Habían pasado varios días desde que Oiluj y Àhlian se dirigieran a la vía láctea y Èliàn y Neithan a la galaxia Neutra. Ninguno tuvo noticias del otro durante ese tiempo. Èliàn mantenía constante comunicación con Lin, quien le hablaba del zafiro negro. Y durante todo ese tiempo, el navegador no emitió ninguna señal incluso cuando llegaron a la galaxia neutra,
- Es extraño. – Dijo Èliàn. – No hay respuesta. ¿No deberíamos encontrar la reliquia ya?- ¿Cuál crees que sea? – Preguntó Neithan.- No lo se. – Dijo la muchacha recostándose de la silla. – Oiluj dijo que las que aparecieron en el radar eran el zafiro rojo y el cetro.- Quien haya buscado el cetro se encuentra en una emboscada. – Dijo Neithan.- Es cierto, el cetro está en manos de La Emperatriz. Só- Es la reliquia. – Dijo Neithan levantándose de la silla. - Vayan por ella, después les explicaré los descubrimientos de las reliquias. – Lin les sonrió y desapareció.- ¿Dónde está la reliquia? – Preguntó Èliàn mientras revisaba el libro que tenía sobre la silla. - En… - Neithan se interrumpió.- ¿En dónde? – La muchacha lo miró, pero como no respondió se acercó a ver la pantalla y se sorprendió. - ¿En Drake?- En Drake. – Susurró Neithan.La pantalla mostraba un planeta color plata cerca de uno que estaba dividido por la mitad. - Pues, vayamos. – Dijo Neithan, a pesar de que no dejaba de asombrarse. Miró a Elián y ella asintió.Drake parecía un desierto gris, no había plantas, no había luz porque el cielo esta
Èliàn bajó las escaleras con mucha cautela. El lugar estaba completamente oscuro, así que sacó un shipher y lo golpeó contra la pared para encenderlo. Las escaleras eran muy angostas, por lo que se apoyaba en la pared con una mano para evitar caerse mientras que en la otra llevaba el arma. La escalera llegaba a un descanso pequeño para luego continuar el descenso hacia la derecha. Levantó el shipher para alumbrar un poco más el camino. Había llegado al calabozo del castillo, el pasillo de piedra era largo y un poco más ancho que la escalera y a los lados estaban las celdas, algunas abiertas y otras sin entrada. Caminando con cautela y sin bajar el arma Èliàn siguió por el pasillo hacia una puerta que se vislumbraba al final. La abrió con la mano donde tenía el shipher y se encontró con otro pasillo igual de ancho que el anterior, pero sin celdas y con una única salida al final. Èliàn no se movió por un momento, parecía reflexionar, sentía que ya había visto ese pasillo.
Mientras Èliàn y Neithan se dirigían a la galaxia neutra, Àhlian y Oiluj fueron a la vía láctea. - ¿Qué sucede? – Preguntó Àhlian cuando la nave se detuvo repentinamente. - No lo se. – Dijo Oiluj. – Es extraño, que puede estar malo. Àhlian se acercó al tablero y lo revisó. - Espera. Creo que es uno de los conectores de comunicación. - En ese momento Oiluj se encontraba debajo de la mesa de control.- ¿Qué tiene que ver un conector de comunicación con que se detuviera la nave?- Pues que comunica todas las funciones de la nave. – Dijo Àhlian. – Es como el cerebro. - Oh. – Dijo Oiluj. – Veo que soy bastante arcaico con estas cosas. – Ambos rieron. Oiluj volvió a meterse debajo del tablero. – Es cierto. Es un conector de comunicación. –
Èliàn estaba casi recuperada del ataque que recibió de Ratzmon. Habían emprendido el viaje de vuelta a Armond para idear un modo de rescatar a Oiluj. Ella y Neithan estaban en la habitación conversando acerca de lo ocurrido y lo que harán cuando la pantalla se encendió y Lin apareció seguida por Ahnya. . - ¿Cómo te has sentido? – Preguntó Lin a Èliàn. - Mucho mejor. – Respondió la muchacha. – Gracias.- ¿Has averiguado algo en relación al mensaje de mi padre? – Preguntó Neithan. - Si. – Respondió Lin. – Y no son buenas noticias. Ìhan descubrió el secreto de La Emperatriz. - ¿Ya sabes como se hizo inmortal? – Preguntó Èliàn sorprendida. Lentamente Lin asintió. Neithan iba a decir algo, pero Lin no se lo permitió. - Antes que nada
- Dime Mordana. – Dijo la Emperatriz sentada desde su trono y oculta bajo la penumbra de su oscuro poder. - ¿Qué has estado haciendo en estos días? – Mordana se encontraba inclinada a los pies de La Emperatriz, a quien sólo se le podían ver la bota. - Hemos intentado reactivar el sistema sonlorts. mi señora. - Es decir, que estás perdiendo el tiempo. - Mordana miró a la Emperatriz. – Típico.- ¿Por qué dice eso mi señora? – Preguntó Mordana con temor.- Porque no podrás reparar eso. – Dijo La Emperatriz. – Está inservible. – suspiró - Creo que como siempre, yo debo hacer las cosas por ti. – Mordana bajó la cabeza. La Emperatriz se levantó. – Quiero que ataques a la luz. – Mordana levantó la cabeza hacia La Emperatriz sorprendida. - ¿Atacar la luz? - Si
- Shainy fue invadido. – Dijo Èhlian una vez que regresara a Armond. Varias personas la seguían. – Mordana mató a mis padres. – Sus ojos estaban rojos por haber llorado toda la noche y a pesar de eso, seguían derramándose lágrimas por sus mejillas. – Intentaba buscar la ubicación de este lugar. – No se soltó el vientre. - Si atacó Shainy, eso significa que podría venir en cualquier momento. – Dijo una mujer que iba detrás de ella. - ¿Dónde está Ìhan? – Le preguntó ella. - En Noha. – Dijo la mujer mientras seguían caminando por pacillos con el suelo de mármol blanco y paredes de cristal por donde se visualizaba el espacio. – Se encuentra con Bog. - Seguro ya puso en marcha mi plan. – Dijo Èhlian. - Deberías descansar. – Le dijo la mujer. - Lo haré. – Se detuvo y se volvió. – Envía un mensaje a Ìhan, dile que me espere en la ciudad de Noha, en el departamento de Bog. Yo iré allá en dos días. - Èhlian
Hacían dos días que habían vuelto de Nueva York. Ely aún no reaccionaba y Juan se había quedado con ella en la habitación que les habían asignado. Por su parte Élián y Neithan se encontraban solos en otra habitación, él estaba desconsolado por la muerte de su hermano y ella lo acompañaba en silencio. - Me entregó la reliquia de Cerpentoide. – Dijo mirando el anillo entre sus manos. – Se reivindicó y murió.- A Mordana no le interesa el sufrimiento de los demás, sólo el suyo. Jessica estaba con Edward, Alanna y Ricardo conversando en el salón. - Hablé con el inspector. – Dijo Edward de pronto. - ¿Qué dijo? – Preguntó Ricardo con interés. - ¿Dónde se encuentra?- En Caracas, han logrado oponer resistencia contra los felinos que se encuentran all&aacu
- Tú habías muerto. – Decía Ely llorando y abrazando a Juan en el momento en el que Èliàn y su tía entraban en la habitación. – Te vi morir y estás aquí. - Y tú pretendías dejarte morir por mí. – Ella soltó y se secó las lágrimas. – No te lo habría perdonado. - Pero…- No tiene justificación. – Juan parecía realmente molesto. – Pero no tendremos esa discusión ahora. Nos compete sólo a ti y a mí. – En ese momento él estaba agachado y se sentó en la cama y la abrazó. - Que bueno que estés bien. – Le dijo Jessica a la muchacha. – Estábamos muy preocupados por ti. - Así es. – Dijo Edward. - Pero ahora podemos ver que no sucedió nada y que todo está bien. – Èli&