Julia apagó el móvil. Tienes hambre?
- Estoy hambrienta.- Pararé en cuanto veo un lugar adecuado. - Diez minutos después aparcó el coche junto a una ladera. Juls estiraba las piernas mientras Mario colocaba la manta sobre el capó del coche, puso la cesta de picnic sobre la manta, y cogiendo el volandas a Juls la sentó encima del capo, sentándose él al otro lado, dejando la cesta en medio.- A ver señorita, tenemos bocadillo vegetal de aguacate, tomate y queso de cabra, o bocadillo de tortilla de patatas con pimientos. - Juls sonrió divertida- Esa cara quiere decir que compartamos los bocatas? -preguntó él que estaba aprendiendo a conocer sus gestos. Ella asintió. Cortó los bocatas por la mitad, y se los ofreció.- Creo recordar que tenías moscato por hay? - preguntó ella- Marchando un moscato para la señorita. Aqui tienes tu moscato, y mi cerveza sin alcohol.- Muy buenos los bocatas.- Gracias, aunque no lo creas los he preparado yo.- Te creo. - dijo sincera. - Qué son las Dunas de Vid?- Un pueblito cerca de la costa, esta rodeado de dunas y vegetación, un gran lago, altos árboles, no hay más de 50 habitantes, un bar, una panadería y poco más.- Y vas todos los domingos?- Me encanta ir, ese lugar es especial para mi, ya lo verás.- Supongo que te vendrá bien escapar a veces de la responsabilidad del hotel- Para nada, dirigir el hotel es divertido, no puedo quejarme de mi trabajo, ese hotel lo construyó mi padre, fue su sueño, y a mi me apasiona mantener su sueño vivo.- Admirabas mucho a tu padre.- Era un hombre trabajador, que de la nada, construyó un mundo, para mi eso es admirable, era un hombre justo y bondadoso, me enseñó más cosas de las que yo creía, incluso a enamorar a una mujer. - Juls tragó saliva, enserio, quería enamorarla? Y lo más importante, quería ella enamorarse de él?- Y tu madre?- Mi madre es ... Mi madre. Hay que conocerla para entenderla. - dijo acabando la conversación. - Y tus padres?- Murieron en un accidente de coche, cuando yo tenía 15 años, de hecho yo también iba en el coche, pero salí ilesa, me crié con mi abuela materna, falleció hace un año. Como ves, solo tengo a Noel, por eso me cuida tanto, estamos juntos desde el instituto, es más que un hermano para mi.- Tuvo que ser dificil para ti, seguir sin tus padres.- No creas, mi abuela era mucha abuela, ella estaba por los dos, gracias a ella, terminé mi carrera de Administración de empresas, gracias a ella soy la repostera apasionada de los dulces. Hablando de dulces, no me digas que hay dulces en esa cesta? - preguntó curiosa buscando dentro.- Brownies de chocolate!- Vaya veo que he acertado con el postre! Tengo que confesarte que estos si que no los he hecho yo.- No importa! Un postre es un postre. No comes?- Por supuesto! A mi no hay chocolate que se me resista!Tres horas después, llegaban a un pequeño pueblo, de estilo rústico y medieval. Mario aparcó el coche en frente de la iglesia, una diminuta hermita con un pequeño campanario, como era de esperar, Julia ya estaba con la cámara en mano, fotografiando el pueblo. Mario suspiró aliviado al pensar en lo pequeño que era el pueblo, sacó su mochila deportiva y una bolsa llena de libros. Cuando sé dió la vuelta Julia entraba en la hermita, a los cinco minutos salió.- Tenemos dos opciones, coger una avioneta que nos lleve a la finca, o caminar una hora hasta allí. - le dijo él.- Prefiero caminar, si no te importa.- De acuerdo, iremos hacer la compra a la panadería, y dejaremos todo esto en la bahía, para que la avioneta nos lo lleva. Oye, qué problema tienes con los aviones? Te da miedo la altura?- No, no me gustan los espacios pequeños y cerrados, avionetas, helicopteros, ascensores ...libros? Porque llevas libros? - él no contesto, solamente le dió un beso en la mejilla sonriendo.Media hora después, caminaban por el bosque, Julia empezaba a arrepentirse de haber tenido que caminar, hacía un calor horroroso, gracias a que lo árboles les daban sombra todo el camino, aunque eso no le impidió pararse hacer fotos. Tomaron uno de los senderos que seguían hacia la derecha, diez minutos después ya se podía ver el lago, caminaron bordeando la bahia, hasta llegar a un pequeño embarcadero. Allí, encontraron las compras, y la mochila de Mario, quien se colgó la mochila al hombro, cogió la bolsa de las compras, y dejó que Julia solo cargara con los libros.- Será mejor que avises a tu amigo argentino de que ya hemos llegado, cuando crucemos esa verja ya no habrá señal de móvil, ni wiffi. - Ella obedeció. Mientras que él abría la verja con una llave que sacó de su bolsillo.- Todo esto es tuyo? - preguntó ella mientras caminaban por la orilla del borde del lago, Juls miraba embobada el paisaje, un paisaje salvaje, sin edificaciones, los arboles se reflejaban en el aquel lago verde azulado.- No, esta finca es de mi abuelo, vive en aquella cabaña -dijo señalando a una casita de madera, de una sola planta, escoltada por dos impresioantes árboles, dos cerezos.- Tu abuelo?- Si, Luis Sanz, el padre de mi padre. Paso todos los domingos con él. - dijo en tono meláncolico.- Qué edad tiene? - preguntó mientras seguían caminando- 81 años, él sufre de alzheimer desde los 68 años, poco después de morir mi abuela se lo diagnosticaron, es como un niño grande, no te sorprendas por sus comentarios o actos, quizás incluso ni me reconozca, a veces no lo hace.- No te preocupes, se me dan bien las personas mayores.- él se volvió hacia ella- Hay algo que se te dé mal? - ella se encogió de hombros.- Escuha, sé que esta quizás no sea la primera cita que esperabas ...- Hasta el momento esta siendo una primera cita perfecta - dijo ella besándolo en la mejilla.Al llegar a la cabaña, un rudo hombre permanecía sentado en un banco de madera, junto a una mujer de unos cincuenta y cinco años, ella mantenía en la mano un libro de Henry Miller. Mario dejó las compras y la mochila en el suelo, la mujer levantó la mirada y los vió acercarse.- Mira Luis, mira quien acaba de llegar. -dijo ella, haciendo que el hombre levantara la mirada. Mario se acercó a su abuelo, arrodillándose junto a él, Juls se colocó detrás de él, y le puso la mano encima del hombro, sabía que aquel era un momento delicado para él. El rudo hombro cogió la cara de Mario entre sus manos, sin dejar de mirarlo durante unos segundos, quizás intentando identificar aquella cara.- Mario, sabes que llegas una hora tarde? - Mario sonrió- Lo sé abuelo, hemos venido caminando desde las Dunas de Vid.- Hemos? -dijo el hombre poniendose de pie, junto a su nieto.- Hoy vengo acompañado abuelo, mira, ella es Julia, una amiga muy especial para mi.- Julia, él es mi abuelo y ella es la doctora Angelica, quien cuida de este viejo gruñón. Julia, se acercó primero a saludar con dos besos a Angelica, acto seguido se acercó a viejo gruñón, él la cogió de las manos, y se las besó, ella se acercó y le dió un tímido beso en la mejilla. Mario sonrió de forma divertida.- Mi abuelo es todo un caballero, Julia. - dijo viendo como su abuelo entrelazaba su brazo con el de Julia. - Angelica he traido las compras, los medicamentos y los libros- Deja que los guarde todo dentro -dijo ella.- Yo os ayudaré -dijo Julia- Ni hablar!-dio el abuelo - Deja que trabajen ellos!- Esta bien! Y nosotros que hacemos entonces? -le preguntó Julia sonriendo al abuelo.- Vamos a coger un par de limones, tengo un licorcito guardado para ocasiones especiales - dijo agarrado del brazo de Julia, voltearon la cabaña, y justo detras había un limonero. Julia cogió dos limones. Aquel hombre era lo más tierno que había visto en la vida, le enterneció la imagen de Mario esperando que su abuelo lo reconociera. Mil pensamientos pasaban por su cabeza, y el primero de ellos, fue darse cuenta de que se había equivocado con Mario, realmente era un hombre desinteresado y famliar, no hacía alarde de su dinero, ni de su posición.- Abuelo, nos vamos de pesca? -preguntó Mario alcanzandolos cuando regresaban a la cabaña.- De pesca? Y la señorita? No podemos dejar sola a nuestra invitada.- Iré con vosotros -dijo Julia- Una dama como tu no puede ir de pesca, es cosa de hombres, señorita - dijo el abuelo, haciendo reir a Mario.- Quien lo dice? - preguntó Julia - Mario?- No, no, a mi no me metas, voy a preparar la lancha - dijo sabiendo que Juls se saldría con la suya- Señor Luis, iré de pesca! -dijo en tono tajante.- Ah!- exclamó - Eres como mi Maria, siempre metida en cosas de hombres! - quince minutos después llegaban al embarcadero. Mario ayudó a subir a su abuelo a la lancha, le tendió una mano a Juls para ayudarla a subir, quien se sentó junto al anciano, que ya estaba preparando la caña de pescar, bajo la atenta mirada de Mario.- Qué miras? Arranca ya! - soltó el anciano, Mario condujo la lancha hasta el centro de la bahia, allí soltó el ancla, y enseñó a Juls a pescar, a ella le divertía la situación, Luis no dejaba de regañar a Mario.- Este muchacho se ha olvidado de pescar, AH! La ciudad atonta a los jovenes.- Es que yo soy muy torpe, Luis, será mejor que me siente, y les observe. - la chica sacó la cámara para fotos de la bahía. La escena de Mario pescando con su abuelo le pareció la mejor de las fotos, divertida les fotografió pescando y discutiendo. Dos horas después, regresaban a la cabaña, Mario reía como un enano junto a su abuelo, quien presumía de haber pescado un salmón, mientras que Mario volvía con la manos vacias. Al entrar en la casa, Juls se impresiono al ver lo humilde y acomodada que era, una cocina abierta con el salón, todo en madera rústica, la chimenea esta encendida y olía a limón y lavanda.- Es la hora de su baño y su medicación, Luis - dijo Angelica.- Os quedaís a cenar verdad?- Por supuesto, - dijo Mario divertido viendo como su abuelo se agarraba al brazo de Angelica, maldiciendo por tener que bañarse.- Haré la cena en cuanto terminemos -dio Angelica.- No te preoucpes, Angelica, ya cocino yo -dijo Julia, algo que no sorprendió a Mario.A las órdenes de Julia, Mario le daba todo lo que le pedía, juntos preparaban una crema de verduras, el salmón al horno con patatas, y una tarta de manzana con canela. Impresionado Mario, por la rapidez con la que pensaba y actúaba Juls en la cocina, no dejaba de picotear.- Será mejor que pongas la mesa, como sigas comiendo patatas no quedará ni una para la cena - le regañó Julia.- Dios! Me encanta como cocinas! Nunca había visto una mujer tan sexy cocinando, me casaría contigo sólo por momentos como estos - soltó Mario sin mirar a Julia, puso la mesa y se sentó en el sofá que había junto a la chimenea, sirvió dos copas de vino, cuando Julia se sentaba a su lado, ella acepto la copa encanta.- Crees que se molestará tu abuelo si me descalzo?- Estas en tu casa! -dijo él - Mario, yo ... Te debo una disculpa - el le tapó la boca con su dedo índice.- No te disculpes, estabas en tu derecho de pensar libremente- Es que, después de todo esto, del día de hoy, me siento mal por ti. Por lo borde que fui.- Eso significa que repetiremos la cita? - preguntó divertido, acercándose a ella, Juls se moría por esa sonrisa picarona, miró fijamente aquellos ojos verdes que le penetraban el alma cada vez que la miraba- Creo que ya vuelven, oigo pasos - susurró Juls poniendose de pie. Mario, tiró de su mano, haciéndola caer sobre su regazo, sin duda el vino sabía mucho mejor en boca de ella, desgustó cada ricón de su boca, penetrándo con su lengua aquel ricón de su cuerpo, jugueteando y mordisqueando sus labios. - Amiga especial, dice el niño!- soltó el abuelo al berlos besándose. - Ahora lo llamaís así? - Juls se puso de pie rapidamente avergonzada, dándo un traspies a Mario.-
Noel perdía la paciencia con Julia, en cuestión de vestuario, no entendía como una mujer como ella, no aprovechaba y enseñaba su cuerpo, realmente no era una mujer flaca, eso lo tenía claro, pero precisamente sus curvas eran su punto fuerte, lo que tenía que resaltar, de estatura media, cintura estrecha y caderas anchas, todo a conjunto con un bonito y prominente pecho, que no exagerado, de acuerdo que sus piernas no eras largas y flacas, pero quien se iba a fijar en sus piernas pudiendo fijarse en lo otro? Después de tres vestidos probados y deshechados, Noel ya había llegado a su límite.- A ver guapa! Te he traido cuatro vestidos, y a todos les has puesto pegas, qué problema tienes?- Joder Noel, es que no quiero ir pidiendo caña, sabes? No quiero confundirle, parece que vaya diciendo que quiero follarmelo.- y que?No quieres?- Si ... No!- Mira nena, vos tienes un problema, y ya sabes cual es, no digo que tengas que follartelo hoy, ni mañana, ni dentro de un mes, pero recuer
- Juls, no me digas que te has adormilado sobre mi pecho. -susurró, no le mires Juls, Juls, que bien suena mi nombre es su boca con su voz, no le mires- Juls -volvió a susurrar, de forma innata y sin darme cuenta, le miré, y me perdí en sus ojos verdes, es su mirada rebelde y su ceño fruncido, me perdrí entre sus manos que me sujetaban con fuerza por los hombros.- Estabas evitando mirarme?- No - mentí- Juls - volvió a susurrar, dios!me vuelve loca su voz susurrando mi nombre, inconscientemente dejé de mirarle a los ojos, para fijarme en sus carnosos labios, se acercó más a mi, y ya no veía sus labios, porque estaban sobre los mios, besándome apasionadamente, me dejé besar con los ojos cerrados, respondí a su beso, acalorada, abriendo mi boca para dejar que su lengua entrara sin dificultad, la humedad de su lengua, el calor de sus labios, junto con una de sus manos sujetándome por la nuca, me derritió el alma, la fuerza con que su lengua acariciaba cada rincón de mi boca encendió
- Mario! Has pedido el desayuno a domicilio? - preguntó ella desde la puerta. -Desyuno a domicilio? Pero que se ha pensado esta, que soy el repartidor o qué?le di la caja en las manos y salí escopetada de allí.- Qué dices? Qué desayuno? - preguntó Mario entrando en la cocina, con unos vaqueros blancos, una camiseta roja y terminando de ponerse unos mocasines negros. Al observar la caja, identificó el nombre de Juls en un lateral.- y la chica?- Escaleras abajo.-dijo Eva cogiendo un donuts de la caja- Bloqueo de puertas - ordenó Mario accionando un botón de la placa de la alarma inteligente que tenía en casa, bajó las escaleras corriendo y encontró a Juls, justo en los últimos escalones, intentando no hacerla daño la colocó contra la pared, franqueándola con los dos brazos a la altura de su cara.- Buenos días! Juls, dijo irónico y sonriente al ver mi cara que seguro refleja decepción y enojo, últimamente no soy capaz de disimular mis sentimientos ni mi estado de ánimo. - Servicio
Mario se levantó de la cama, dirigiéndose hacia la ventana, tardó un instante en reaccionar, en encontrar las palabras adecuadas para reconfortarla. Se giró, apoyándose sobre la cristalera, sin dejar de mirarme, estaba serio, demasiado serio.- Yo no soy él, Juls, sé que nos conocemos desde hace unos días, también sé que eres una gran mujer, con valores que quizás hoy en en día es casi imposible de encontrar, sigamos viéndonos, me gusta estar a tu lado, me gustan todas las cualidades que veo en ti cuando hablas, cuando te ries, cuando cocinas, me gusta como tratas a los demás, eres desinteresada y generosa, tu carácter me abruma tanto como me pierde tu sensualidad. Me acerqué a besarle, tímidiamente sin ninguna pretensión de nada mas, nos abrazos sin mediar palabra, unos minutos de silencio necesario para respirar profundo y seguir viviendo.- No tenías una reunión? Son casi la una.- Cierto. - Preparé algo de comer.- sonreí soltándome de sus brazos- Juls, no dejes nunca de s
El salón de relax era una gran habitación a media luz, con esterillas por todo el suelo, difusores con olor a lavanda, paredes decoradas con plantas cayendo hacia el suelo, Noel y yo esperamos fuera de la terraza a que llegaran los demás huéspedes, estar en plena montaña con una taza de té verde al aroma de canela, no solo me había ayudado a pensar, si no que también a decidir qué quiero hacer con mi vida, y como afrontar mis miedos. El miedo a enamorarme de nuevo, más bien, corrijo, el miedo a desilusionarme, a salir dañada de nuevo, como decía mi abuela el que no arriesga no gana. A las doce y media, Fabián aparcaba el coche frente a la casa de Mario, este le había enviado un mensaje a Julia diciéndole que ya estaba en la ciudad, y que la llamaría mañana lunes. Bajaron del coche, Mario sacó su mochila.- Sabes que puedes quedarte en mi casa- Para que? Si me quedo nos emborracharemos y hablaremos de mujeres, y los dos trabajamos mañana, me quedaré en el hotel esta semana.- Qu
Nos vestimos sin prisa, entre risas, confidencias de lo vivido esa noche, entre besos furtivos, rápidos, y pellizcos improvisados. Una hora después, Mario aparcaba su coche frente a mi casa, había amanecido.- Nos vemos el miercoles, entonces - dije antes de bajar del coche, me acerqué a besarle, cuando el sonrió de oreja oreja.- Qué?- Te has pueso mi perfume- Si un poco para refrescarme.- Irás oliendo a mi toda la semana -se rió.- Después de una buena ducha, se irá el olor.- No, no lo hará. Te llamaré esta noche, cielo. - Cielo? Desde cuando me llamaba cielo? - Bajé del coche.- Que tengas un buen día.- y tu, amor.- Amor?Cielo? No era demasiado pronto para tales adjetivos? Después de una ducha rápida, Juls vestida con un conjunto de chandal rojo, y unas deportivas, se fue al obrador, ya eran las once de la mañana y tenía muchas cosas que preparar, mientras horneaba bizcochos, cupcakes y galletas, no dejaba de pensar en Mario, él tenía razón, no dejaba de oler a su pefu
- Esto es excitante, yo estoy excitado, Juls - Yo no -dijo ella mintiendo, un paso atrás y cayó sobre el divan. Mario se agachó sobre ella sin tocarla. - Estas segura? - ella lo miró de arriba abajo, deseando ver su cuerpo completamente desnudo, sin contestar a la pregunta, lo atrajo hacía ella, lo besó apasionadamente, y con una rapidez que ni ella sabía que tenía, le desabrochó el pantalón, dejándolo completamente desnudo sobre ella, él acercaba su cuerpo lentamente mientras ella se desnudaba para él. Esta vez no había tiempo para preambulos, ninguno de los dos tenía ganas de esperar, la necesidad de llegar al climax rapidamente era en lo unico que pensaban, como si fueran un solo cuerpo, Juls tomó la inciativa, se incorporó obligando a Mario a tumbarse en el diván, se colocó encima de él, con las piernas abiertas, el calor de su sexo sobre el miembro de él, hizó que Mario no perdiera en tiempo, la penetró haciendo que el cuerpo de ella se irguiera recto frente a él, Juls comenzó