Capitulo 594
—¿Mis niñas? ¿De verdad son ustedes? —Elena, con lágrimas en los ojos, murmuró mientras su voz se rompía en llanto.

Amapola y Alicia, al igual que Juan, recordaban perfectamente a Elena. La emoción las invadió por completo.

—¡Elena! —exclamaron al mismo tiempo, corriendo hacia ella para abrazarla con fuerza. Las tres se fundieron en un abrazo lleno de nostalgia y alegría.

Pasaron varios minutos antes de que se separaran.

—Elena, ¿cómo es que estás aquí? —preguntó Amapola, aún sorprendida y llena de felicidad.

—Las gracias sean dadas a Juan. Si no fuera por él, tal vez seguiría en el hospital psiquiátrico, —explicó Elena, relatando de manera rápida sus recientes vivencias.

Cuando Amapola terminó de escuchar la historia, miró a Juan con gratitud. —Gracias, Juan. De verdad, muchas gracias.

Elena, al ver este lindo gesto, no pudo evitar reír. —Ay, Amapola, siempre fuiste tan lista. ¿Cómo es que no te has dado cuenta aún? ¡Todavía lo llamas Juan, como si fuera un extraño!

Las palabras de E
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