Capitulo 588
Juan no mostró mucha preocupación. Con un tono tranquilo, dijo:

—No iré a ningún lado. Haz que se retiren y hablamos en privado, solo tú y yo.

Al escuchar las palabras de Juan, el comisario se enfureció al instante.

—¡Qué insolencia, Juan! ¿Qué crees que son las vidas humanas, algo que se puede resolver con unas simples palabras? Hoy, aunque venga el alcalde, tienes que venir con nosotros.

—Qué fastidio, —murmuró Juan. Con un simple suspiro, sacó una ficha púrpura de su bolsillo y la lanzó al comisario.

El comisario atrapó la ficha y la inspeccionó con detenimiento. Aunque decorada con un grabado de nueve dragones, no tenía idea alguna de qué era.

—¿Qué es esto? —preguntó.

—¿No lo reconoces? Está bien, parece que tu niveles muy bajo. ¿Y esto? —Juan sacó un objeto dorado y lo lanzó con desprecio.

Era el Centro del Rey Justiciero, un símbolo de poder capaz de disciplinar tanto a generales como a oficiales corruptos.

El comisario lo observó detenidamente, pero su expresión permaneció aú
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