Controlada, observada, angustiada, eran sensaciones y sentimientos que habían anidado en mi mente en las últimas semanas. A pesar de que Mario hacia todo lo posible para que me sintiera segura en su casa, el problema es que yo temía por el, no por mi. Vivir juntos fue un paso adelante, forzado por la situación, no puedo negar que me gustaba la convivencia, despertarme cada mañana abrazada a su cuerpo, ducharnos juntos, desayunar tranquilamente, me exasperaba un poco pasar las 24 horas juntos, en el hotel formábamos un buen equipo. Empecé a darme cuenta que necesitaba mi espacio personal, por ello cada lunes, alargaba las horas de trabajo en el bufete de abogados. Pese a las súplicas no logré convencer a Mario para poder ir sola, echaba de menos utilizar el transporte público, perderme entre la multitud. Así que Mario me llevaba y me recogía al terminar. Y si lo reconozco, aprovechaba para vengarme un poco de su autoridad, como? Poniéndole celoso con el Sr.Martin. Se acercaba el día de
Creo que en ese instante, mi cara reflejó no solo estupefacción por la confesión de Anita, quien se alerto de que algo de lo que había dicho, no había sido interpretado adecuadamente. Siguió hablando, mientras yo intentaba comprender todo lo que me confesaba.- Veo que no me has entendido, o no me he explicado bien, desde que supe de la existencia de mis nietas, he hecho todo lo posible por recuperarlas, tanto a ellas como a mi hija. Llevo un año intentado llegar a un acuerdo con Carlo, pero el ... quiere demasiado. - Le chantajea?- No - Entonces, cual es el problema?- El sabe cosas ... de mi pasado, antes de conocer al ... - Si me esta pidiendo ayuda, tendrá que hablarme claro, no entiendo nada, Anita.- Yo sufrí malos tratos en mi primer matrimonio, Mario a penas tenía dos años cuando después de una de tantas palizas, huí con mi hijo en brazos, sin nada más. Un mes después, deambulando por las calles, una mujer nos acogió en su casa, se llamaba Emiliana, su marido Luis Sanz y s
El viaje fue, como definirlo, arrollador. La pregunta de ¿cuando llegamos? ¿Falta Mucho? Se repitió miles de veces, por suerte a las dos horas de haber salido, las pequeñas se quedaron dormidas. Una hora más tarde, el hambre, la sed y ganas de hacer pis hicieron mella en las pequeñas. - Tio Mario, me hago pis.- Y yo, también tengo hambre. - Enseguida páramos - dije intentando calmarlas, bajo la sonrisa arrolladora de Mario. - Son incansables. - Están emocionadas. Mario giró el coche a la derecha, parando en un merendero en pleno campo. El paisaje de los campos de lavanda era embriagador, el color y el aroma inundaba nuestros pulmones relajando cualquier sensación. Baje del coche, inspire hondo, admirando el paisaje, sonriendo al notar que Mario me abrazaba por detrás. - Preparada para dar de comer a la fieras?- Preparada - me gire, sin poder evitar pegar mi cuerpo al suyo, al ver como su ojos bajaban hasta mis labios, el deseo de besarle se hizo más fuerte.- Crees que sería i
Siempre llego corriendo a la oficina, como cada primer lunes de mes, tenía las primeras reuniones en el departamento de Recursos humanos de la compañía Mcmartín, la mejor agencia de abogados de la ciudad. A sus treinta años, se sentía una mujer privilegiada por poder trabajar desde casa, a excepción de el primer lunes de mes, que pasaba todo el día en la oficina, entrevistando nuevos empleados, realizando las nóminas y contratos de todo el personal. Estudiar Administración de empresas no fue mi mejor decisión, pero nunca me he arrepentido de ello, gracias a eso, tengo un trabajo que me permite disfrutar de mi verdadera pasión, la resposteria, a lo cual se dedica de manera extralaboral. Julia subió rápidamente los dos pisos que le quedaban para llegar a su despacho, con el maletín colgando de su hombro izquierdo, los dos cafés de Sturbucks en la mano derecha, y una docena cupackes de calabaza con frosting de queso que ocupaban su mano izquierda.- Julia! Deja que te ayude - dijo Su
- Bien, acabemos el juego señoras, suavemente cogemos la esfera, despacio la acercamos a la boca de nuestra pareja - dijo demostrando fisicamente como hacerlo- rozamos lentamente la esfera en los labios de él y con cuidado introducimos la esfera en su boca, el chocolate se va deshaciendo rapidamente, con una mano sujetamos a nuestra pareja por la nuca, la atraemos hacía nuestro cuerpo, acercamos nuestros labios, y le besamos justo antes de que la esfera explote - la boca de Julia comenzó a sentir las explosión de burbujas que la boca de aquel hombre le pasaba con la lengua, jugueteando con su paladar y su propia lengua, besándolo mientras él la apretaba contra su propio cuerpo erguido por la excitación y el deseo, sus dedos comenzaban a subir por su espalda semidesnuda. El sabor del chocolate, el champan efervescente y la canela habían imnotizado a todos en la sala, hasta el punto de oir algún que otro tímido gemido. - Creo que nos vendría bien a todos una copa de champán! - exclamó J
- Joder Juls! Sabes que hora es?- Las cuatro y media de la mañana- Vos estás loca, sabes el susto que me ha dado el teléfono?- En dos horas tengo una cita y no se qué ponerme Noel - Cita? Con el camarero Mario Sanz? -dijo riéndo - Lo sabía Juls? - Julia le había colgado el móvil, él la volvió a llamar- Eres un traidor, cómo no me dijistes quién era?- No me lo preguntaste, amor, a ver dónde vais?- No lo sé, fuera de la ciudad, sólo me dijo que llevara zapatillas.- Ponte ese vestido largo blanco con flores rojas grandes, el de escote palabra de honor con los tirantes caídos, hoy hará calor, y coge el sombrero de paja blanco con cinta roja, y la mini mochila roja, irás perfecta. - Gracias, te quiero argentino- Llámame amorA las seis de la mañana Mario, vestido con unos vaqueros negros, deportivas adidas, una camiseta blanca y una camisa desabrochada negra, se apoyaba en su coche, a esperar a Julia. Después de diez minutos esperando, se preguntaba si debía esperar un
Julia apagó el móvil. Tienes hambre?- Estoy hambrienta. - Pararé en cuanto veo un lugar adecuado. - Diez minutos después aparcó el coche junto a una ladera. Juls estiraba las piernas mientras Mario colocaba la manta sobre el capó del coche, puso la cesta de picnic sobre la manta, y cogiendo el volandas a Juls la sentó encima del capo, sentándose él al otro lado, dejando la cesta en medio. - A ver señorita, tenemos bocadillo vegetal de aguacate, tomate y queso de cabra, o bocadillo de tortilla de patatas con pimientos. - Juls sonrió divertida- Esa cara quiere decir que compartamos los bocatas? -preguntó él que estaba aprendiendo a conocer sus gestos. Ella asintió. Cortó los bocatas por la mitad, y se los ofreció. - Creo recordar que tenías moscato por hay? - preguntó ella- Marchando un moscato para la señorita. Aqui tienes tu moscato, y mi cerveza sin alcohol. - Muy buenos los bocatas. - Gracias, aunque no lo creas los he preparado yo. - Te creo. - dijo sincera. - Qué s
- Crees que se molestará tu abuelo si me descalzo?- Estas en tu casa! -dijo él - Mario, yo ... Te debo una disculpa - el le tapó la boca con su dedo índice.- No te disculpes, estabas en tu derecho de pensar libremente- Es que, después de todo esto, del día de hoy, me siento mal por ti. Por lo borde que fui.- Eso significa que repetiremos la cita? - preguntó divertido, acercándose a ella, Juls se moría por esa sonrisa picarona, miró fijamente aquellos ojos verdes que le penetraban el alma cada vez que la miraba- Creo que ya vuelven, oigo pasos - susurró Juls poniendose de pie. Mario, tiró de su mano, haciéndola caer sobre su regazo, sin duda el vino sabía mucho mejor en boca de ella, desgustó cada ricón de su boca, penetrándo con su lengua aquel ricón de su cuerpo, jugueteando y mordisqueando sus labios. - Amiga especial, dice el niño!- soltó el abuelo al berlos besándose. - Ahora lo llamaís así? - Juls se puso de pie rapidamente avergonzada, dándo un traspies a Mario.-