mismo.
—¡Carajo Sebastián! Eres un empresario exitoso, que si te diera la gana podrías tener a cualquier mujer a tus pies, si te diera la gana la tendrías comiendo de tu mano y arrastrándote por ti, solo mírate eres exitoso, atractivo, eres el sueño de cualquiera de las que están ahí afuera, déjate de estupideces y reacciona es una empleada, una que le sonríe a la ligera a cualquiera, una que anda coqueteando con los clientes potenciales seguramente porque obtener algún beneficio a la larga, si eso es, es como todas una interesada y convenenciera.
Como si con eso lograra calmar las ganas que han empezado a crecer en mí de querer tocarla, de querer probar sus labios, es una sensación extraña y confusa, nunca ha necesitado tanto probar a una mujer, no quiero recordar cuando fue la última vez porque es un recuerdo que lastima, me prometí a mismo que nunca más volvería a ser este estúpido y blandengue hombre que cayó en las redes de una cualquiera.
—Señor Rentería ¿Se siente bien? Lo están esperando para concretar el trato — Su voz, esa voz podría hasta jurar que, tengo el cerebro atrofiado por culpa de ella, ando alucinando como si estuviera ebrio y no he terminado mi trago aun, su voz me está excitando y mi cuerpo lo manifiesta ¡Mierda!
No resisto más, necesito probarla, aunque sea una vez y calmarme de una maldita vez
—¿Qué está haciendo señor? — Mientras la tome del brazo y la pegue contra el marco de la puerta pegando mis labios a su cuello, aspirando su aroma, como si fueran feromonas que encienden la bestia interna que traigo dentro, mi juicio es nulo en este instante, siento su respiración agitada al igual que la mía, siento los latidos de su corazón acelerados como caballo desbocado.
—Ese vestido le queda como pintando, me gusta el color blanco ¿Sabía? — Ella traga grueso y sé que se está resistiendo y haciéndose la fuerte, pero yo no quiero resistir más y cuando estoy a punto de tocar sus labios primero paso la yema de mis dedos por ellos, delineándolos como los estuviera reconociendo, es boca suya me llama, me impulsa a probarlos de una vez por todos, ella me mira, veo sus pupilas dilatadas, sé que en sus ojos hay deseo al igual que los míos, no podre calmarme con solo un beso, voy a querer más, voy a necesitar más de ella, voy a querer probar cada parte de su cuerpo, quiero dejar mi huella en cada pliegue de ella.
—Su prometida lo está esperando también — Y se aleja dejándome sin palabras y sin saber cómo reaccionar ¿Lena? ¿Qué carajo hace ella aquí? Muevo la cabeza y trato de calmarme, ella no debe estar acá, sabe muy bien que nuestro trato es cuando y como yo quiero, no puedo cruzarse en mi camino como si de verdad fuéramos una pareja, me acaba de espantar a la presa del día, pero sé que al igual que yo, ella me desea,
MINUTOS ANTES
LINDA
—Buenas noches caballeros, me parece que vi a mi prometido con ustedes hace unos minutos — Dijo ¿Prometido? Entonces Sebastián se va a casar con ella, ¿Cómo se va a casar con esa bruja? No puede ser verdad, él no pudo caer tan bajo para enredarse con esta tipa.
—Usted lo ha dicho estaba ¿NO sabía que el señor Rentería estaba comprometido? — No quiero escuchar que se casarán pronto y tendrá muchos hijos con la casa perfecta, tengo ganas de taparme los oídos y no escuchar su horrible voz
—Mi Sebas es así de reservando, aún no hemos fijado hecha, pero seguramente en cualquier momento lo hacemos
El odio recorre todo mi ser, esa manera en lo que lo nombra, como si supiera que con eso me está matando, la detesto como no tiene idea, al final logro lo que quería pretender quedaré con él, no sé cómo él pudo dejarse envolver por ella, es imposible de creer que ella y él, no puedo imaginarlos juntos y no quiero, me disculpa disimulando un poco mi voz y observo que ella me queda viendo de pies a cabeza como si así lograra menospreciar el tipo de mujer que soy ahora, claro no tengo trenzas, no tengo frenos o unos horribles anteojos, le estoy dando la espalda cuando oigo como ellos explican que soy la asistente de Sebastián, dicen que tú sientes cuando alguien tiene la mirada clavada en ti y eso es lo que siento con esa mujercita.
Cuando llamo a mi jefe por su nombre no recibo respuesta hasta que segundos después abren la puerta y me pegan con ella, es él, siento que todo en mí tiembla sentirlo tan cerca, su aliento sobre mi cuello, hace que mi boca se haga agua, hace que mi corazón lata de manera desenfrenada, siento hasta mis pezones erizados de cómo me siento tenerlo tan cerca, con su cuerpo y su virilidad pegada al mío, quisiera entrar en ese baño y arrancarle la ropa y que me haga suya de todas las maneras posibles, pero la imagen de Lena viene a mi mente y la palabra prometida hace que ese nivel de excitación que tenía al sentir sus dedos sobre mi boca se esfumara, lo amo, lo adoro, pero saber que lo une algo a ella, me está volviendo loca, necesito pensar las cosas.
—Su prometida lo está esperando.
LINDASu prometida, esas palabras me parten el corazón, cuando investigue sobre su presente, no quise saber nada de chismes o comentarios faranduleros mucho menos de su vida sentimental, pero que voy a saber yo que se comprometería con una mujer como ella, es yo solo quise saber lo que me importaba su empresa, sus gustos e inclinaciones, yo me quería adaptar a él, pero nunca imagine que cayera en las redes de esa tarántula, al parecer finalmente consiguió lo que quería, sus palabras se volvieron proféticas.—Un día de estos caerás y ahí estaré yo esperando con los brazos abiertos por Sebastián y juro que lo tendré comiendo de mi mano y arrastrándose a mis pies.Decido regresar a la mesa y la señorita esta ya no se e
LINDANo mencionamos palabras en el trayecto al aeropuerto donde nos esperaba su avioneta privada, me vino a buscar junto con su chofer agradezco que el auto sea enorme por dentro, ya que cada uno guardo distancia, por momentos sentí como si quisiera decirme algo, pero luego lo veía cerrar su puño y mirar hacia la calle.—Tiene un tour mañana temprano por los dos locales que tienen proyección para el proyecto, además tiene una cena esta noche con algunos empresarios y autoridades del país, también — Iba a seguir hablando sobre su agenda de los días que estaría por aquí, cuando su teléfono empezó a sonar vio la pantalla lanzo un bufido y contesto adelantándose a mí.—Está bien como quieras, no en la misma habitación no, está bien teespero a las
No tenía ganas de salir de mi habitación no he podido dormir bien desde que estuve a centímetros de ella, de tocar sus labios, es como si algo inundara mi sistema y no me deja pensar, es como si mi cuerpo la reconociera de alguna manera, pero eso es imposible, tomo un trago antes de dormir, pero Lena me aviso que en el lobby del hotel había algunos empresarios que estarían en la cena de mañana, así que tenía que aprovechar, cuando baje ahí estaba ella, toda risas con esos empresarios, por un momento me dije que debería sentir celos, ante todos es mi prometida la que está coqueteando abiertamente con ellos, pero por otro lado me di cuenta de que tampoco me importaba, por ratos me estaba cansando de este jueguito y tal vez en cualquier momento lo mandaría todo el tacho, al final quien más perdía era ella.&mda
LINDANo puedo creer que este así tan cerca de mí, tengo ganas de acariciar su rostro tallado por los dioses, no puedo evitar alzar la mirada, es como un imán que me atrae hacia él, recuerdo la época en que hacia eso y yo enredaba mis brazos alrededor de su cuello y me colgaba cuál primate de él.—Estoy bien, gracias — Y lo observo verme de una manera que creo ver sus pupilas dilatarse y pasar saliva por su garganta, saborea sus propios labios, quisiera saber que está pasando por su cabeza, mi corazón late tan rápido que fácilmente podría darse cuenta, solo él tiene ese efecto en mí.Las puertas se abren y de manera apresurada salgo de ahí, Sebas se queda unos segundos dentro hasta que reacciona, se acomoda la corbata y sale tan tranquilo como si el ambiente no hubiera estado
Ella camina y sujeta fuerte del brazo su dizque prometido, mientras bajamos por el ascensor, el silencio es incómodo, es que entre ella y yo hay mucha diferencia, yo me veo elegante y hermosa con mi vestido del color que sé que a él le gusta y en cambio ella con su vestido morado chillón de tiras delgadas, más parece que va a un viaje de graduación que a una cena muy importante con empresarias de talla mundial.Yo voy en el asiento delantero con el chofer, mientras hablo con la encargada de la recepción, no voy a dejar ni un clavo suelto además es lo mejor, Lena no quita sus garras de él y yo de estúpida es que no puedo hacer nada. Lo único que provoca esa mujercita en mí es que yo la imagine golpeándola de muchas formas no apoyo la violencia y menos hacia mi propio género, pero ella parece extraterrestre más bien. Mientras yo hablo en portugu&e
SEBASTIÁNSiento un fuerte dolor de cabeza además de los malditos rayos del sol cayendo sobre mis ojos, estoy vestido ¿Qué mierda hice ayer? Lo último que recuerdo es diciéndole a Lena que todo se había acabado y ella acusándome de ser por mi asistente, que estupideces de miradas y no sé qué más. De pronto un mesero entra con el desayuno y detrás de el mi asistente, cuando la veo siento una punzada en la cabeza, como si mi mente tratara de recordar algo de lo que paso—Quiero hacerte mía otra vez Vanessa — ¡Carajo! Eso fue lo que paso mientras la besaba en el ascensor, solo tomo una almohada y me tapo el rostro, siento pena de mí mismo combinado con rabia, como pude ser tan idiota.—Buenos días, señor Rentería, tiene reuniones hasta el mediodí
LINDASiento que mi vida depende de lo que esta mujer diga o lo que yo le demuestre, si dudo haré que se dé cuenta o sospeche al respecto.—No sé de quién hablas o que pretendes con eso, solo te digo no me vuelas a poner un dedo encima que me olvide donde estamos y te arrastro de los cabellos por todo el lugar. No estoy jugando Lena, soy capaz de eso y mucho más si te vuelves a meter conmigo — No puedo evitar el querer aplastarla como a la cucaracha que es, la rabia que correr por mis venas me hace perder la cordura.—¡Estás demente! No voy a dejar en paz si es que te atreves a ponerle las garras a mi hombre, porque Sebastián es mío, me costó mucho atraparlo como para que venga una tipita como tú y se atreva a poner los ojos en él. Es mío y nadie lo va a cambiar, seré capaz de
LINDAAhora estamos en Italia, ni siquiera hemos parado en el hotel, estamos en la tercera reunión del día, no hemos hablado al respecto y no quiero hacerlo, solo fue cuando presente el borrador del comunicado de prensa sobre su rompimiento, debería estar feliz de la vida después de todo lo quería para mi sola como debe ser, pero eso no implicaba que iba a ser una tonta, además esas palabras de la bruja esa, no dejan de dar vueltas en mi cabeza.—¡Estás demente! No voy a dejar en paz si es que te atreves a ponerle las garras a mi hombre, porque Sebastián es mío, me costó mucho atraparlo como para que venga una tipita como tú y se atreva a poner los ojos en él. Es mío y nadie lo va a cambiar, seré capaz de lo que sea eso te lo juro, me deshice de una puedo hacerlo fácilmente con otra.