Mr. Arrogante
Mr. Arrogante
Por: Mía Blue
Mi vida

Veo a mi hijo llorar apenas tiene dos meses y me parte el corazón el saber que su padre ya no está con nosotros, Jorge… mi gran amor de toda la vida… quede viuda y no sé qué hare ahora… mi gran amor murió durante la operación, los doctores hicieron todo por salvarle la vida pero fue en vano, lloro al ver a mi pequeño es tan parecido a él. Me prometí a mí misma que haría todo para que nada le fáltese en la vida no será nada fácil pero hare lo que sea necesario por cuidarlo.

Jorge y yo nos conocimos en la preparatoria su carisma y sonrisa hicieron que mi corazón latiera cada día más y más por él, nos casamos muy jóvenes y nos aventuramos a una vida juntos, todo iba de maravilla hasta que… su enfermedad empeoro… sentía que mi mundo se venía abajo al oír decirle a los doctores que había fallecido.

********

Me llamo Helena y tengo un hermoso hijo de cuatro años, Antonio, lo es todo para mí, es dulce y soñador ama ver la televisión y es muy inteligente le encanta hacer de sus travesurillas aunque eso implique que me enoje a veces por ello. No ha sido nada fácil el poder encontrar un trabajo estable no tengo quien cuide de mi pequeño y mis “conocidos” si asi podría llamarles no me apoyan en lo absoluto, no cuento con nadie y solo tengo más que a mi pequeño que aunque no tengo los lujos para darle lo que se merece, amor jamás le ha faltado y le faltara. Comencé por ofrecer mis servicios en internet para hacer limpieza en casas, cerca de la gran ciudad hay enormes mansiones lujosas y no dudo que pagaran muy bien.

No me esperaba una respuesta rápida, mi primer casa llego… ese día estuvo exhausto “limpia aquí y allá, ven y has esto y luego lo otro” no paraban de gritarme esa gente adinerada pero todo valió la pena. Las ganancias son exageradamente buenas y con ello logre pagar los gastos básicos de la casa y pude comprarle el auto de juguete que mi hijo tanto soñaba tener. Con el pasar de los días no me doy abasto incluso he llegado a limpiar dos o tres casas corro de un lado para otro para poder organizar mi tiempo pero la mayoría de mis “clientes” ya no quieren mi servicio y solo por el simple hecho de que llevo a mi hijo conmigo a todas partes me duele esto, pero no tengo quien lo cuide, he buscado a alguien para que lo haga pero nadie acepta y no entiendo por qué...

Los siguientes días fueron nefastos ni una sola casa para limpiar, a veces me siento en sola y lloro en las noches, veo la fotografía de mi Jorge… ¿Por qué me dejaste sola… por qué? –reprocho mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas sonrosadas de tanto llorar. Ya solo tengo un par de ahorros y mientras tanto sigo busque y busque. Esto es una verdadera pesadilla –me digo a mi misma. Pero seguiré luchando por mi hijo, mi Antonio verlo sonreír es la mejor medicina que puedo recibir.

– ¡hablo con Helena! –la voz de una mujer de edad y a la vez muy amigable a través de la línea telefónica.

– ¡si ella habla!

–Helena que gusto encontrarte, una amiga mía me recomendó tus servicios… ¿crees poder venir a casa hoy mismo? –quedo pasmada, hacía mucho que no me llamaban por lo que esto es genial.

– ¡será un placer!... pero…

–no me digas… tengo que esperar o algo asi –se escucha decepcionada la voz de la señora que amablemente me ha llamado.

–No claro que no… solo que no tengo… más bien quien cuide de mi hijo.

– ¡por eso no te preocupes! –me siento tan feliz al oír su respuesta, esto está mejor que nunca sigo pensando mientras en mi rostro esta una enorme sonrisa. Pido la dirección de la casa y vaya… sí que este algo retirada de mi zona, como no… si es una de las residenciales más lujosas de Dubái. En ese mismo instante tomo mi bolso, guardo un par de juguetes de Antonio quien me ve con amor… lo veo con dulzura y solo quiero que tenga una vida mejor y por él hago todo esto.

Decido tomar un taxi, en metro ni siquiera hubiera sabido cómo llegar. Durante el camino veo los enormes edificios y mansiones que allí se sitúan, todo fino y elegante. Bajo del taxi y agradezco, frente a nosotros esta una enorme casa, lujosa con jardines de ensueño, una enorme fuente es la atracción principal de la casa. Entro con cautela y me ve el jardinero, un amable señor de al parecer sesenta años.

–Buenos días niña –saluda acercándose a mí y viendo a la vez a mi pequeño Antonio quien me sujeta la mano.

–Buenos días señor… vengo por…

–si ya te esperaba… la señora de la casa me pidió te llevara con ella –habla con voz rasposa y a duras penas. Asiento con la cabeza y lo sigo, llegamos al otro lado del enorme jardín allí se encontraba podando unas hermosas margaritas la señora Patricia.

– ¡qué bien! debes ser Helena. –Saluda la mujer con una sonrisa amena, me parece una mujer agradable y sensata, no había visto a alguien tratarme desde hacía mucho con igualdad. Luego dirige su mirada hacia mi hijo, lo ve con una sonrisa mucho más notoria y Antonio saluda tímidamente mientras esconde su carita tras mi pierna.

–ven Helena te mostrare la casa –la sigo y entramos a la enorme sala que daba justo la vista al grandioso jardín, es demasiado grande es lo único que pienso como hare para terminar de hacer todo esto.

–por el momento necesito que me ayudes con mi recamara he querido ordenar un sinfín de cosas que tengo y… ¿podrás? –habla mientras me abre la enorme puerta que da justo a su ostentosa habitación, asiento rápidamente para poder comenzar y vaya que si me llevará bastante tiempo el ordenar esa habitación es más podría decir que es del tamaño de nuestro pequeño departamento. Tiene un closet enorme y lleno de vestidos hermosos, joyas y variedad de zapatos, me pide le ayude a ordenar su closet, estaba un tanto desordenado y me puse manos a la obra. Senté a mi niño en una esquinita y le di sus juguetes.

–No hagas ruido amor –dije susurrando mientras abría una galleta para dársela, Antonio me vio y sonríe, agradezco estuviera quieto toda la mañana esto me daba ventaja a terminar antes de lo previsto.

– ¿y eres casada? –dice la sra. Patricia sentándose junto al lado de mi pequeño, acaricia su cabeza y noto que le ha caído muy bien.

–No señora… mi esposo murió hace cuatro años –digo con un nudo en la garganta recordando ese momento.

–Lo siento mucho… mi esposo también falleció… pero esos seis años se sienten como si hubiera sido ayer –responde ella con desaliento, se nota que lo ha amado con todo su ser tal como yo a Jorge.

–Tienes un hermoso hijo –acaricia la mejilla de Antonio y él le devuelve la sonrisa.

–gracias… es mi vida y por el sigo adelante –hablo mientras coloco en la cercha un vestido largo de piedras brillantes color carmín.

–sin duda eres una madre ejemplar… por cierto Helena me han dado excelentes referencias sobre ti… como habrás visto hay muchos empleados en esta casa… pero más que ayuda con cosas personales… quiero… alguien con quien hablar… me has caído muy bien y eres una joven simpática… te has ganado mi confianza. –habla y mis mejillas se sonrojan por sus halagos no pensé que ella se sintiera tan sola digo esta casa está repleta de gente y todos le sirven incluso no le hace falta nada. –No te molestaría venir a ayudarme no solo con redecorar mi habitación si no que a charlar.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo