CAPÍTULO 6

Noel perdía la paciencia con Julia, en cuestión de vestuario, no entendía como una mujer como ella, no aprovechaba y enseñaba su cuerpo, realmente no era una mujer flaca, eso lo tenía claro, pero precisamente sus curvas eran su punto fuerte, lo que tenía que resaltar, de estatura media, cintura estrecha y caderas anchas, todo a conjunto con un bonito y prominente pecho, que no exagerado, de acuerdo que sus piernas no eras largas y flacas, pero quien se iba a fijar en sus piernas pudiendo fijarse en lo otro? Después de tres vestidos probados y deshechados, Noel ya había llegado a su límite.

- A ver guapa! Te he traido cuatro vestidos, y a todos les has puesto pegas, qué problema tienes?

- Joder Noel, es que no quiero ir pidiendo caña, sabes? No quiero confundirle, parece que vaya diciendo que quiero follarmelo.

- y que?No quieres?

- Si ... No!

- Mira nena, vos tienes un problema, y ya sabes cual es, no digo que tengas que follartelo hoy, ni mañana, ni dentro de un mes, pero recuerda que es un hombre, que le gustas, y que por lo que me has contado, atracción sexual hay, quizás tu puedas ir despacio, pero y él? Lo hombres necesitan sexo más que comer, Juls, he visto pollas tan duras por no correrse, que el dolor es insoportable.

- Noel!

- Que? Vos no te preocupes, pensandolo bien, también puede aliviarse él solo. - Juls se sonrojó al imaginarse a Mario aliviadose sólo. - Ya no te sacaras esa imagen de la cabeza eh?

- Eres un cabron, lo sabes?

- Venga ponte el último vestido, es rojo, de manga larga y medio cuerpo transparente en encaje, tanto por la parte delantera como trasera, tranquila no se te va a ver el sujetador, lleva un cuerpo rigido con la forma del pecho, ceñido de cintura hasta las rodillas por una falda en godets, te va quedar genial. .

Juls se probó el vestido, la verdad, es que era un vestido atrevido, pero elegante, resalta su pecho y sus caderas, haciendo su cintura más estrecha.

- Es bonito- dijo ella.

- Es bonito? Bonito del norte, es impresionante y estas espectacular, vamos, te haré un moño recogio en la nuca, y te maquillaré. A las nueve Julia salia de su casa, con unos zapatos negros de encaje y tacón alto, una cazadora negra de piel y encaje negro, y un bolso de mano rojo brillante, bajo la atenta mirada de Noel tras la ventana de la cocina, esperaba a Mario, cómo deseaba que su amiga olvidara el pasado y se lanzara a los brazos de aquel hombre, y si no sale bien, pués nada, a otra cosa mariposa.

Nada más salir de la casa, aparcaba un bmw negro con los cristales tintados frente a la casa, Mario bajó de la parte de atras del coche. Se acercó a Julia sonriendo, Dios esta mujer va acabar conmigo o yo con ella! Pensó, sólo podía pensar en los latidos que su propio miembro endureciéndose al ver aquella mujer con ese vestido rojo, al acercarse a saludarla, sólo podía centrar su mirada en el labial que se había puesto Julia, rojo pasión, Dios! No podía aguantarse las ganas de besarla en la boca! Finalmente, con un aplomo que nunca hubiera pensado llegar a tener, la agarró de la cintura y la besó en la mejilla.

- Estas impresionante Julia!

- Gracias, tu también estas ... Muy elegante - dijo al verle, con un traje de chaqueta negro y camisa blanca.

- Me falta la corbata, pero las odio, así que me he quedado a medias, comparado- Hubiera traido el Mantra, pero hoy no me apetecía conducir, espero que puedas pasarlo por alto, hoy no me apetecía conducir, quiero disfrutar de toda la noche a tu lado, comer, beber, bailar ... Sólos tu y yo, sin distracciones. Subieron al coche, y el chofes les acercó a un restaurante francés en el centro de la ciudad. Julia entraba al restaurante escoltada por Mario, quien suavemente mantenia su mano sobre la espalda de ella. El maitre les acompañó a una mesa situada junto a una de las ventanas, era un restaurante acogedor y elegante, Julia pudo observar que sólo la mesa de ellos estaba vacía, le llamó la atención un grupo de músicos en la otra parte del salón.

- Hay música en directo, amenizando las cenas, -dijo Mario, observando como ella ojeaba la carta del menú, mientras él elegía el vino. - Dejaré que la señorita eliga el menú- indico al camarero.

- Tomaremos sopa de cebolla, magré de pato a la naranja y de postre tartaleta de limón, para beber tomaremos Borgoña. - Julia devolvió la carta al camarero.

- No dejas de sorprenderme, Julia.

- Porqué? No me creias capaz de escoger el menu?- dijo burlona

- Por supuesto que si! - la ironia que ella utilizaba como escudo protector le resultaba insopotable a veces- Me sorprende que hayas escogido ese vino, nada más.

- Un vino delicado, puro, es un vino muy antigüo, mi abuela siempe acompañaba las comidas con un vasito de vino, buen vino, cuando cumplí los 18 años, me llevo a una cata de vinos. Era una apasionada vinícola.

- Una educación muy completa

- Quizás no fuera muy ortodoxo la combinación adolescente y alcohol, pero ella lo hacía diferente, me enseñó que lo bueno siempre viene en dosis pequeñas, y que no hay que abusar de las cosas. Siempre me decía, Juls, la vida pondrá muchas cosas en tu camino, cosas buenas y cosas malas, yo no puedo enseñarte a diferenciar lo bueno de lo malo, tú tendras que identificarlo solita. - confesó mientras probaba el vino que el camarero acaba de servir.

- Tu abuela te educo bien. Creo que esta relación me va a pasar factura -dijo Mario al ver la cena.

- Qué relación?

- Tú, yo .... La comi ..

- Mario! -le interrumpió una belleza rubia a su espalda, Mario se puso de pie para saludar a Jossi, la ex de su amigo Fabio. Juls observaba con detenimiento la actitud de Mario, nada más entrar en el restaurante se dió cuenta de que él llamaba la atención de las feminas del local, y lo más gracioso, es que él lo sabía, sabía como reaccionaban las mujeres a su alrededor, como la rubia Jossi le miraba con seducción y deseo, pese a que él intentaba ser lo más distante y correcto en el corto saludo, en el cual ni si quiera incluyo a Juls.

- Disculpa por la interrupción, ella es ...

- No te preocupes, no es necesario, que me cuentes nada de ... Cómo de llama? Jossi.- dijo sarcástica.- En el fondo te gusta verdad?

- Quien? Qué?

- Las mujeres, la atración que ejerces hacia ellas.

- Celosa-comentó él comiendo un trozo de pavo. - Hace mucho que he dejado de preocuparme de eso.- dijo guiñándole un ojo.- No te voy a engañar, tengo 40 años, y sí, han pasado mujeres por mi vida, sobre todo en mi época de adolescente, hasta que maduré, y me casé. - Juls dejó que siguiera hablando, mientras ella terminaba la cena, escuchando y observando.

- Me casé con 25 años, enamorado, tan enamorado que no intuí lo que se avecinaba, me casé pese a la oposición de mis padres, mi abuelo ni siquiera vino a la ceremonia, de hecho dejó de hablarme hasta que me separé dos meses después.

- Dos meses? Vaya! - en mi mente ya me estaba haciendo la típica película, marido infiel, esposa les pilla in fraganti, final divorcio.

- Ya has vuelto a juzgarme verdad? Me pregunto por que desconfias tanto de los hombres?

- El postre! Bien, necesito una gran dosis de azúcar - mejor comer, que tener que confesarle a este hombre lo que sucedió en mi matrimonio.- Sigue hablando, me interesa saber el final de tu cuento de hadas. - sarcasmo, sarcasmo.

- Me dí cuenta de que me enamoré del envoltorio, el interior me decepcionó demasiado, cuando quise darme cuenta ya había otro hombre en mi cama. - como una mujer podía irse con otro hombre teniendo a Mario, atractivo, educado, elegante, tan sensual que casi no puedo dejar de mirarle. - Y tu? Cual es tu historia?

- Separada, después de diez años de matrimonio - resumí brevemente esperado que no quisiera saber más.

- 10 años? En serio? Y qué hizo el buen hombre para dejarte ir - sarcarmo contra sarcarmo pensó Mario

- Le estas juzgando? Por que das por hecho que no fue culpa mía?

- He aprendido a conocer a las personas por sus acciones, y las tuyas hasta el día de hoy sólo me dicho que eres una mujer fuerte y comprometida.

- Digamos que, él ... Se canso de comer siempre lo mismo - dije en tono serio, lo cual hizo que Mario se atragantará con el último trozo de tarta.

- Perdona, no era mi intención reirme - se disculpó, sin poder imaginarse como un hombre podría cansarse alguna vez de tener a su lado a Juls. Se inclinó, y le dió un rápido beso en los labios.- Me alegro que ya no esteís juntos.

Sinceramente, ese pequeño gesto, ese fugaz beso, me reconfortó el alma, sentí la necesidad de contarle más, de confesarle lo mucho que sufrí en mi matrimonio, la decepción y el dolor de un amor que comenzó en mi adolescencía, y que terminó una década después como un amor hiriente y doloroso. Pero no lo hice, quería disfrutar de la noche, reconozco que me gusta, me gusta mucho Mario, bueno, gustar es poco, me atrae sexualmente más de lo que yo quisiera sentir, porque sé, que el miedo a volver a enamorarme, a sentir, a amar, o simplemente, el miedo sexual a estar con otro hombre, sé que está hay, atormentándome. Ensimismada en mis pensamientos, sin darme cuenta, Mario ya habia pagado la cuentra, y me arrastraba al centro de la pista de baile, como buena oyente musical pude reconocer la canción de Anne Marie y James Arthur, rewite the starts. Noté su firme mano sujetándome por la cintura, mientras que la otra mano se entrelazaba con la mia al lado izquierdo, evité mirarlo a los ojos, simplemente, me dejé llevar por la música, mirando al grupo de músicos que tocaban en el fondo de la pista, en mi mente no dejo de repetirme; no le mires, Juls, no le mires, sin poder evitar que mi cuerpo reaccionara a su cercanía, opté por apoyar mi cabeza sobre su pecho, corazón latía acelerado, cerré los ojos, respiré profundo impregnando mi mente de su aroma a cedro.

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