- Hola mi pequeña. – Decía Èhlian con algo de tristeza en su mirada. – Supongo que cuando veas esta grabación yo ya no estaré en este mundo. – Bajó la mirada y unas lágrimas rozaron sus mejillas. – Espero que Neithan esté contigo. – Neithan le tomó la mano. – también espero que hayas conocido a tu tía. – esbozó una tímida sonrisa. – Ìhan ya no está conmigo. Murió hace aproximadamente un mes. – Se secó las lágrimas. – Lamento tener que dejarte, porque no me parece justo que los niños crezcan solos, sin sus padres. Pero se que tú eres fuerte y que lograrás terminar lo que Ìhan y yo comenzamos. “En esta grabación, voy a darte algunas pistas que Ìhan y yo recolectamos para encontrar las reliquias que se encuentran errantes. Espero que te
Neithan y Èliàn estaban en la habitación. Neithan caminaba de un lado a otro. - ¿Qué vamos a decir? – Preguntó nervioso. Èliàn parecía distraída. – No se que quieren escuchar, no se que podemos decir. - Ni yo tengo idea de que decir. – Dijo la muchacha sin prestar atención a lo que decía. - Èliàn, ¿Me estas escuchando? – Neithan se detuvo y la miró. - Èliàn levantó la mirada. - Claro que te estoy escuchando. Ni siquiera yo se que voy a decir. - Neithan suspiró y se sentó junto a ella. Durante largo rato ninguno de los dos dijo nada. De pronto la puerta de la habitación se abrió y Àhlian entró. - Todos están reunidos en el gran salón. - ¿Dónde es eso?- Donde está la pintura de Ìhan. Ninguno de los do
- Eres mi madre. – Dijo Neithan. - Así es. – Dijo ella. Quiso acercarse, pero Neithan retrocedió. - No puedes ser la persona que me dio la vida. - Neithan….- Eres un monstruo.Las palabras de Neithan le afectaron de sobremanera que no se atrevió a tocarlo, en su lugar una lágrima rosó su rostro. Entonces se volvió hacia Èliàn. - Tú y tu familia se han entrometido en mi vida. - Yo no te obligué a luchar a favor de la Emperatriz Lìhara, ni siquiera mi madre lo hizo. También se que la Emperatriz es tu madre. – Neithan miró a Èliàn sorprendido y con lentitud comenzó a negar con la cabeza. – Lo que odias y lo que ella odia, es que Neithan, sangre de su sangre, le impida triunfar.- Ìhan te alejó de mí. Se alejó de mí por Èhlian. - Eso no es cierto. – Dijo Àhlian. – Él no hizo eso. - CALLATE. – Volvió a mirar a Neithan. – Tú eres mi hijo, tú debes estar conmigo. - Lìhan estuvo contigo y mira ahora. – Dijo Neithan con frialdad. – Está muerto. -
Cuando Élián llegó la sala de control estaba desierta, Neithan no estaba por ninguna parte. Ella fue hacia el tablero de control Ahnya apareció repentinamente. - Neithan llora. – Èliàn se sobresaltó. - ¿Por qué?- Sufrió un golpe bajo. – Dijo la muchacha y se sentó en la silla del copiloto. – Una traición. - Yo no lo traicionaría. – Dijo Ahnya. – Nunca lo haría.- Lo se. – Le dijo Èliàn y le sonrió. – Y él también lo sabe. - Luego sacó el chip de un bolsillo. – ¿Podrías guardar esto y poner la nave en marcha? – Ahnya asintió. - ¿Rumbo a dónde?- Por ahora no tenemos un rumbo establecido. Pero deja la red del navegador abierta para captar señales, esperemos que alguna reliquia aparezca. – Ahnya volvió a ase
Los días pasaron, Neithan permanecía mucho tiempo solo en su habitación, cabizbajo y Èliàn ya no dormía en la suya sino con él. En uno de esos días, mientras ella dormía, Neithan había decidido salir de la habitación y se sentó en la silla del piloto para meditar como siempre lo había hecho en las noches.- Siento tu dolor. – Dijo alguien de pronto. Neithan se sobresaltó. cuando Ahnya apareció sobre la silla del copiloto. – Me gustaría ayudarte, pero no sé cómo hacerlo - Neithan le sonrió. - No te preocupes. – Le dijo y apoyó la cabeza al espaldar sin dejar de mirarla. – Siempre que estés aquí conmigo, eso me basta. – Ahnya sonrió y se desvaneció. Neithan suspiró y volvió la mirada hacia la pantalla, para reflexionar. El tiempo transcurría para &Eacut
Èliàn ya no pasaba tanto tiempo dentro del cuarto de las reliquias, se había dedicado a ver la grabación de su madre. En una ocasión Neithan se le acercó y la abrazó desde atrás, ella estaba sentada en la silla del copiloto mientras miraba la grabación de su madre en la pantalla. - ¿No crees que ya deberías dejar de mirar eso?- No. – Dijo ella. – No lo hago por nostalgia. Aún trato de recordar dónde he escuchado esa melodía. - Eso fue lo que te ayudó a descubrir a mi madre ¿Cierto?- Si. Pero no era por eso que mi madre la llevó a acotación. - ¿No? ¿Entonces no sabía que mi madre estaba infiltrada entre los rebeldes?- La verdad no lo se. Yo creo que si lo sabía. En realidad creo que esta melodía tiene dos funciones. Ella la mencionó por dos razones. El descubrir a L&igrav
Sarce, uno de los primeros planetas atacados por el Emperador y dominado a su voluntad. Una vez fue hermoso, sus habitantes eran muy parecidos a los Drake y a los Naýneses, no eran humanos, pero podían adoptar la forma de seres humanos. Ellos, al igual que casi todos los planetas de las galaxias cercanas quisieron evitar a toda costa la ascensión de aquel que se autonombró Emperador, fue así como se crearon las diez y siente reliquias, con el propósito de evitar su entrada a las galaxias. Sarce fue conocido como el planeta de los nulaussy, mayormente conocidos como sarcenos, una raza de seres que tienen la capacidad de transformarse en humanos y tienen agilidades asombrosas, ellos fueron los que crearon las espadas, pero ya nadie los recuerda Sarce no pertenece a una galaxia especifica porque es un planeta vivo, un planeta errante, de esos que tienen vida y pensamientos propios. Como Saral, Sarce es un planeta que tenía la capacidad d
Una hora más tarde habían bajado del trasbordador. El cielo estaba despejado, la brisa era fresca y al parecer el día estaba llegando a su fin. La débil luz del moribundo sol se estaba ocultando en el horizonte, habían aterrizado en la costa y el mar era de un color azul rey. - Es una vista hermosa. – Dijo Èliàn. Habían estado caminando por la costa tomados de la mano una vez que bajaran del trasbordador. - Pero esa no lo es. – dijo Neithan que estaba de espaldas a la playa. En cuanto Èliàn se dio la vuelta, apretó con más fuerza la mano de Neithan y con la otra se tapó la boca de la impresión. - ¿Qué sucedió aquí? – Preguntó con asombro. Un inmenso castillo en ruinas se cernía a cierta distancia de la costa. Algunos de los escombros yacían dispersos en el suelo, el cual era completamente gris. El cielo