No (II)

Cerré los ojos, intentando inútilmente liberarme de las esposas. Quería agarrarle, tocarle, aferrarme a él mientras le cabalgaba con fuerza. Sin embargo, él parecía saberlo mejor, empujando con intensidad, su polla sin piedad en mi coño, devastándome física y psicológicamente, porque sabía que después de todo lo que habíamos hecho durante la noche y esa mañana, nunca sería capaz de correrme así con otro hombre en mi vida.

Volví a correrme al mismo tiempo que él, en una sincronización perfecta que nunca había visto antes. He tenido hombres que me han dejado correrme primero para poder correrse ellos después. Y otros que venían primero, dejándome al final. También he tenido hombres que sólo se preocupaban de llevarme al orgasmo. Y otros que ni siquiera podían mantenerse erectos. No, no eran tantos,

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP