Los siguientes días he estado más tranquilo con lo del trabajo, creo que si me era necesario el descanso, he estado observando a mamá desde mi habitación como juega con el pequeño “intruso” sonríe mientras juegan e incluso me ha tomado por sorpresa el que ahora invadieran el cuarto de juegos donde un día yo también me divertí de niño.
—Tanto adoras a ese niño que ahora invadieron mi cuarto de juegos —me cruzo de brazos en la puerta de la habitación de mamá.
—no seas asi Dorian además tú ya estas grande y bueno… alguien tiene que ocuparlo ¿no? —contesta mamá con tranquilidad y por ello es obvio que quiere hacerme enojar o es lo que creo.
—si pero…
—no seas asi hijo hay que compartir —dice dándome una leve palmada en la mejilla y saliendo de la habitación, quizás este reprochándome el que no le dé un nieto es lo sigue analizando mi cabeza.
Como es costumbre llego a la oficina temprano y me recargo en el enorme sofá que está en medio de la gigantesca habitación. No he tenido ánimos de nada últimamente siento que el tiempo avanza y yo sin hacer nada, me gusta estar solo y escuchar música clásica es lo que me relaja cuando quiero estallar, de Alexa no he sabido nada y es lo que agradezco profundamente, espero se haya cansado de fastidiarme que ese jueguito barato ya no le sirve.
— ¡Mira que sorpresa esa! —dice Franco mi amigo llegando a la puerta de la oficina. —No sabía que doña Paty tenía un nieto… —habla ahora entre risas y está molestándome, alzo la vista y enarco la ceja furioso.
— ¿de qué hablas?
—velo por tu mismo Dorian —y se marcha sin decir más.
— ¡Un auto de juguete! —oigo entrar gritando al niño ese que ha visto la vitrina que está justo en la entrada con todos mis valiosos autos de colección.
— ¡Mamá! —reprocho confundido, ¿Por qué sigue tratando de meterlo hasta en mi vida laboral?
—tranquilo amor… solo íbamos de paso, fuimos por un helado, recuerdas al mismo que te gustaba ir de pequeño… y como queda en el camino la empresa…
—ya lo sé… pero traer… a tu amiguito, sabes que no soporto los niños —sigo reprochándole a mamá.
—te conozco y lo sé, pero que tiene de malo que quiera jugar con tus autos, es un gusto similar creo yo —añade mamá y sin pensarlo toma uno de la vitrina y le da el auto rojo que es de mis favoritos. — ¡y no digas nada Dorian Wesley! —me amenaza ahora para luego marcharse sin más. El niño ese se da la vuelta y se despide agitando su manita con una sonrisa que con solo verla hierve mi sangre, ruedo los ojos y esto me hizo enfadar… no se a que está jugando mi madre pero no entiendo… ¡porque diablos busca hacerme enfadar!
A pesar de los días transcurridos aun guardo el resentimiento por el auto de juguete que se ha llevado ese niño por lo que un par de días no hable con mamá y creo que no le importa tampoco ya que pareciera estar ignorándome. El día sábado decidí no ir a la oficina y para mi mala suerte ahora tengo que soportar un fin de semana con ese malcriado me digo a mí mismo. Oigo ruidos que provenían del cuarto de juegos que justo está a dos habitaciones de la mía, me levanto del sofá donde leía un libro y camino hasta el lugar. Y allí estaba sentado en la alfombra con un sinfín de autos y una autopista jugando haciendo su sonido de “brrrr” estaba tan concentrado en lo que hacía que decido acercarme hacia él y al verme levanta su rostro y me sonríe ¡diablos! es mi única reacción.
— ¿quieres jugar conmigo? —dice con esa vocecita suave y sigo analizando no sé de donde conozco esa mirada verde que tiene.
— ¿Qué tanto haces aquí? —reprocho enarcando la ceja, es un niño pero ya me fastidio su “cara angelical”. Me mira atento y sonríe con gracia, toma un auto de los que tenía a su lado y me lo ofrece.
— brrr —sigue diciendo y esto hace que pierda mi tiempo con un chiquillo como él, me levanto y camino hacia la cocina para pedir un café cargado, veo a Casimira y con solo verme ya sabe lo que quiero lo cual agradezco, de nuevo subo a mi habitación y la puerta está abierta.
— ¿ahora que mamá? —digo rodando los ojos con disgusto al verla sentada en la orilla de mi enorme cama.
—Ten consideración hijo, juega un rato con el pequeño Antonio — ¡Antonio! asi que ese es el nombre del niño “malcriado” pienso.
—no me digas… ya te fue con el chisme —respondo con ironía y burla a la vez.
—Hijo no te estoy reprochando nada, pero que ganas con hacerle esa maldad a una indefensa criatura.
— ¡Invade mi espacio! —respondo con mal humor.
— ¡No respondas así Dorian! diviértete un rato — y sale con su sonrisa “malévola” sobre mí, pero es más que evidente que mamá defiende a capa y espada a ese niñito.
HELENA: — ¡no hijo no está bien que estés de un lugar a otro! —le recrimino a mi niño, no quiero problemas con el gruñón del “sr. Arrogante”, me ve con sus ojitos verdes cristalinos y comienza a sollozar.
—Lo siento mami —dice acurrucando su cabecita sobre mi hombro, me parte el corazón verlo asi, pero no quiero meternos en problemas además la Sra. Paty ha sido demasiado paciente con nosotros y la paga es muy buena gracias a ello he logrado saldar unas cuentas y estoy ahorrando para comprar una casita más cómoda para nosotros y darle la vida que se merece mi pequeño Antonio.
—perdóname mi amor, pero solo no quiero que mami se quede sin trabajo además si te portas bien te prometo llevar al zoológico ¡sí! —hablo y al mismo tiempo limpio sus lagrimitas que resbalan de sus mejillas sonrojadas, me pesa decirle esto pero es lo que considero apropiado, no es buena idea que se esté paseando por toda la casa. Lo tomo de la manita y lo llevo a la cocina donde hay una pequeña mesita, le doy unos crayones y su librito para colorear para que se entretenga un rato en lo que termino mi quehacer. Oigo el timbre sonar y salgo a ver quién podrá ser… frente a mi está parada una mujer muy guapa y curvilínea, su rostro bien maquillado que pareciera modelo profesional, su larga cabellera y ondulada a un lado de su rostro y no digamos su vestimenta… muy provocativa a decir verdad.
— ¿Esta Dorian? —pregunta con prepotencia y es claro que es igualita al “Sr. Arrogante”
— ¿de parte de quién?
—te pregunte si esta Dorian, no para que me respondas que quien soy yo —estallo de rabia al escucharle decirme esto pero me contengo.
—Alexa ¿Cómo estás? —llega la Sra. Paty para saludarla.
—Paty querida… ¡estas guapa como siempre! vengo a visitar a Dorian —responde la mujerzuela esa de dos caras… me sorprende bastante su cambio radical de la bruja esa.
—Está bien Helena yo la término de atender —dice con amabilidad la Sra. Paty y me marcho a la cocina de nuevo, quien se cree esa mujer para ser así pero no dudo que será la noviecita del gruñón ese, tal para cual es lo que pienso.
DORIAN: — ¡amor te busca Alexa! —entra mi madre a mi habitación sin tocar donde me encontraba listo para dormir algo.— ¡que! —respondo molesto al escucharle.—no seas grosero Dorian baja al menos a saludarla.—perdóname mamá, pero no iré a verla dile que se vaya… “la llamare luego”—por favor Dorian solo saluda a tu única amiga… jamás te visto a un amigo más que solo a Franco y a Alexa, no sales, no te diviertes… no es bueno que este solo y encerrado tanto tiempo —me reprocha mi propia madre.—prefiero la soledad —digo a esto último y me pongo en pie para encerrarme en el baño hasta esperar si es necesario que mi madre me deje solo, luego de un breve silencio escucho la puerta cerrarse, no oigo ruidos y aunque mi actitud parezca de un niño no me importa mi madre no me o
HELENA: Este domingo y como todos creo yo, decidimos no salir con mi pequeño, la semana estuvo exhausta en todos los sentidos, aun no se ni como pagarle a la Sra. Paty por amar tanto a mi Antonio, incluso adora tenerlo a la hora de las comidas, ella dice que se siente a gusto platicar con él, a pesar de que mi pequeño tiene tan solo cuatro años, habla muy bien y es un platicador, pero por una parte me pone nerviosa el que este allí, sé que al hijo de la Sra. Paty no le gusta que invadan su espacio y no quisiera problemas.—Mami podemos ir con Abu —se acerca a mi Antonio mientras le preparo su chocolatada.—No amorcito será mañana hoy nos quedaremos a ver películas —respondo sentándome de cuclillas para quedar justo a su tamaño.—pero quiero ir… —y veo esos pucheros asomarse en su linda carita.—Sera mañana cariño.
—No… no trabajo aquí solo venia de paso —supe responder y él sonríe e iba a decir algo cuando…—Franco… te necesito inmediatamente —oigo su voz malhumorada y apenas si se asoma a la puerta.—Adiós —es lo único que me dice y me regala otra de sus perfectas sonrisas y le correspondo con una, salgo de allí y al estar fuera donde estaba el auto estacionado siento como si hubiera salido de prisión. Llego a la mansión y al entrar esta mi pequeño Antonio quien al verme deja sus crayones a un lado para abrazarme.— ¿Dónde estabas mami? —dice con sus bracitos rodeando mi cuello.—Salí un momento a… —y me besa con ternura, adoro ese gesto de mi pequeño.***aca quede sigue este+DORIAN: —perdiendo el tiempo como siempre —supe que decirle a mi amigo quien ib
Por la mañana veo a mama sentada desayunando y me saluda con amor como siempre, claro si no está el intruso…—Alexa iba muy mal ayer… ¿acaso pelearon? —comienza hablando mamá para terminar nuestro silencio.—no quiero hablar de eso mucho menos de ella.—Dorian… no es bueno que pelees con tus pocos amigos… a pesar de que ya no están juntos me pone feliz que mantengan una amistad…—Yo no necesito amigos mamá —recrimino embarrando un pan con jalea.—no seas asi de duro Dorian…—me voy, tengo que irme a la oficina —me pongo en pie y beso sus cabellos, sé que no tengo porque ser asi con ella… pero si le digo las intenciones de Alexa no sé si me crea… ella la ve como a una hija y la ha llegado a apreciar mucho.HELENA: Veo en el periódico que buscan a una asistente para
— ¡estas invadiendo mi espacio atente a las consecuencias! —le recrimina el, no sé qué hace la novia aquí… si no llego a la cena, decide aparecerse en el último momento es lo pienso. Ambos se ven con miradas frías y él se marcha dejándola con la palabra en la boca mientras ella aprieta sus puños y me voltea verme rápidamente.—Ya entiendo la servidumbre con el señor de la casa —habla y me mira con desprecio cosa que no soporte más.—Mire señorita nada le da el derecho de tratarme asi, a usted que le importa si soy de la “servidumbre” como usted dice pero a mucha honra… al menos no soy una tipa arrogante y castrosa como usted… con permiso —y paso empujándola mientras ella me ve con maldad sentía que iba a hacer erupción la mujerzuela esa.Llego al cuarto de juegos y tomo a mi niñ
HELENA: Llegue a casa con mi niño en brazos casi adormitado por todo el día que tuvo… se la paso jugando con unos niños, nietos de las amigas de la Sra. Paty.—Mami… ¿Por qué el “señor de la habitación no quiere jugar conmigo”? —pregunta con tal inocencia y como decirle que deje de molestarlo, tal parece que no soporta a nadie más que a el mismo, creo.—No… —suspiro y no sé cómo continuar para no lastimar a mi pequeño —es una persona que trabaja demasiado mi amor… está cansado y solo busca… dormir un poco —es lo único que se me ocurre.—mami… —dice bostezando y se queda dormido, acaricio su pequeño rostro y lo beso con fervor. Lo recuesto justo a mi lado, ha sido un día pesado para él, aunque mañana se quedara con la vecina y mi amiga quien tend
Varios días han transcurrido desde que vi a Alexa asomarse a mi oficina, es asi, creo que es su maldito juego. He estado tan sumido en el trabajo que había olvidado que hoy era el cumpleaños de mamá ¡diablos! digo cuando mi secretaria me indica los asuntos del día. Mamá deberá estar odiándome es lo que pienso. Salgo temprano de la oficina y cancelo todo lo demás, le ordeno al chofer de la familia la lleve a su restaurante favorito, reserve una mesa para ambos lejos de las demás personas y mientras esperaba por ella volteo a ver si aparecía al fin cuando… viene con ese niño, parece que no lo suelta ni por un instante. — ¡perdona la tardanza mi amor! —llega hacia mi mamá y al mismo tiempo me pongo en pie para abrazarla. —No te preocupes, todo bien —respondo viendo de reojo al niño ese. —espero no te molestes, traje a Antonio para que compartan —“compartir” dice la voz en mi cabeza, lo que menos quiero es tenerlo cerca, mamá sabe que no me gustan los niños. Apen
De regreso a casa y ya muy tarde, estaciono el auto en la cochera y mamá lleva en brazos al pequeño, durante el camino se había quedado dormido, me alegra que haya disfrutado el viaje.— ¡es muy tarde! —habla mamá con preocupación, casi serían las ocho de la noche, el tráfico habría hecho que nos atrasáramos tanto.— ¡es tarde! —sigo oyendo a mamá decir mientras caminamos hacia la sala.— ¿Qué tanto te preocupa?—es por Antonio, le prometí a su madre volver pronto.—Que se quede esta noche y mañana que lo recoja —digo colocando el bolso sobre la mesa de la sala. ¡dios! ni yo sé porque dije esto.— ¡En verdad! —noto a mamá tan feliz por la idea, sin pensarlo lo lleva a su habitación y yo me dirijo a la mía.HELENA: Recibo la llamada de l