Capìtulo 4.4Ignatiev.Íbamos lo más rápido que podíamos, siguiendo la señal del transmisor del coche. Kisha estaba escapando con alguièn, no sabia con quien.—Algo ha pasado. — Todas las miradas se dirigieron a Dimitrios. — Se han parado en medio de la ruta.Señaló con un dedo el mapa, donde el punto rojizo que antes se movía con velocidad, ahora permanecía quieto.Comenzó a sentirse preocupado, demasiado preocupado como para poder respirar.—¿Qué ha pasado?.Sasha se colocó a su lado, observando el computador en las piernas de Dimitrios.—No lo sé, simplemente frenaron. Comenzó a mover los dedos con rapidez en las teclas, intentando mantener el equilibrio con el ajetreo del avión.—¿Qué haces?.—Intentando hackear el automóvil, meterme en las cámaras frontales y traseras para averiguar qué demonios sucede.Números inentendibles fueron viajando por el computador, Dimitrios movía los dedos a una velocidad anormal.—Iré a preguntarle al piloto cuánto falta para llegar a ese lugar.Ma
Capìtulo 4.5Ignatiev.Nunca en su vida se había sentido tan nervioso, amaba a Kisha con todo su corazòn, sin embargo, ahora tenía dos cosas más en su interior por las que velar.Todo el tiempo miraron aquella pantalla, siendo testigos de lo que sucedía. Viendo como su muñequita iba a entregarse a él.Lo último que sus ojos divisaron, antes de saltar, fue a Kisha acercándose a aquel bastardo Italiano. Se preguntó porque motivo no mató a la mujer de rodillas en el suelo, dispuesta para ella.Se prometió que le preguntaría, cuando estuvieran en la casa por fin.Al momento de saltar, armados hasta los dientes, solo podía pensar en encontrarla y llevársela a rastras si era necesario.Alzó el arma y tocó suelo cayendo en medio de una lluvia de balas. Se movió con rapidez matando todo lo que no era aliado, había desconectado sus pensamientos con el único motivo de encontrarla.A su lado hombres comenzaron a caer muertos, tantos de Lombardi como suyos, no quiso pensar en su padre, en Sasha,
Capìtulo 4.6Ignatiev.Tenerlo todo y estar al borde de perderlo era la peor sensación que había sentido en su vida.Hacía diez minutos Kisha entraba por aquellas puertas, no tenían noticias.Sasha y Marck paseaban de aquí para allá en los pasillos, él no podía levantarse del asiento sentía que se desmoronaba si lo hacía.Tenía miedo de perderla, tres personas importantes para él, dos que aún no conocía pero deseaba hacerlo con todo su corazòn.—Resuélvelo, no puedo moverme de aquí. Llévate a los hombres en el avión, vayan a casa. — Sasha hablaba por teléfono. — No podemos permitir que la prensa nos relacione, todo se vendría abajo. Esperen mis órdenes, que Romanoff tenga un vehículo preparado para nosotros.Sasha cortó la llamada, dirigiéndose hacia ellos.—Hay un reguero de cadáveres en la ruta principal, civiles heridos. La policía está llegando junto con la prensa.—¿Tienen a Lombardi?.Ignatiev murmuró, deseando que el maldito bastardo estuviera con vida, lo apresaria, lo tortura
Capìtulo 4.7Ignatiev.No quería separarse de ella, recién la había recuperado. Aún así tuvieron que detener la charla para que Sasha pudiera entrar a verla.Salió de la habitaciòn con una sonrisa enorme en el rostro, agradeciendo a la vida por darle una segunda oportunidad.—¿Cómo está?.Marck colocó una mano en su hombro, dándole un pequeño apretón. El gesto lograba reconfortarlo más que un abrazo.—Mejor de lo que pensaba, con ganas de largarse de aquì. — Se pasó las manos por el cabello, dirigiéndose a la máquina expendedora en una esquina. — ¿Cuándo podrá irse?.Observo como el vaso termico comenzaba a llenarse de cafe negro, no era el mejor de los manjares, sin embargo, lograba mantenerlo despierto.—No lo sé, solo queda esperar.Se sentaron en los bancos fríos de metal por al menos quince minutos hasta que Sasha salió de la habitaciòn, al igual que Ignatiev tenía una gran sonrisa en el rostro.—Es mi turno.Marck se paró, dirigiéndose hacia la puerta abierta para luego cerrarla
Capìtulo 4.8Kisha.Su padre tenía contactos, una muy buena suma de dinero e inteligencia como para poder salir de un aprieto ileso. Hacía dos horas había subido al avión, dejándola postrada en la camilla con un sinfín de máquinas monitoreandola. No le gustaba para nada.Se dejaba hacer por el simple hecho de cuidar a sus hijos, su cuerpo sería su hogar por un largo tiempo, tenía que aprender a amarlo.—¿Cómo estás?.Rodó los ojos, clavando la mirada en el rostro de su padre. Era la cuarta vez que le preguntaba lo mismo.—Lista para levantarme de esta porqueria.Sasha carcajeó, posando una mano en su vientre. Lagrimas quedaron prisioneras en la represa que formaron sus orbes.—Aùn no puedo creer que seré abuelo y tan joven. No pudo contener la risa de felicidad que estalló en su garganta, haciendo que la herida le escociera.—Señorita, si no se queda quieta va a abrirse los puntos.Uno de los médicos la reprendió, con el ceño fruncido. Observando el vendaje que tenía envolviendole e
Capìtulo 4.9Kisha.Despertó en su habitaciòn, sintiendo una calidez en el pecho reconfortante. Jamás había pensado que la imagen de sus paredes le traería tanta satisfacción.Observó a su alrededor, dándose cuenta del brazo varonil que le envolvía la cintura, ya se encontraba en casa, a salvo.—¿Cómo estás?.Se giró, clavando sus orbes adormilados en el rostro de Ignatiev. La herida le escoció ante el movimiento, sin embargo, no hubo expresión de dolor en su rostro.—Mejor ahora que estamos en casa. Las cortinas estaban bajas, sumiendo a la habitaciòn en penumbras. Busco la boca caliente del hombre que amaba, dándole un beso que llevaba mucho tiempo ansiando.Sus labios se encontraron con pasión, amor, en una danza sincronizada en la que dejaron el alma, todo ese amor en libertad siendo demostrado en la boca del otro.Su cuerpo comenzó a calentarse, deseoso de que lo tomaran, deseosa de tenerlo adentro, hundirse en el vaiven del amor carnal que tanto deseaba.—Espera, muñeca. — Igna
Capítulo 5.0 Kisha. Aquella noche durmieron abrazados uno junto al otro, sin poder cerrar los ojos, intentando disfrutar al máximo el contacto del otro. Kisha se encontraba sumergida en sus pensamientos, percibiendo un aura extraña en Ignatiev, algo que parecía tener atorado, sin tener las agallas para decirle. —¿Qué te sucede? Se revolvió entre las sábanas, disfrutando de la mano masculina en su vientre, intento girar la cabeza para mirarlo, él no la dejo presionándole con más fuerza. —Nada, ¿Por qué lo dices? Carcajeo en medio de la penumbra, amando el ambiente intimo que había entre ellos. — Porque tengo miedo de que te ahogues con las palabras que no salen de tu boca. - Bufo, colocando una de sus manos encima de las suyas. — Te conozco desde niña Ignatiev. Sintió el momento justo en el que ocultaba su rostro entre su cabello, lo escucho aspirar con fuerza, soltando un lento gemido. —Me conoces muy bien, querida Kisha. Nunca firme el divorcio, jamás existieron esos papele
Capítulo 5.1 Kisha. Habían pasado tres días desde la votación, no tenía noticias por parte de Dimitrios aún. Y su familia tampoco tenía ningún indicio de la mujer embarazada, nada. Ni un rumor, ninguna cosa que los pudiera guiar. Se encontraba metida en la biblioteca, con un chocolate caliente en las manos, cuando Dimitrios entro por las puertas en silencio. Kisha clavo la mirada en él, observando lo que llevaba en las manos. Un pequeño papel arrugado, el cual dejo en su mano. —Esto es lo único que pude averiguar, su número telefónico. Fue difícil rastrearla, no quise colocar la dirección ya que sospecho de quien se trata. Kisha observo los números allí garabateados, sabiendo lo que tenía que hacer. —Borra la información, quiero que la vuelvas un fantasma que no se pueda rastrear. Protégela por un tiempo, hasta que se olviden de lo que quieren. - Dimitrios asintió, sus orbes cargados de dudas. — Te debo una muy grande por mantenerme el secreto. —Eres lo más cercano a una amig