— ¡ven pequeño, vamos al jardín! — le dice mamá dirigiendo una mirada “amenazadora sobre mi” —no digas nada Dorian — sigue recriminándome y veo al “intruso” ese llevarse el auto de mi colección, el que tanto me costó encontrar, bufo y me devuelvo a mi habitación, no se quien sea ese niño y que hace aquí pero es más que claro que mamá lo adora.
El fin de semana decidí quedarme en casa a descansar, bajo al comedor donde ya se encontraba mamá desayunando su exquisita sopa de siempre.
—Buenos días —digo serio como siempre.
—Buen día amor… — veo como sigue pegada su vista en la Tablet y busca… no sé qué cosa allí.
— ¿Qué haces?
—quiero hacer unas compras, ya sabes… con todo el dinero que tenemos podría comprarme una isla si quisiera —bufa con gracia, es obvio que quiere comprarle algo a ese “pequeño intruso” lo sé por qué alcance a ver la variedad de ropa y juguetes que está comprando.
— ¿son para una amiga? —intervengo sutilmente.
—Mmmm… algo asi — y sigo sin entender por qué esta tan cortante conmigo jamás lo había sido y mucho menos en el desayuno. Termino de comer en silencio mientras sigo viendo como sonríe a la pantalla cargando más y más compras, lo que se y tengo muy en claro es que mamá es una mujer de las que “ahorra” a pesar de tener tanto dinero jamás le ha interesado eso de… compras y ni siquiera lo hace con sus amigas.
Como siempre los días lunes salgo temprano a la oficina ni siquiera me despido, únicamente le escribo para decirle que llegue, es asi… siempre y creo es la razón por la cual siempre me deja en visto.
—Buenos días señor —saluda mi secretaria poniéndose en pie para saludarme e ir tras de mi con un capuchino.
—pendientes para hoy Srita. Miranda —cuestiono sentándome en mi enorme sillón de cuero tras mi escritorio y sin despegar la vista de mi teléfono que es donde tengo todo lo laboral, ni siquiera tengo agregado “amigos o conocidos” más que solo a mamá. Escucho atento a mi secretaria quien me da la extensa lista de cosas por hacer, luego ella se marcha dejándome solo y atareado.
— ¡Dorian Wesley! —mi gran socio y amigo Franco, nos conocemos desde muy jóvenes y ha sido alguien leal, fiel y si… podría decir casi hermano además es al único que le confió mis cosas personales.
— ¿Qué te trae por aquí? — hablo sin despegar la vista del ordenador.
— Ya sabes, pasar a saludarte y a decirte también… —se escucha con tono preocupado para lo que de inmediato alzo mi vista.
— Alexa —respondo con fastidio y el asiente con desanimo, es más que claro que esa víbora sigue molestándome.
— Vino a dejarte este “humilde obsequio” —bufa con gracia mi amigo dándome la bolsa y al abrirla no encuentro más que una lencería transparente de color negro, leo la nota adjunta y ruedo los ojos con tan solo recordar “Bebé, ¿recuerdas que esto lo utilice la primer noche juntos?” —ya no sé qué hacer con esa patética —respondo con rabia tirando la bolsa al bote de basura.
— Más bien creo que deberías ponerle un alto… por acoso Dorian… esa mujercita sí que está obsesionada contigo —interviene mi amigo sobrecargándose en el enorme sofá de cuero en mi oficina.
— Lo tendré que hacer hasta ahora habían sido palabras pero la actitud de Alexa me tiene hasta el copete, ¡no sé cómo demonios me enrede con ella!
— Te cegó la belleza e inteligencia de Alexa, Dorian —sigue hablando mi amigo, a pesar de tener la misma edad es más centrado, maduro y es mi fiel “consejero de vida”. —aunque creo que Alexa esta tras tu dinero y todo los beneficios que podría obtener al estar casada contigo.
— Lo sé, pero me fastidia con tan solo tenerla cerca siento no poder respirar creo que hare eso, si a las buenas no quiso… a la mala sí.
—hazlo amigo... porque parece una esquizofrénica buscándote día y noche —responde mi amigo entre risas aunque razón tiene.
—Lo haré, quise darle un ultimátum para no afectarla pero si a las buenas no quiere cambiar... será en otras circunstancias.
Termino de hacer mis pendientes de la oficina las largas horas transcurrían y ni siquiera salí a almorzar, veo en el reloj y casi dan las seis de la tarde, tomo mi saco y me dirijo hacia el estacionamiento para poder ir ya a casa, en el camino pongo algo de música clásica, aunque parezca gracioso es algo que me encanta escuchar casi siempre.
—¡como estas bebé! —veo la pantalla de mi celular y es un mensaje de... Alexa, decido ignorarlo y seguir mi camino como si nada pero al instante llega otro. —"no trate de ignorarme Dorian, te amo y me duele que seas asi de duro conmigo" —repudio su teatro es más parece una niña caprichosa e intolerable. Sigo conduciendo hasta poder llegar a casa, lo único que deseo es poder tomar una buena taza de café cargada, darme una ducha interminable e irme a dormir y olvidarme de todas las cosas absurdas en especial de Alexa... que me fastidia con tan solo imaginar su rostro.
Estaciono el auto en la cochera y oigo risas que provienen de la sala de estar, frunzo el ceño molesto, ¡quién diablos amenaza mi tranquila paz! pienso al acercarme más y más.
— ¡Alexa! —digo con voz áspera y molesta al verla sentada en el sofá junto a mamá, esta vez tiene puesto un vestido rojo brillante y muy provocador.
— ¡hola Dorian! —saluda con mirada picara pero con tono de voz que pareciera “inocente”.
—hijo, Alexa paso a saludarme y la invite a cenar, a pesar de que ya no están juntos me parece esa idea que mantienen.
— ¿Qué idea? —respondo más fastidiado.
—de ser amigos, es excelente hijo, ya que casi no te relacionas con nadie me alegra que lo hagan —dice mamá caminando hacia donde estoy para darme un casto beso en la mejilla, ella se adelanta a la cocina dejándome a solas con mi pesadilla.
— ¿Qué diablos haces aquí? —la tomo de la muñeca con tal fuerza que hace gesto de dolor.
—no me trates asi Dorian… solo quería verte, siempre le he caído bien a tu madre y aprovechare esto para estar a tu lado baby —habla acercándose casi para darme un beso pero retrocedo ante ello.
—ni lo pienses Alexa, ya me canse de tu maldito juego…
— ¿Juego?... piensa lo que quieras amorcito… pero hare lo que sea necesario para estar a tu lado… no lo olvides Dorian Wesley eres y serás solo mío —bufa con malicia caminando hacia el comedor, aprieto mis puños y quisiera partirle la cara pero no puedo… es una mujer.
HELENA: Aun sigo sin poder creer que la sra. Paty fue tan linda al regalarle todos esos juguetes y ropa a mi Antonio, es una mujer en verdad de muy noble corazón, no quería aceptar al principio pero dijo que se molestaría si yo rechazaba su regalo, entre todas las cosas que llevaba había un auto de juguete a control remoto, el que Antonio tanto desea tener y verlo tan feliz me llena de satisfacción.Los siguientes días fueron como los otros, tanto trabajo por hacer y quedándome hasta casi tarde para poder dejar todo en orden.—Helena hija… ¿dejarías que me lleve a Antonio al parque? —llega diciendo la sra. Paty a la cocina donde me encontraba acomodando unos platos. Veo a Antonio y esa sonrisa me lo dice todo, él la quiere mucho, asiento con una leve sonrisa, sé que la pasaran muy bien como siempre me digo a mi misma. Escucho el motor del auto donde ellos se van y me quedo a
Los siguientes días he estado más tranquilo con lo del trabajo, creo que si me era necesario el descanso, he estado observando a mamá desde mi habitación como juega con el pequeño “intruso” sonríe mientras juegan e incluso me ha tomado por sorpresa el que ahora invadieran el cuarto de juegos donde un día yo también me divertí de niño.—Tanto adoras a ese niño que ahora invadieron mi cuarto de juegos —me cruzo de brazos en la puerta de la habitación de mamá.—no seas asi Dorian además tú ya estas grande y bueno… alguien tiene que ocuparlo ¿no? —contesta mamá con tranquilidad y por ello es obvio que quiere hacerme enojar o es lo que creo.—si pero…—no seas asi hijo hay que compartir —dice dándome una leve palmada en la mejilla y saliendo de la habitació
DORIAN: — ¡amor te busca Alexa! —entra mi madre a mi habitación sin tocar donde me encontraba listo para dormir algo.— ¡que! —respondo molesto al escucharle.—no seas grosero Dorian baja al menos a saludarla.—perdóname mamá, pero no iré a verla dile que se vaya… “la llamare luego”—por favor Dorian solo saluda a tu única amiga… jamás te visto a un amigo más que solo a Franco y a Alexa, no sales, no te diviertes… no es bueno que este solo y encerrado tanto tiempo —me reprocha mi propia madre.—prefiero la soledad —digo a esto último y me pongo en pie para encerrarme en el baño hasta esperar si es necesario que mi madre me deje solo, luego de un breve silencio escucho la puerta cerrarse, no oigo ruidos y aunque mi actitud parezca de un niño no me importa mi madre no me o
HELENA: Este domingo y como todos creo yo, decidimos no salir con mi pequeño, la semana estuvo exhausta en todos los sentidos, aun no se ni como pagarle a la Sra. Paty por amar tanto a mi Antonio, incluso adora tenerlo a la hora de las comidas, ella dice que se siente a gusto platicar con él, a pesar de que mi pequeño tiene tan solo cuatro años, habla muy bien y es un platicador, pero por una parte me pone nerviosa el que este allí, sé que al hijo de la Sra. Paty no le gusta que invadan su espacio y no quisiera problemas.—Mami podemos ir con Abu —se acerca a mi Antonio mientras le preparo su chocolatada.—No amorcito será mañana hoy nos quedaremos a ver películas —respondo sentándome de cuclillas para quedar justo a su tamaño.—pero quiero ir… —y veo esos pucheros asomarse en su linda carita.—Sera mañana cariño.
—No… no trabajo aquí solo venia de paso —supe responder y él sonríe e iba a decir algo cuando…—Franco… te necesito inmediatamente —oigo su voz malhumorada y apenas si se asoma a la puerta.—Adiós —es lo único que me dice y me regala otra de sus perfectas sonrisas y le correspondo con una, salgo de allí y al estar fuera donde estaba el auto estacionado siento como si hubiera salido de prisión. Llego a la mansión y al entrar esta mi pequeño Antonio quien al verme deja sus crayones a un lado para abrazarme.— ¿Dónde estabas mami? —dice con sus bracitos rodeando mi cuello.—Salí un momento a… —y me besa con ternura, adoro ese gesto de mi pequeño.***aca quede sigue este+DORIAN: —perdiendo el tiempo como siempre —supe que decirle a mi amigo quien ib
Por la mañana veo a mama sentada desayunando y me saluda con amor como siempre, claro si no está el intruso…—Alexa iba muy mal ayer… ¿acaso pelearon? —comienza hablando mamá para terminar nuestro silencio.—no quiero hablar de eso mucho menos de ella.—Dorian… no es bueno que pelees con tus pocos amigos… a pesar de que ya no están juntos me pone feliz que mantengan una amistad…—Yo no necesito amigos mamá —recrimino embarrando un pan con jalea.—no seas asi de duro Dorian…—me voy, tengo que irme a la oficina —me pongo en pie y beso sus cabellos, sé que no tengo porque ser asi con ella… pero si le digo las intenciones de Alexa no sé si me crea… ella la ve como a una hija y la ha llegado a apreciar mucho.HELENA: Veo en el periódico que buscan a una asistente para
— ¡estas invadiendo mi espacio atente a las consecuencias! —le recrimina el, no sé qué hace la novia aquí… si no llego a la cena, decide aparecerse en el último momento es lo pienso. Ambos se ven con miradas frías y él se marcha dejándola con la palabra en la boca mientras ella aprieta sus puños y me voltea verme rápidamente.—Ya entiendo la servidumbre con el señor de la casa —habla y me mira con desprecio cosa que no soporte más.—Mire señorita nada le da el derecho de tratarme asi, a usted que le importa si soy de la “servidumbre” como usted dice pero a mucha honra… al menos no soy una tipa arrogante y castrosa como usted… con permiso —y paso empujándola mientras ella me ve con maldad sentía que iba a hacer erupción la mujerzuela esa.Llego al cuarto de juegos y tomo a mi niñ
HELENA: Llegue a casa con mi niño en brazos casi adormitado por todo el día que tuvo… se la paso jugando con unos niños, nietos de las amigas de la Sra. Paty.—Mami… ¿Por qué el “señor de la habitación no quiere jugar conmigo”? —pregunta con tal inocencia y como decirle que deje de molestarlo, tal parece que no soporta a nadie más que a el mismo, creo.—No… —suspiro y no sé cómo continuar para no lastimar a mi pequeño —es una persona que trabaja demasiado mi amor… está cansado y solo busca… dormir un poco —es lo único que se me ocurre.—mami… —dice bostezando y se queda dormido, acaricio su pequeño rostro y lo beso con fervor. Lo recuesto justo a mi lado, ha sido un día pesado para él, aunque mañana se quedara con la vecina y mi amiga quien tend