Desde hacía mucho, siendo yo, Ji Yasuf, mi vida era asi de monótona.Mis empleados siempre hablaban a mis espaldas, yo siempre los dejaba pasar por alto, porque me gustase o no, algo de cierto había en esos comentarios, yo era un hombre aburrido.Algo de verdad mezclado con maldad y mentira podías percibirlo, entre tantos dichos, el punto uno era que sí, yo era un hombre solitario en todo sentido, y antes de encontrarme a esta mujer, creía que nada me hacía falta de las demás personas, incluyendo a mi familia, casi no iba a visitarlos.Creyéndome lo suficientemente listo para encarar la vida sin nadie a mi lado, creía todo este tiempo que no necesitaba de nadie, no me gustaba tener lazos con alguien y me decía a mi mismo que no me complicaría la vida con romances baratos, a lo dicho, yo siempre minimizaba lo que no quería conmigo.Pero esas ideas cambiarían después de encontrarme con esta mujer joven, ella tenía un aura brillante que me hacía sentir cómodo, y no presisamente lo cómodo
Mainor Lumbi era un hombre vago e irresponsable, siempre se apoyó en sus padres para vivir de lujos y comodidad sin ganarse nada, lo cierto era que no solo era haragán, también era vicioso e injusto.La Empresa que montara con capital tomado de los recursos monetarios de los abuelos de Gaby no era la primera vez, esa era por enésima vez en que venía ante sus Padres y le salía con el cuento de que tenía una idea brillante., para luego decir que todo le había salido mal por culpa de terceras personas.La cantaleta ya se lo sabían todos, el abuelo, apoyado por la abuela de Gabriela, se decían entre sí, llegando a la conclusión de que ellos como padres debía ayudar siempre, " a un hijo se le apoya en todo momento." "no, no siempre ha de ser así, a veces era necesario dejar caer al fango de lo más bajo, dejarlo embarrarse salpicar de lodo, sufrir y encontrar sus soluciones por su propio esfuerzo, porque así se aprende en la vida." si no ahí estaba de ejemplo el tío Mainor.Mainor y Felipe L
—¡Mica, ya sabes! estamos necesitando dinero en casa —Micaela sabía que su padre no estaba buscando para nada el dinero para ayudar a la familia, si no que lo que quería era dinero para los juegos al azar.También, lo que le preocupaba a Micaela era que ella ya ni siquiera era virgen. Anticipando la verguenza en su cara, ella le dijo a su Padre sollozando para que desistiera de su idea, reclamando si por que la trataba como si ella fuera un objeto sin valor.Viendo que no lograba cambiar la actitud ilógica de su padre, Micaela pensó en una segunda idea, pasar el dardo a su prima Gabriela. Esta vez ella tendría éxito si su padre se obsesionara en vender a su sobrina que a ella misma.—Papá, soy tu hija, ¿no te doy pesar como hija tuya que soy? —el padre respondió diciendo que total eso era un acto sin tanto rodeo, que era mucho mejor sacarle provecho sacando una buena tajada de dinero por hacerlo con la persona indicada.—Papá... ¿y por qué no vendes la primera vez de Gaby? Sácale prov
El hombre de oriente medio dijo al señor Mainor Lumbi:—Si no me traes para mañana a la otra joven y que esta no sea una gran mentira, perderás más que ese dinero que te he dado.Por supuesto Mainor quién su cabeza parecía girar e girar haciendo click encima de los billetes, dijo en son abrumador.—Yo, por supuesto la traeré aunque sea a rastras. Ella me debe obediencia. —recalcó.Mientras tanto, el hombre de aspecto tenebroso, cara de malechor sonriera complacido, tenía la bilis muy crecido, dijo:—Iré a saciarme un poco de ese cuerpo exquisito. —escuchando hablar así de su hija, Mainor dijo:—Si quieres hacer eso, págame, soy su padre. —frunciendo el ceño lo dijo:—¿De verdad eres su Padre?, pareces mas bien su proxeneta. —Mainor solo estiró los hombros en señal de valerle un zacatal de miércoles lo que dijera el otro hombre, tan solo dijo:—Hay que sacarle provecho a todo en esta vida, incluso a los hijos que te han costado un montón.Una dos horas después, Mainor montó a su hija en
Ya puesta en la minivan, no había vuelta atrás para Gabriela, ella fue llevada directo hacia aquel hotel.Su rostro dormido reflejaba una preocupación, con las cejas fruncidas y la cara pálida fue bajada por aquéllos mismos hombres quienes habían ayudado a llevar a Micaela hacia adentro del hotel.Uno de ellos se fijó en el rostro de Gaby y dijo en tono sorpresivo.—¡Que niña más bonita! ¿de dónde es que sacas tantas jóvenes lindas? —miró a Mainor reflexivamente y exclamó.—¿No me digas que es tu otra hija? —a eso el inescrupuloso hombre respondió. —Jaja, casi como si lo fuera, es la hija de mi hermano. —Los tres tipos se pusieron ariscos con la información y dijeron en coro:—Ah...¡Cuidado! ¡¿podría acarrearnos problemas?! —Muy confiado Mainor dijo:—¡Nooo, que va si los muertos no salen de sus tumbas! Él está bien muerto desde que la niña tenia poca edad.Todo lo que dijera Don Mainor, les heló la sangre a los tres cómplices de éste, ellos murmuraron a sus espaldas, "hay que tener
"Esta pequeña conejita de angora" pensó Ji Yasuf."Es tan hermosa, me da ganas de apretar su carita enrojecida y colorada." Ji estaba fascinado mirando dormír a Gabriela, quien hasta pegaba pequeños ronquidos.Era un hombre silencioso, sobre todo solitario y un genio en los negocios, pero su carácter solo le hacía notar más, pues tantos hombres como mujeres eran quienes querían saber mas de él, se interesaban.Su aura poderosa infringía en el resto de las personas un temor, y eso no era presisamente por que él fuera un hombre despiadado, era solo el hecho de verlo llegar y su presencia arrolladora, hacía vibrar a los demás, y siendo que tenía todo eso a su favor, Ji Yasuf Kim permanecía sin una mujer a su lado, una con la que pudieran verlo acaramelados, actuando enamoradizo o tierno, algunas personas los mas intrépidos Incluso se atrevieron a decir que Ji era del bando contrario, estaban lejos de la verdad.Pues Ji solo era selectivo, era de aquel tipo de especie en extinción, de los
—Abuela, ya llegué —dijo Gaby, no quería que su queridísimo amigo entrara en contacto con su abuela, así que lo había dejado debajo de un árbol de Manzano, le había advertido que no entrara, que ella ya saldría después de reportarse, pero se llevó la gran sorpresa cuando el bullicioso y la aglomeración de tantas personas le llamara la atención.No podía creerse lo que veía sus ojos, aquél hombre era el que estaba en medio de todos los ancianos riéndose y haciendo piruetas para hacerlos reír a su público.—Ji Yasuf?" —se dijo la chica mirando consternada la escena por delante. ¿No había ella pedido que se quedara quieto en un solo lugar, o si no, pues, le había dicho que si se le antojaba irte que lo hiciera, que no había problemas con eso, le dijo también que si le daba hambre, que podía comerse todos las manzanas del árbol, total, ella no tendría que pagar nada.¿Que hacía él aquí? se preguntó? Se acercó sigilosamente solo para darse cuenta que Ji Yasuf estaba siendo la estrella de e
Terminados de comer, Ji Yasuf se llevó a Gabriela al registro. Al llegar habían muchas otras personas ahí, esperaban casarse, en verdad eran tres parejas esperando su turno, las tres mujeres que esperaban casarse volvieron a ver sin rodeos al hombre al lado de Gabriela.Gabriela no prestaba atención ni al caso, era como si ella no conociera lo que era sentir celos por su hombre.Ji Yasuf estaba muy descontento por ello, de un momento a otro le invadió la cólera, no obstante aquellas tres mujeres estando ahí para casarse, todavía se atrevían estar echándose el taco de ojo en el hombre, pero... ¿cómo no lo harían?, si este hombre de estatura promedio era, uno coma noventa, cuerpo delgado y proporcional, tenía un cuerpo de escultura viviente, ojos verde grisaseo, tenía una mandíbula afilada, nariz alta y recta, sus pómulos bien marcados con esa mirada pícara y soñador, hacia palpitar el corazón y algo mas a cualquier fémina. Sus cejas eran pobladas y de espada, lo que le daría el toque d