Capìtulo 4.1Kisha.Cargaba una nueve milímetros en el bolso, con las suficientes balas como para matar a un maldito ejército.Planeaba acabar con la vida de un par de personas, pero no aùn.Rodeando la casa se dirigió al patio trasero, recordando las escaleras de incendios al lado del balcón. Deseo que cierto imbécil no estuviera espiando.Camino despacio, aferrando con fuerza los tubos de hierro mientras escalaba. Entró a su habitación sin hacer el mínimo ruido, dejando el bolso bien escondido debajo de la cama, al igual que el teléfono móvil en la almohada.Volvió a bajar por donde había subido, rodeando la casa, disponiéndose a entrar por la puerta principal.Respiro un par de veces colocando la mano en la manija.Que comience el Show.Abriò fingiendo no poder con su propio cuerpo, adentrándose en los pisos de marmol.Al instante unas manos firmes la aferraron sacudiéndola.—¿Dónde demonios estabas?.Cerró los ojos, fingiendo debilidad. Intentando no actuar ante el tono cargado de
Capìtulo 4.2 Ignatiev. Hacía unas horas se había dormido, envuelto en las sabanas de Kisha, sintiéndose cobijado por su olor. Estaba en un sueño profundo cuando alguien entró por la puerta con fuerza, azotándola contra la pared. Se levantó de golpe, apuntando el lugar con el arma que siempre guardaba debajo de la almohada. Preso del sueño y la oscuridad no pudo fijar la mirada. –Soy yo, Ignatiev. Enfoco la mirada en un Dimitrios en pijama, alzando las manos, con la mirada puesta en la nueve milímetros que lo apuntaba. –¿Qué pasa?. Bajo el arma, aclarándose los orbes. –Ven a la sala, ahora. Se levantó con rapidez, importando muy poco si se encontraba en boxer. Bajo las escaleras con rapidez, dirigiéndose a la sala, encontrándose con toda la familia allì presente, sentados alrededor de una mesa. Dimitros se encontraba en el centro tecleando en una portátil. –¿Qué pasa?. –Siéntate. Fue Sasha quien habló, señalando uno de los sofás desocupados. Todos se encontraban adormila
Capìtulo 4.3Kisha.No podía apuntar bien, el viento golpeaba su mano, el auto hacia zigzag en el pavimento haciéndola balancearse.—¡Mantente recto!.Grito por encima del sonido, intentando fijar el arma. Tenían una camioneta negra a menos de ciento cincuenta metros de distancia, si lograba darle podría causar una reacción en cadena. Si la camioneta volcaba podría golpear a las demás, era una gran oportunidad.—¡Eso intento!.La voz de Georgio le llegó distorsionada, tuvo unos segundos de estabilidad en los que apretó sus piernas en torno a la puerta colocando ambas manos en el arma, apuntó sintiendo como el tiempo se volvía lento a su alrededor, cada latido de su corazòn siendo escuchado por sus oídos.Fijo el arma hacia el asiento del conductor y disparo.La bala viajaba con velocidad, escuchó el estruendo del parabrisas al romperse y luego un volantazo que hizo girar a la camioneta. Observó fijamente como esta volcaba haciendo que otras impactaran contra la carrocería destrozada.
Capìtulo 4.4Ignatiev.Íbamos lo más rápido que podíamos, siguiendo la señal del transmisor del coche. Kisha estaba escapando con alguièn, no sabia con quien.—Algo ha pasado. — Todas las miradas se dirigieron a Dimitrios. — Se han parado en medio de la ruta.Señaló con un dedo el mapa, donde el punto rojizo que antes se movía con velocidad, ahora permanecía quieto.Comenzó a sentirse preocupado, demasiado preocupado como para poder respirar.—¿Qué ha pasado?.Sasha se colocó a su lado, observando el computador en las piernas de Dimitrios.—No lo sé, simplemente frenaron. Comenzó a mover los dedos con rapidez en las teclas, intentando mantener el equilibrio con el ajetreo del avión.—¿Qué haces?.—Intentando hackear el automóvil, meterme en las cámaras frontales y traseras para averiguar qué demonios sucede.Números inentendibles fueron viajando por el computador, Dimitrios movía los dedos a una velocidad anormal.—Iré a preguntarle al piloto cuánto falta para llegar a ese lugar.Ma
Capìtulo 4.5Ignatiev.Nunca en su vida se había sentido tan nervioso, amaba a Kisha con todo su corazòn, sin embargo, ahora tenía dos cosas más en su interior por las que velar.Todo el tiempo miraron aquella pantalla, siendo testigos de lo que sucedía. Viendo como su muñequita iba a entregarse a él.Lo último que sus ojos divisaron, antes de saltar, fue a Kisha acercándose a aquel bastardo Italiano. Se preguntó porque motivo no mató a la mujer de rodillas en el suelo, dispuesta para ella.Se prometió que le preguntaría, cuando estuvieran en la casa por fin.Al momento de saltar, armados hasta los dientes, solo podía pensar en encontrarla y llevársela a rastras si era necesario.Alzó el arma y tocó suelo cayendo en medio de una lluvia de balas. Se movió con rapidez matando todo lo que no era aliado, había desconectado sus pensamientos con el único motivo de encontrarla.A su lado hombres comenzaron a caer muertos, tantos de Lombardi como suyos, no quiso pensar en su padre, en Sasha,
Capìtulo 4.6Ignatiev.Tenerlo todo y estar al borde de perderlo era la peor sensación que había sentido en su vida.Hacía diez minutos Kisha entraba por aquellas puertas, no tenían noticias.Sasha y Marck paseaban de aquí para allá en los pasillos, él no podía levantarse del asiento sentía que se desmoronaba si lo hacía.Tenía miedo de perderla, tres personas importantes para él, dos que aún no conocía pero deseaba hacerlo con todo su corazòn.—Resuélvelo, no puedo moverme de aquí. Llévate a los hombres en el avión, vayan a casa. — Sasha hablaba por teléfono. — No podemos permitir que la prensa nos relacione, todo se vendría abajo. Esperen mis órdenes, que Romanoff tenga un vehículo preparado para nosotros.Sasha cortó la llamada, dirigiéndose hacia ellos.—Hay un reguero de cadáveres en la ruta principal, civiles heridos. La policía está llegando junto con la prensa.—¿Tienen a Lombardi?.Ignatiev murmuró, deseando que el maldito bastardo estuviera con vida, lo apresaria, lo tortura
Capìtulo 4.7Ignatiev.No quería separarse de ella, recién la había recuperado. Aún así tuvieron que detener la charla para que Sasha pudiera entrar a verla.Salió de la habitaciòn con una sonrisa enorme en el rostro, agradeciendo a la vida por darle una segunda oportunidad.—¿Cómo está?.Marck colocó una mano en su hombro, dándole un pequeño apretón. El gesto lograba reconfortarlo más que un abrazo.—Mejor de lo que pensaba, con ganas de largarse de aquì. — Se pasó las manos por el cabello, dirigiéndose a la máquina expendedora en una esquina. — ¿Cuándo podrá irse?.Observo como el vaso termico comenzaba a llenarse de cafe negro, no era el mejor de los manjares, sin embargo, lograba mantenerlo despierto.—No lo sé, solo queda esperar.Se sentaron en los bancos fríos de metal por al menos quince minutos hasta que Sasha salió de la habitaciòn, al igual que Ignatiev tenía una gran sonrisa en el rostro.—Es mi turno.Marck se paró, dirigiéndose hacia la puerta abierta para luego cerrarla
Capìtulo 4.8Kisha.Su padre tenía contactos, una muy buena suma de dinero e inteligencia como para poder salir de un aprieto ileso. Hacía dos horas había subido al avión, dejándola postrada en la camilla con un sinfín de máquinas monitoreandola. No le gustaba para nada.Se dejaba hacer por el simple hecho de cuidar a sus hijos, su cuerpo sería su hogar por un largo tiempo, tenía que aprender a amarlo.—¿Cómo estás?.Rodó los ojos, clavando la mirada en el rostro de su padre. Era la cuarta vez que le preguntaba lo mismo.—Lista para levantarme de esta porqueria.Sasha carcajeó, posando una mano en su vientre. Lagrimas quedaron prisioneras en la represa que formaron sus orbes.—Aùn no puedo creer que seré abuelo y tan joven. No pudo contener la risa de felicidad que estalló en su garganta, haciendo que la herida le escociera.—Señorita, si no se queda quieta va a abrirse los puntos.Uno de los médicos la reprendió, con el ceño fruncido. Observando el vendaje que tenía envolviendole e