Capitulo 782
El gobernador Viriato, desde el principio hasta el final, mantuvo una actitud muy humilde, sin mostrar en ningún momento signos de superioridad. Estaba tan accesible que solo le faltó tratar a Juan como si fueran hermanos de toda la vida.

Sin embargo, Juan se equivocó al suponer esto.

Incluso cuando el desayuno estaba por terminar, Viriato no mencionó ningún favor ni pidió ayuda. Solo se disculpó una y otra vez por las posibles atenciones insuficientes durante la estancia de Juan en la Fortaleza del Alba, pidiéndole una completa comprensión.

Tras el desayuno, Viriato se despidió de forma cortés, alegando que debía atender algunos asuntos. Ordenó a Tránsito que acompañara a Juan a recorrer la ciudad, asegurándose de que disfrutara a plenitud su estancia.

De este modo, anfitrión e invitado se separaron amigablemente.

Tránsito llevó a Juan por las zonas más animadas de la ciudad. Aunque Juan insistió en que no era necesario y que podía explorar solo el lugar, Tránsito se mantuvo firme, ar
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP