—Los guerreros de la Escuela Externa son los más débiles. Solo pueden fortalecer su fuerza física, y en combate, dependen únicamente de su fuerza bruta. Este tipo de guerreros pueden enfrentarse a tres o cinco hombres comunes sin ningún problema, pero no pueden manejar a más personas— explicó con detenimiento Feliciano.Patricia y Diego aceptaron repetidamente, mostrando su comprensión.Feliciano continuó: —Por otro lado, los guerreros de la Escuela Interna están muy por encima de los de la Escuela Externa. No solo fortalecen su fuerza física, sino que además pueden cultivar su energía vital dentro de su cuerpo, lo que, era combinado con habilidades marciales, esto les permitiría desatar un poder aterrador en combate.—Los niveles de la Escuela Interna se dividen en Posnatal y Prenatal. El Posnatal abarca las etapas de Fuerza Directa, Fuerza Oculta, Fuerza Interna, Fuerza Transformada y Canalización de Meridianos.—La Fuerza Directa es cuando un guerrero comprende y controla en lo abso
Diego estaba a punto de admitir cuando uno de los jóvenes que se encontraba detrás de Feliciano soltó una risa un poco burlona y dijo: —¿Para qué llevarte? Eres un simple mortal que no nos podrá ayudar en nada, y lo más probable es que te conviertas en un estorbo.—Mi hermano tiene razón. Vamos a pelear, y es casi seguro que habrá sangre. No querrás orinarte en el pantalón de la fuerte impresión cuando las cosas se salgan de control y se pongan muy feas— añadió el otro joven, riendo a grandes carcajadas mientras miraba a Juan con gran desprecio.Juan respondió con calma: —No se preocupen, les prometo que no seré una carga.La razón por la que quería ir al lugar era que no se sentía del todo tranquilo con la seguridad que Diego y los demás le prestaban. Después de todo, la familia Ares había ofendido de la peor manera a la familia Ortiz por su culpa, y él no podía desentenderse del todo de la situación.Diego, al ver la determinación de Juan, afirmo y dijo: —Está bien, Juan, puedes veni
Con una expresión feroz y una emoción sanguinaria en su mirada, Eladio dijo con frialdad: —Sabes, te devuelvo las mismas palabras. Juan, sin mostrar ninguna emoción, respondió simplemente: —Créeme, lo mismo te digo.—Ya basta de tantas charlas— interrumpió Aníbal con un gruñido —Diego, te daré una última oportunidad. Si la familia Ares se somete en este momento a la familia Ortiz, hoy te perdonaremos la vida.—De lo contrario, todos ustedes morirán hoy, y sin ti, destruir la familia Ares será simplemente un juego de niños para nosotros.—¡Qué arrogancia! Quiero ver cómo piensan asesinarnos— Patricia exclamó con furia.—Si vamos a luchar, hagámoslo de una vez. No hay necesidad de más palabras— dijo Diego, con el rostro sombrío.Para él, era impensable que la familia Ares se sometiera a la familia Ortiz.—Bien, si insistes en oponerte a mí, no me culpes por lo que venga— dijo Aníbal, su voz se tornó siniestra. Luego se volteó hacia el joven vestido con un traje de entrenamiento negro qu
—Matar a un inútil como tú simplemente ensucia mis manos— dijo Eladio con una sonrisa sádica, sin ni siquiera mirar el cuerpo caído en el suelo.Esta escena repentina dejó a Diego, Feliciano y los demás completamente perplejos.—¡Lautaro!—¡Hermano!Feliciano y el último joven que quedaba junto a él mostraban en sus rostros una profunda tristeza e incredulidad por lo sucedido.Juan solo pudo sacudir la cabeza en absoluto silencio. Ya había advertido con anterioridad a Feliciano, pero ni él ni Lautaro quisieron escuchar.—¡Ja, ja, ja! —Aníbal reaccionó finalmente y soltó una carcajada. —Diego, ¿este es el 'experto' que la familia Ares ha contratado? ¡Es bastante patético! Eladio lo ha matado sin ningún esfuerzo.—Exacto, un desperdicio como este ni siquiera debería haber salido en primer lugar. ¿Quién más quiere en este momento venir a morir? —añadió Pascual con una expresión de entusiasmo.En ese instante tanto Aníbal como Pascual sintieron un respeto aún mayor por Eladio. No en vano e
—Un joven sin ningún poder, ¿qué derecho tienes de hablar pendejadas aquí?—Solo digo la verdad, créelo si quieres— respondió Juan con calma.—¡Mira, te estás pasando de la raya! —Matías, furioso, estaba a punto de atacarlo.Patricia, al ver esto, intervino con rápidez: —Juan, por favor, no hables más. No entendemos de artes marciales, es mejor que solo observemos en completo silencio.En ese preciso momento, Patricia sintió un leve resentimiento hacia Juan. Aunque no entendía muy bien de artes marciales, debería ser más prudente en sus comentarios, especialmente considerando que Feliciano era el experto que la familia Ares había contratado. En verdad, no era adecuado desanimar a sus propios aliados.Diego también con firmeza dijo: —Tienes razón, Juan, es mejor que no digamos nada para no distraer a Feliciano.Mientras tanto, Feliciano, que seguía concentrado enfrentando a Eladio, estaba a punto de estallar de ira. —Juan, ¡cómo te atreves a decir que perderé pronto! Si gano, te aseguro
La repentina voz dejó a todos los presentes atónitos.Incluso Eladio se quedó perplejo.Por un momento, todos los ojos se dirigieron al que había hablado, era precisamente Juan, con incredulidad en sus miradas.Pascual fue el primero en romper el silencio, estallando en carcajadas: —¿Escuché acaso mal? ¿verdad? ¿Este muchacho dice que puede salvar a Feliciano?—¡Ja, ja, ja! Creo que este tipo ya se ha dado por muerto y quiere darse un último gusto antes de morir— se burló Estela con desprecio, riendo a carcajadas.Ambos tenían una expresión arrogante, sin tomarse en serio las palabras de Juan.Eladio ya había demostrado su poder, superando incluso a Feliciano, ¿cómo podría este joven hacer algo al respecto?Feliciano, que estaba resignado a su cruel destino, abrió los ojos. Al darse cuenta de que quien había hablado era precisamente Juan, no pudo evitar sentir una mezcla de frustración y resignación. —Este muchacho... En un momento así, y aún se atreve a fanfarronear de esa manera.Jua
—¡Estás buscando la muerte!Pascual se enfureció, con una expresión salvaje en su rostro. —¡Eladio, destrúyelo, destroza a ese maldito mocoso! Pero no lo mates, quiero que sufra, ¡será más divertido de esa manera!La intención asesina de Eladio se centró en Juan. Lamiéndose los labios con un gesto sediento de sangre, dijo:—Chico, voy a cortar tus extremidades una por una, luego sumergiré tu cuerpo en ácido sulfúrico y te dejaré morir lentamente, en completa agonía.—¡Muere!Con un fuerte pisotón, el suelo se resquebrajó, y usando esa fuerza, Eladio se lanzó enardecido hacia Juan como una flecha disparada, moviéndose a una velocidad vertiginosa.Al ver esto, los rostros de Patricia, Diego y los demás palidecieron al instante.¡Todo estaba en este momento perdido!¡Juan estaba acabado!Feliciano, lleno de vergüenza, sacudió la cabeza. —Juan, es por mi incompetencia que ahora tú también estás en grave peligro.Mientras Eladio se acercaba con cautela, Pascual gritó entusiasmado: —¡Juan, t
En ese instante, los ojos de Pascual estaban enardecidos, reflejando un miedo extremo. A su lado, Aníbal, aterrorizado, se desplomó en el suelo, con el rostro lleno de un terror abrumador.El maestro que la familia Ortiz había contratado, el eminente discípulo del patriarca, ¡había muerto! Y lo más increíble era que había sido asesinado de un solo golpe por Juan.Esto era más increíble que una simple alucinación, algo que Aníbal no podía aceptar. Para él, Juan no era más que una insignificante hormiga. Si no fuera porque la familia Ares y Marta habían protegido a este muchacho, Pascual lo habría asesinado hace muchísimo tiempo.Pero ahora, la realidad le mostraba que esa insignificante hormiga era en realidad un maestro de artes marciales, y ni siquiera el discípulo del patriarca había sido capaz de derrotarlo.¿Cómo podría aceptar algo así?Era como si Dios le hubiera jugado una broma, una broma mil veces más absurda que el choque de Marte con la Tierra.Juan, con el rostro impasible,