2-Nostalgia

Hacían dos días que habían vuelto de Nueva York. Ely aún no reaccionaba y Juan se había quedado con ella en la habitación que les habían asignado. Por su parte Élián y Neithan se encontraban solos en otra habitación, él estaba desconsolado por la muerte de su hermano y ella lo acompañaba en silencio.

- Me entregó la reliquia de Cerpentoide. – Dijo mirando el anillo entre sus manos. – Se reivindicó y murió.

- A Mordana no le interesa el sufrimiento de los demás, sólo el suyo.

Jessica estaba con Edward, Alanna y Ricardo conversando en el salón.

- Hablé con el inspector. – Dijo Edward de pronto.

- ¿Qué dijo? – Preguntó Ricardo con interés. - ¿Dónde se encuentra?

- En Caracas, han logrado oponer resistencia contra los felinos que se encuentran allá. lograron hacer que se dispersaran y ya han tomado control de la ciudad.

En ese momento Èliàn salía de al habitación con Neithan y Sara iba corriendo hacia ellos.

- Ely despertó.

Todos se precipitaron hacia la habitación de Ely y Èliàn se detuvo mientras los demás se alejaban. Se quedó observando la puerta cerrada donde, en ese momento, se encontraba Àhlian. Le pareció extraño no verla afuera con los demás, era una de las interesadas en recuperar el cetro de Meithlan y, aún así, no estuvo para saber que Ely, la dama de fuego, había despertado al fin. Èliàn miró unos segundos hacia los demás que habían entrado a la habitación de Ely y Juan y luego fue hacia donde se encontraba su tía. Abrió la puerta y entró.

Todas las habitaciones eran iguales, excepto por el hecho de que algunas tenían algunas especies de sillones y otros sólo sillas. En esta ocasión había un sillón. Àhlian estaba acostada en la cama abrazando una almohada.

- ¿Estás bien? – Su tía se sobresaltó al escuchar la voz de Èliàn y se sentó de un salto, y se secó las lágrimas. – Estas llorando. – Èliàn se sentó en la cama. - ¿Por qué?

Àhlian rió.

- Sólo estaba recodando.

- ¿A mi madre? – Preguntó la muchacha aunque intuía la respuesta. Ella asintió. - ¿Por qué llorabas? ¿Qué recordaste que fue tan malo o tan triste como para hacerte llorar? – Àhlian la vio. – Dímelo por favor, quiero saber. – Àhlian no respondió. – Hace tiempo que quería preguntarte, quería saber cosas sobre ella. Tú le dijiste a Mordana que la conociste durante un año.

- ¿Cómo sabes eso?

- Neithan te escuchó. Él me lo dijo. Por favor, dime. ¿Qué recodaste?

- La única vez que la vi.

- Pero tú dijiste… - Su tía le interrumpió.

- Yo la conocí durante un año. Yo la veía, pero ella no supo de mí hasta ese día. El día en que murió. – Èliàn la miraba sorprendida tratando de asimilar las palabras de su tía.

- Tú estuviste con ella ese día. – Dijo sin poder creerlo. - ¿Por qué no la persuadiste?

- Lo hice. – Àhlian se levantó. – pero no quiso escucharme. Simplemente me dijo lo que debía hacer. – Dijo unos pasos dándole la espalda a la muchacha y luego se volvió y la miró. – Te quería mucho. Por eso se alejó de ti.

- ¿Por qué me quería mucho?

- Mordana estaba buscándola, no podía saber que tú existías. Creo que lo sospechaba porque ella aseguró que debía evitar que Mordana dejara de buscarte.

- ¿Qué fue lo que hizo?

- Èliàn no se si…. – La muchacha la interrumpió y se levantó.

- ¿Qué hizo? Dímelo, que hizo para evitarlo.

Àhlian la miró y luego asintió.

- Desapareció con el Medallón. Utilizó el ojo azul para intentar destruir la reliquia. Ella y Mordana sabían que sería imposible, pero la acción crearía una especie de huida.

- No entiendo.

- El contacto del ojo azul con el Medallón crearía una inmensa luz que lo cubriría todo y cuando se disipara ella no estaría, ni el Medallón.

- Y ¿Qué ocasiona en realidad? – Àhlian la miró con tristeza.

- Cuando el ojo azul tiene contacto con el Medallón la explosión, esa energía absorbe la vida de todo lo que tiene cerca. – Èliàn estaba anonadada con lo que le decía su tía. – Ella lo sabía, - Èliàn se tapó la cara con las manos, - fue a quitarse la vida frente a Mordana para hacerle creer que desaparecería ante sus ojos. – Èliàn iba a decir algo, pero Àhlian parecía intuir lo que diría. – Mordana no sabía, y a estas alturas no sabe de lo que pudo ser capaz su hermana para protegerte. No conoce la reacción que ocasionan esos dos poderes al fusionarse. - Èliàn se dejó caer sobre la cama de nuevo. - No quería que lo supieras de esa forma. Yo… - La muchacha le interrumpió.

- Me duele escuchar eso. – La miró - Quiso protegerme a costa de su vida.

- Era una buena persona.

- Lo se, pero aún así me duele. – Bajó la mirada.

- Sula tenía una misión. – Èliàn la miró de nuevo. – Ella sabía lo que haría tu madre, - La muchacha iba a decir algo pero su tía no se lo permitió. – Ella también intentó persuadirla, pero Èhlian estaba decidida. En cuanto pusiera en marcha su plan, se accionaría un transmisor que le daría a Sula la ubicación de exacta de su cuerpo. Ella debía recuperarlo y llevarlo a Niana y enterrarlo donde tú viste su tumba.

Èliàn no respondió. Las lágrimas emanaban por sus ojos al escuchar la historia de la muerte de su madre. Levantó la mirada hacia su tía.

- ¿Y el Medallón? – ella negó con la cabeza.

- Ni Sula ni yo sabemos que fue de él. Sospechamos que tu madre hizo algo para ocultarlo, pero que aparecerá cuando…

- ¿Cuándo qué? – Àhlian negó

- No lo sé. tu madre hizo algo… no sé. ella planeó algo que haría que Medallón regresara.

- Como si el Medallón esperara una señal o algo así. – Su tía asintió.

- Ni siquiera Sula, que conocía el plan de tu madre, sabía que sucedería con el Medallón en cuanto ella desapareciera. Yo deduje esa teoría. – Àhlian se acercó a su sobrina y le secó las lágrimas. – Pero no quiero que te preocupes por eso. Deja que las cosas sucedan como ella quería.

- No se como las quería.

- Ni yo, pero a medida que todo suceda, esas cosas se develarán, entonces sabremos que quería Èhlian que hiciéramos. – Le sonrió a Èliàn. – Ahora vayamos a ver a Ely que ya despertó. – La muchacha asintió y las dos salieron de la habitación.

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