Nos vestimos sin prisa, entre risas, confidencias de lo vivido esa noche, entre besos furtivos, rápidos, y pellizcos improvisados. Una hora después, Mario aparcaba su coche frente a mi casa, había amanecido.- Nos vemos el miercoles, entonces - dije antes de bajar del coche, me acerqué a besarle, cuando el sonrió de oreja oreja.- Qué?- Te has pueso mi perfume- Si un poco para refrescarme.- Irás oliendo a mi toda la semana -se rió.- Después de una buena ducha, se irá el olor.- No, no lo hará. Te llamaré esta noche, cielo. - Cielo? Desde cuando me llamaba cielo? - Bajé del coche.- Que tengas un buen día.- y tu, amor.- Amor?Cielo? No era demasiado pronto para tales adjetivos? Después de una ducha rápida, Juls vestida con un conjunto de chandal rojo, y unas deportivas, se fue al obrador, ya eran las once de la mañana y tenía muchas cosas que preparar, mientras horneaba bizcochos, cupcakes y galletas, no dejaba de pensar en Mario, él tenía razón, no dejaba de oler a su pefu
- Esto es excitante, yo estoy excitado, Juls - Yo no -dijo ella mintiendo, un paso atrás y cayó sobre el divan. Mario se agachó sobre ella sin tocarla. - Estas segura? - ella lo miró de arriba abajo, deseando ver su cuerpo completamente desnudo, sin contestar a la pregunta, lo atrajo hacía ella, lo besó apasionadamente, y con una rapidez que ni ella sabía que tenía, le desabrochó el pantalón, dejándolo completamente desnudo sobre ella, él acercaba su cuerpo lentamente mientras ella se desnudaba para él. Esta vez no había tiempo para preambulos, ninguno de los dos tenía ganas de esperar, la necesidad de llegar al climax rapidamente era en lo unico que pensaban, como si fueran un solo cuerpo, Juls tomó la inciativa, se incorporó obligando a Mario a tumbarse en el diván, se colocó encima de él, con las piernas abiertas, el calor de su sexo sobre el miembro de él, hizó que Mario no perdiera en tiempo, la penetró haciendo que el cuerpo de ella se irguiera recto frente a él, Juls comenzó
pude dudar de él? Aunque su actitud no fue la correcta, la mía también dejaba mucho que desear. - Y ahora, levánta tu lindo culo de esa silla, recomponte! Saca fuerzas de donde las tienes escondidas, respira hondo, y sal hay fuera hacer disfrutar a la gente como sólo tu sabes hacerlo, niña.- Me puse en pie, me miré al espejo, mi maquillaje estaba correcto, mi pelo arreglado en un recogido alto con bucles, y mi vestido en su sitio, me giré, y por un momento desee que el vestido no fuera tan sexy, la espalda descubierta me intimidaba no por mi, sino por él, mi ex! Qué pensaría de mi al verme así? En ese momento Mario entró en el baño.- Judith, nos dejas solos, por favor -pidió Mario besándo a la anciana mujer en la mejilla.- Claro, mi niño - salió, Mario se acercó a mi, no había más, que silencio.- Lo sé, he sido una inmadura - le dije mirándole a los ojos, él mantuvo su mirada en mi, pero no dijo nada, seguía mirándome, sin hablar - por favor, dí algo -supliqué.- Mañana revis
Mi exmarido está aquí, mesa ocho -dije cogiendo la segunda copa, Mario en un intento de calmarme, se acercó y me susurro- tranquila, no pasa nada, estoy contigo, no puede hacerte daño.- frase erronéa, pensé: ya había hecho daño, y yo era incapaz de enfrentarme a él, al menos sobría. Intenté beber la segunda copa, pero Mario me la quitó de las manos.- Creo recordad que dos martinis es tu tope, no?- Hoy no!- intenté quitarsela pero no me dejó- En serio, Mario, no puedo ...- No voy a permitir que salgas hay borracha, cual es tu miedo? O es que aún sientes algo por él? -preguntó enfadado bajo la atenta mirada de Fabián, como podía preguntarme eso? - No!Por supuesto que no siento nada por él!- Esta bien! Entonces... -dijo devolviendo la copa al camarero Joh, un jovencito camarero que observaba nuestra conversación con aplomo.- ... A trabajar, y sobria, bajo ningún concepto permito que ninguno de mis empleados presente ningún signo de embriaguez. -dijo tan serio como frió.- Empl
Cuarenta minutos después, Mario llamaba a Juls por teléfono, para avisarle que se iba a retrasar diez minutos más.- Hola! - Juls! En diez minutos subo, va todo bien?- Si, el té ha hecho su efecto, y me he dado un baño muy relajante en tu gran jacuzzi- Emmm! Lástima que no me hayas esperado. - una risa tímida se oyó al otro lado del telefono, Juls volvia a sonreir.- Bueno, estoy dispuesta a repetirlo más tarde, si quieres.- Puedes esperarme desnuda, amor, que por supuesto que quiero.- He salido a caminar un poco por los jardines de atrás, pero iré enseguida a desnudarme, entre el té, el baño, el paseo, y tu voz ... Me estan dando ganas de ti - le confesó con voz tan sexy que Mario puso los ojos en blanco. Juls oyó un ruido detrás de ella, se giró y gritó: Cris!Que haces aqui! - el teléfono cayó al suelo.Mario bajó corriendo por las escaleras las dos plantas que le separaban de la puertas principal, al llegar allí, encontró a Fabián fumando apoyado en la pared, al verlo p
La resaca que despertó a Mario fue monumental, dolor de cabeza, y el cuerpo dolorido por haberse quedado dormido en el sofá, miró a su alrededor, y encontró a Fabián tirado en el otro sofá. Miró su reloj, marcaba las ocho de la mañana, un esplendido sol atravesaba las ventanas, con la ropa arrugada, el pelo revuelto y los ojos enrojecidos se dirigió a la habitación, donde encontró a Noel solo, mirando por la ventana.- Y Juls? Donde esta Juls? - preguntó preocupado.- Noel le hizo un gesto con la mano para que se acercara.- Retomando las riendas de su vida - Mario miró por la ventana, y vió a Juls, con una camiseta y unos shots negros, de él, con gafas de sol y auriculares en sus oidos, haciendo jogging por el borde de la ria, se paró, respiró hondo, y retomó la carrera. - Esa es mi chica! -exclamó Noel, Mario le miró de reojo, en el fondo, se caían bien, se habían visto un par de veces, en casa de Juls, y en el hotel. - Adoro a esa mujer, Noel, Juls es especial. - Y a qué es
Annita y Mario siempre recibían a los invitados en la puerta de la mansión, Annita vestía un vestido de encaje en color marfil, largo pero que dejaba ver sus bonitos zapatos de tacón, a sus 70 años no aparentados, vestía juvenil y elegante, quizás demasiado juvenil para su edad, pero su elegancia innata hacía que todo le favoreciera. Mario a su lado, portaba un traje negro y blanco, pantalón negro y chaqueta blanca, camisa negra y corbata roja, pelo húmedo peinado hacia atrás, barba de unos días que pese a la oposición de Annita, él no se afecitó, llevaba varios días sin ver a Juls, y le divertía ver su reacción a algo tan insignificante para él, pero que sabía que a ella no le pasaría inacvertido, porque era una mujer observadora. Juls no quiso que Mario fuera a recogerla, de hecho pensaba ir en taxi, pero Noel la convención para ir con él y con Dimitri, los dos empezaban a salir, pasaban mucho tiempo juntos, y al final no pudo negarse y subió a la limusina de Dimitri.Annita y Mario
- Quiero más - susurré divertida sonriendo lujuriosa, moriendome el labio, y no sé si fue eso, mi voz, o qué? El sonrió, bajo hasta mi entrepierna, comenzó a disfrutar, degustar mi sexo, son suavidad, humedeciendo cada uno de mis labios, me arqueé gimiendo, y se encendió, el interruptor de su sexo de encendió de nuevo, en pocos instantes, volvió a penetrarme con su miembro más duro, más rígido, juro, que me pareció más grande, más ancho, juro que me llenaba entera, él llenaba mi cuerpo no sólo de sexo, también de amor, lo sentía en cada caricia, y cada beso, lo sentí en su orgasmo, en su abrazo después de follar como si el mundo se acabara mañana. - Vamos Mario, atame el corpiño! Tenemos que bajar, o subirá tu madre a buscarnos.- Quedémonos aquí, nadie nos echará de menos. -dijo tumbado sobre la cama, desnudo, le miré de reojo con cara de pocos amigos, a regañadientes me abrochó el corpiño, de mala gana, se vistió, le até el nudo de la corbata.- Vete bajando, mientras me retoco