Estar en los brazos de mi amigo me reconfortaba. Como quería a este flaco.—Ahora eres tú el ingrato. —No dejó de abrazarme.—Júrame Vero que en tu vida vuelves a hacer esa estupidez de intentar matarte.—Lo juro. —Me bajé de su costado, había quedado colgada cuál coala. Miré a mis escoltas —. ¿Nos quedamos aquí o vamos a algún lugar?—Te invito a devorarnos una caja de helados. —afirmé—. Rata me llamó y me dijo que debes estar con dos guardaespaldas pegados como chicle y estoy de acuerdo con él, no voy a soltarte la mano, que todo el mundo crea, que eres mi novia, y te las canto, si tienes ganas de ir al baño me meto contigo. —Le torcí los ojos.» Tú te lo ganaste y mira. —Me mostró unas esposas—. Desde ahora hasta que me sienta otra vez confiado te amarraré a mí cada vez que vas al baño. Vamos a ir a un centro comercial, quien quita que se te dé por tirarte.Hizo el comentario cuando ingresábamos al auto. Churrusco se fue en una de las motos y Gustavo se fue de copiloto.—Ni te atre
Después de comprar lo que necesitábamos y queríamos, porque los tres nos vimos comprando ropa, juguetes, accesorios a un bebé de quince días de nacido. Al llegar al parqueadero guardamos las cosas en el maletero del carro, incluso habíamos comprado el traje de bautizo.Me senté en la parte de atrás mientras que Miguel fue el conductor, siempre le han dado esa responsabilidad y lo comprobé el día del atentado de mi marido. Estábamos lejos de la casa, ya era más de las nueve de la noche y el tráfico en esta ciudad era un desastre.—Rata, nos siguen.El comentario de Cebolla disparó los latidos de mi corazón y al tiempo sus relojes pitaron.—Señora, cálmese. —Simón sacó sus armas y Miguel también—. Desvíate Cebolla.Ordenó su jefe, habían cambiado su actitud, mientras que yo trataba de controlar mi respiración, ellos se veían tan tranquilos, Simón llamó por celular.» Mojón, nos siguen, rastreen mi carro y vengan a darnos refuerzo.—¿A las afueras?Fue la pregunta del conductor, ellos se
Ella negaba ante mi pregunta y con la mejilla sonrojada seguía reacia en aceptar mas ayuda.—Insisto, van a pagarme mucho por solo ser su asistente.—Exacto, ahora tenemos siete empresas, imagínate las que me llegarán en tres días. Además, no tenías a dónde ir, yo necesitaba sentirme útil para salir de la depresión que ya te conté.Diana era una mujer muy linda, de cabello castaño, se lo había cortado hasta los hombros y fue un cambio que notó Miguel, por más que él diga que ella no le interesa de esa manera, sus actitudes lo delatan, tiene los ojos cafés, era más baja que yo, de buen cuerpo.—De todas maneras, es mucho mi sueldo.—Deja de insistir.—Señora, otro tema es que desde mañana comienzo a buscar un apartamento que quede cerca de su casa, para que no tenga que desplazarme desde tan lejos.—¿Por qué quieres irte? Piensa en el niño, exponerlo a cambios de clima, incomodarlo de un lugar a otro, no me parece conveniente, piénsalo.Fuimos interrumpidas por Simón y Miguel miraba a
El abogado llamó ayer para informarnos que teníamos la reunión con los representantes de cada ciudad. A esa reunión no iré con la señora, por nada del mundo la llevo a la cueva de lobos, asistiré con Cebolla, Rasca culo y Mojón.En la mañana era con los capos y en la tarde era la lectura de su testamento personal y esa se hará en la casa. Por ahora dejaremos a las mujeres entretenidas con los preparativos del bautizo de Isaac García, Cereza y Churrusco se quedarán cuidando la casa. El tema entre los padres del niño está bastante tirante, Cebolla ahora por ser el padre no puede ser el padrino y yo suplí el puesto.—Rata, debemos salir para llegar a tiempo. —La reunión será en una de las haciendas del Patrón. Siento que se avecinan tormentas—. ¿Qué te preocupa?—Varios temas. —dije—. Y el principal, el repentino viaje del doctor Mendoza.Me levanté de la silla, miraba la foto de la pelinegra, según Inés la chica que llegó era más robusta, realizando un comparativo era cierto, una era má
No podía evitar un poco de nervios, siento que hay algo pendiente y se me pasa, la mujer al lado del abogado era misteriosa. Él inició a hablar.Yo Roland Sandoval Manjarrez identificado como dice al pie de mi firma, con domicilio en la ciudad de Bogotá y bajo pleno uso de mis facultades mentales y con mi puño y legra declaro que todos mis bienes a los que el abogado acreditado les hará entrega la lista de empresas, inversiones, terrenos y cuentas bancarias que seguirán funcionando de la misma manera con la variación que el cincuenta por ciento de todo será para mi esposa Verónica Vásquez Benítez, el veinte por ciento serán para cada uno de mis amigos Simón Moreno Arteaga y Miguel García Uribe, y el Diez por ciento para Inés Gutiérrez Lara. Deseo que permanezcan juntos. También se les dará a conocer las propiedades que cada uno tiene de manera individual.—¿Eso es un testamento?La señora fue la que habló, me he dado cuenta de que la asistente la mira con más detenimiento, y tiene una
—Lo cierto es que muerto y todo, la gente le sigue temiendo y la muy gonorrea es capaz de encontrar la manera de regresar del infierno para jalarle las patas a cualquiera. —solté una carcajada.—Esperemos a ver cómo termina todo, los muchachos se pondrán felices, con sus casas.Se escuchó el timbre. Al salir del despacho vimos entrar a la familia de la señora Verónica, por ahora dejar de pensar, más tarde sigo rebanándome la sien, en este momento solo queda departir con la familia.Si me hubieran dicho que a mis diecinueve años iba a tener un hijo, la respuesta habría sido que les creía siempre y cuando estuviera casada, de lo contrario diría que eran estupideces. Desde que tuve algo de conciencia mi sueño era ese, casarme, tener hijos, una buena carrera, un hogar precioso lleno de amor a pesar de que carecí siempre de ese sentimiento.Siempre he dicho, yo le daré a las personas lo que no me dieron a mí, amor, algo que siempre he anhelado —miré en dirección a la cama, vi a mi hijo dor
Me sentía muy bien hablando, diciéndole esta soy yo. Como me dijo el padre cuando me confesé hace ocho días que muy seguro tengo un fin determinado. Tal vez yo debería conocer una porquería de la vida para saber enfrentar el destino, ese cura habla tan bonito, dijo que esperara un poco para saber el fin que quiere el Señor.Quería creer eso, mi vida se ha basado en eso, en que yo decido lo que quiero, tengo esa facilidad para hacer un lado lo malo y quedarme con lo bueno, aunque en las noches el subconsciente me traicione.Llegamos a la iglesia, el padre nos esperaba con varias personas que no conozco, pero los chicos y jóvenes los saludaron, nosotros también llegamos con otra comitiva, en su mayoría hombres, Gladis ya estaba en la iglesia con Enrique, nos fuimos acomodando para escuchar la ceremonia del sacramento, por ser los padres nos sentamos juntos, no pude evitar que la piel se erizara al tenerlo tan cerca.Por momentos lo miraba, su cabello negro bien cortado miraba fijo el al
—Nuestro hijo, Diana. —sonrió un poco, aunque por sus puños apretados supe que estaba alterado por mi historia—. Y eres un minio. —Le di un golpe en el hombro. —Amo las películas infantiles, y hay mujeres más bajitas —nuestras miradas se volvieron a encontrar—. No le digas a nadie esto, odio inspirar lástima.—No inspirarías nada de eso.En ese momento llegó un hombre que no me habían presentado y me convidó a bailar. No tuve que negarme.—Díaz no te metas en problemas, la madre de mi hijo solo tiene un mes de haber parido, no puede bailar.El rostro del hombre cambió de mil colores, miró en dirección a Simón quien se reía al lado de Arnold, Gustavo, Daniel, Aníbal y Santiago.—Lo siento Cebolla, no era mi intención molestar a tu mujer. Perdona, es solo que Mojón y Rata…—Ya vi Díaz, no te preocupes.Este hombre hacia alterar mi pulso, me volvía una montaña rusa, por Dios en ocasiones siento que me cela, aunque no se acerca y quiero que se acerque, pero no tengo nada que ofrecerle,