Sonreí, apartándome el pelo húmedo de la cara:
- Saborearé cada centímetro de tu piel, mi amor... Como siempre he soñado.
- Espero poder aguantar un rato... - Respiró hondo, cogió mi mano y la llevó hasta su polla completamente erecta.
Llené su cuello de delicados mordiscos y chupadas. Ansiaba su cuerpo como el aire que necesitaba respirar. Cansada de su cuello, me deleité con su pecho suave y firme, bajando hasta su fabuloso abdomen. Su polla estaba erecta todo el tiempo, tocándome involuntariamente.
Cuando llegué a su pene, me acomodé entre sus piernas, deleitándome con el espectáculo que tenía ante mí. Sin duda iba a tener la mejor mamada de mi vida. Y ningún sonido o situación externa iba a detenerme como la otra vez.
Lamí tranquilamente su glande, saboreando el gusto del hombre que tanto habí
Me desperté con el sonido del teléfono móvil. Abrí los ojos y volví a cerrarlos por la luz que venía de la calle. Toqué la cama y no sentí la presencia de Theo. Me incorporé rápida y bruscamente, preocupada, al darme cuenta de que no estaba en la habitación.Se me aceleró el corazón cuando oí el sonido de la ducha que se abría en el cuarto de baño. Sonreí ante mi reacción al haber sido abandonada por él.No, Theo no me había dejado a la mañana siguiente. No tenía sexo y se iba, como otros hombres. Seguía allí.Me miré la venda del dedo, sintiendo un poco de dolor, segura de que estaba causado por la fuerza que había ejercido al sujetar el cabecero.Me fijé en las esposas que seguían sujetas a la cama, abiertas. Sonreí y esta vez junté ambas manos, s
Cerré los ojos, intentando inútilmente liberarme de las esposas. Quería agarrarle, tocarle, aferrarme a él mientras le cabalgaba con fuerza. Sin embargo, él parecía saberlo mejor, empujando con intensidad, su polla sin piedad en mi coño, devastándome física y psicológicamente, porque sabía que después de todo lo que habíamos hecho durante la noche y esa mañana, nunca sería capaz de correrme así con otro hombre en mi vida.Volví a correrme al mismo tiempo que él, en una sincronización perfecta que nunca había visto antes. He tenido hombres que me han dejado correrme primero para poder correrse ellos después. Y otros que venían primero, dejándome al final. También he tenido hombres que sólo se preocupaban de llevarme al orgasmo. Y otros que ni siquiera podían mantenerse erectos. No, no eran tantos,
- Tú... ¿De verdad me estás contando esto? - Theo se echó a reír.- Por supuesto que sí. ¿Crees que vas a ser tú quien tome todas las iniciativas? En absoluto, mi amor. - Le rodeé el cuello con los brazos. - ¿Y qué? ¿Tengo novio?- Tienes novio -aceptó, besándome en los labios-. - No sé si este novio aceptará que me duche lejos de él.Me aparté un poco, sonriendo:- Theo, no puedo más. He perdido la cuenta de las veces que nos hemos acostado.- Yo también... - Se rió, mirando su reloj de pulsera. - Ahora métete en la ducha si quieres acompañarme. No puedo llegar tarde, amiga.En treinta minutos salíamos en dirección a Simplicity, para la esperada reunión de Theo.- ¿Estás nervioso? - le pregunté, acomodándole la corbata mientras
- Si lo prefieres, no podemos contratarte, María Lua. Juro que no era mi intención desacreditar tu trabajo. Sólo pensaba... que intercambiar ideas con alguien de tu campo podría ser agradable para ti.- Intercambio ideas con Heitor Casanova, el CEO de North B., la mayor empresa de bebidas de Noriah Norte, que es, consecuentemente, uno de los mayores países del continente.- Maíra, cancela la nueva contratación -ordenó Theo.- No la canceles. - La miré. - Si mi querido "hermano" cree que necesito a alguien que me ayude, demostrémosle lo que podemos aportar en trabajo, ¿de acuerdo? - hice una mueca, furiosa, caminando delante de ellos hacia la sala de reuniones.- María Lua... Lo siento. - Theo trató de eludir la situación.Abrí la puerta de la sala de reuniones, sintiendo que el corazón se me aceleraba, queriendo saltarme del pecho.
Suspiré, respondiendo por Theo:- No. Déjalo entrar.- No hace falta que lo hagas, María Lua. Sé que puedes encargarte de todo.- Pensándolo bien, podríamos dividir la administración entre las áreas industrial y comercial. ¿Y tal vez dejemos de subcontratar y empecemos a fabricar nuestros propios productos?- ¿Estás loco? - preguntó Theo.- ¿Por qué crees que me llaman Malú el Loco? - sonreí.- ¿Vas a dejar que te sorprenda alguna vez, rayito de sol?- Espero que no, Theo.- Maíra, Maria Lua y yo daremos la bienvenida al nuevo empleado en la zona administrativa, aquí mismo.Theo se sentó a la cabecera de la mesa y yo ocupé la silla de al lado. En cuanto se abrió la puerta y apareció el hombre vestido con traje negro, camisa blanca y corbata roja con detalles negr
- ¿Conoce a Big Cat? - Theo me miró.- Sí... Lo conoció en la acera... De su piso.- Pero este Hades no es el mismo Hades que estuvo en mi piso. Yo le eché y recuerdo muy bien su cara.Hades Romaniz se reclinó cómodamente en su silla y se llevó la mano a la barbilla:- ¿Conoces a otro Hades? ¡Qué casualidad! - Él sonrió, desconfiado y curioso.- Sí... Muchas, muchas coincidencias. - Theo volvió a mirarme, buscando explicaciones.Respiré hondo y me levanté:- Tal vez necesite sus servicios, señor Romaniz. Gatão es un perro extremadamente perezoso y dormilón. Y no le gusta moverse, ni siquiera para hacer sus necesidades en la calle. Por no hablar del hecho de que es el mejor amigo de un gato de verdad.- ¿Hay gatos falsos? - Me miró.- Sí, su perro... Es un gato fal
Me di cuenta de que Maíra se marchaba, pie a tierra, sin querer llamar la atención. En cuanto se cerró la puerta, dije:- Te lo presto.- No quiero tu dinero.- No te lo doy, te lo presto.- No lo necesito. Si hace falta, se lo pediré a nuestro padre.¿Entonces por qué coño no se lo has pedido todavía?- Sólo porque no quiero ir más allá de lo que puedo permitirme.- ¿Crees que está bien fingir ser pobre, Theo?- ¡No finjo ser pobre, Maria Lua!- Si quieres ser un competidor para Giordano, necesitas expandir tu negocio, Theo. De lo contrario, sólo serás el creador de fórmulas que Robin robará y mostrará como suyas. No hay razón para estar a la defensiva, siendo una empresa de patio trasero cuando tienes el potencial para ser el mejor.Theo se levantó, aturdido, pas
- Theo, entiende algo: pospusieras o no la reunión, no cerrarían contigo. Giordano ya los había comprado o convencido a todos. No es culpa tuya. Ni mía. Ni de nadie. Robin tiene algo contra mí... O contra nosotros. Y tenemos que averiguar qué es.Theo me cogió de la mano y tiró de mí hacia su cuerpo:- Todavía puedo olerte en mi piel, rayo de sol. Y está tan impregnado en mí que no creo que se vaya nunca.Sentí su cálido aliento tan cerca y estuve a punto de ceder a un beso. Pero me limité a rozar la punta de su nariz con la mía, cerrando los ojos:- Estuvo bien, Theo... Muy bueno. Pero quizá nos llevábamos demasiado bien en lo personal y no tan bien en lo profesional. Por suerte para ti, yo llevo lo personal muy por encima de lo profesional, aunque se me da muy bien. Por ahora, necesito tomarme un helado de crema con sirope de car