Capitulo 593
Durante el trayecto, el ambiente en el coche permaneció en silencio. Alicia y Amapola parecían sumidas en sus pensamientos, y Juan, al notar la fuerte tensión, decidió no preguntar.

No pasó mucho tiempo antes de que el auto llegara al Panteón de los Ángeles.

—Señor González, le agradecería si pudiera esperarnos aquí un momento. Vamos a rendir homenaje a mi maestro, —dijo Alicia mientras bajaba del coche, llevando consigo un pesado maletín negro.

—Claro, —respondió Juan con calma, observando cómo las dos mujeres se alejaban. Sin embargo, no pudo evitar sentir cierta curiosidad, así que decidió seguirlas en silencio.

Alicia se detuvo frente a una tumba sin nombre alguno.

—Hermana, ¿es aquí donde descansa tu maestro? —preguntó Amapola, rompiendo el silencio.

—Sí, es aquí, —respondió Alicia mientras colocaba cuidadosa el maletín negro en el suelo. Al abrirlo, reveló una cabeza humana, claramente perteneciente a Evaristo.

—Vaya, parece que compartimos algunos métodos, —pensó Juan desde su e
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