Robin Giordano

Entré en el garaje y miré mi BMW M4 Rosa y el Maserati plateado de mi padre. Había pensado que quizá amaba más a su coche que a su vida... Hasta que me di cuenta de cómo miraba a mi madre.

Mi teléfono vibró y lo cogí, tocando con el dedo la fría y brillante carrocería plateada.

- Dime que estás viva, Malú.

- Mi cuerpo está vivo, ¡pero han destruido mi alma, Ben! - Me enjugué las lágrimas.

- ¿Estaba enfadado Thor?

- Sí...

- ¿Estás llorando?

- Sí... Y ahora mismo tengo mi dedo en su Maserati, pensando que si escribo "Perdóname" en la carrocería, volverá a estar bien conmigo.

- Él destruye su cuerpo a partir de ahí... Y no quedará más Malú en esta encarnación.

- Tal vez sea lo mejor... - Quité la mano del Maserati y me dirigí a mi coche, sentándome frente al volante.

- ¿Qué coño le pasa al buenorro de Dimitry?

- Está jodidamente bueno, Ben...

- Aparte de que yo tampoco podría resistirme si tuviera un primo tan perfecto como ése, eres un puto pervertido, Maria Lua Casanova.

Respiré hondo
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