—¡Mica, ya sabes! estamos necesitando dinero en casa —Micaela sabía que su padre no estaba buscando para nada el dinero para ayudar a la familia, si no que lo que quería era dinero para los juegos al azar.También, lo que le preocupaba a Micaela era que ella ya ni siquiera era virgen. Anticipando la verguenza en su cara, ella le dijo a su Padre sollozando para que desistiera de su idea, reclamando si por que la trataba como si ella fuera un objeto sin valor.Viendo que no lograba cambiar la actitud ilógica de su padre, Micaela pensó en una segunda idea, pasar el dardo a su prima Gabriela. Esta vez ella tendría éxito si su padre se obsesionara en vender a su sobrina que a ella misma.—Papá, soy tu hija, ¿no te doy pesar como hija tuya que soy? —el padre respondió diciendo que total eso era un acto sin tanto rodeo, que era mucho mejor sacarle provecho sacando una buena tajada de dinero por hacerlo con la persona indicada.—Papá... ¿y por qué no vendes la primera vez de Gaby? Sácale prov
El hombre de oriente medio dijo al señor Mainor Lumbi:—Si no me traes para mañana a la otra joven y que esta no sea una gran mentira, perderás más que ese dinero que te he dado.Por supuesto Mainor quién su cabeza parecía girar e girar haciendo click encima de los billetes, dijo en son abrumador.—Yo, por supuesto la traeré aunque sea a rastras. Ella me debe obediencia. —recalcó.Mientras tanto, el hombre de aspecto tenebroso, cara de malechor sonriera complacido, tenía la bilis muy crecido, dijo:—Iré a saciarme un poco de ese cuerpo exquisito. —escuchando hablar así de su hija, Mainor dijo:—Si quieres hacer eso, págame, soy su padre. —frunciendo el ceño lo dijo:—¿De verdad eres su Padre?, pareces mas bien su proxeneta. —Mainor solo estiró los hombros en señal de valerle un zacatal de miércoles lo que dijera el otro hombre, tan solo dijo:—Hay que sacarle provecho a todo en esta vida, incluso a los hijos que te han costado un montón.Una dos horas después, Mainor montó a su hija en
Ya puesta en la minivan, no había vuelta atrás para Gabriela, ella fue llevada directo hacia aquel hotel.Su rostro dormido reflejaba una preocupación, con las cejas fruncidas y la cara pálida fue bajada por aquéllos mismos hombres quienes habían ayudado a llevar a Micaela hacia adentro del hotel.Uno de ellos se fijó en el rostro de Gaby y dijo en tono sorpresivo.—¡Que niña más bonita! ¿de dónde es que sacas tantas jóvenes lindas? —miró a Mainor reflexivamente y exclamó.—¿No me digas que es tu otra hija? —a eso el inescrupuloso hombre respondió. —Jaja, casi como si lo fuera, es la hija de mi hermano. —Los tres tipos se pusieron ariscos con la información y dijeron en coro:—Ah...¡Cuidado! ¡¿podría acarrearnos problemas?! —Muy confiado Mainor dijo:—¡Nooo, que va si los muertos no salen de sus tumbas! Él está bien muerto desde que la niña tenia poca edad.Todo lo que dijera Don Mainor, les heló la sangre a los tres cómplices de éste, ellos murmuraron a sus espaldas, "hay que tener
"Esta pequeña conejita de angora" pensó Ji Yasuf."Es tan hermosa, me da ganas de apretar su carita enrojecida y colorada." Ji estaba fascinado mirando dormír a Gabriela, quien hasta pegaba pequeños ronquidos.Era un hombre silencioso, sobre todo solitario y un genio en los negocios, pero su carácter solo le hacía notar más, pues tantos hombres como mujeres eran quienes querían saber mas de él, se interesaban.Su aura poderosa infringía en el resto de las personas un temor, y eso no era presisamente por que él fuera un hombre despiadado, era solo el hecho de verlo llegar y su presencia arrolladora, hacía vibrar a los demás, y siendo que tenía todo eso a su favor, Ji Yasuf Kim permanecía sin una mujer a su lado, una con la que pudieran verlo acaramelados, actuando enamoradizo o tierno, algunas personas los mas intrépidos Incluso se atrevieron a decir que Ji era del bando contrario, estaban lejos de la verdad.Pues Ji solo era selectivo, era de aquel tipo de especie en extinción, de los
—Abuela, ya llegué —dijo Gaby, no quería que su queridísimo amigo entrara en contacto con su abuela, así que lo había dejado debajo de un árbol de Manzano, le había advertido que no entrara, que ella ya saldría después de reportarse, pero se llevó la gran sorpresa cuando el bullicioso y la aglomeración de tantas personas le llamara la atención.No podía creerse lo que veía sus ojos, aquél hombre era el que estaba en medio de todos los ancianos riéndose y haciendo piruetas para hacerlos reír a su público.—Ji Yasuf?" —se dijo la chica mirando consternada la escena por delante. ¿No había ella pedido que se quedara quieto en un solo lugar, o si no, pues, le había dicho que si se le antojaba irte que lo hiciera, que no había problemas con eso, le dijo también que si le daba hambre, que podía comerse todos las manzanas del árbol, total, ella no tendría que pagar nada.¿Que hacía él aquí? se preguntó? Se acercó sigilosamente solo para darse cuenta que Ji Yasuf estaba siendo la estrella de e
Terminados de comer, Ji Yasuf se llevó a Gabriela al registro. Al llegar habían muchas otras personas ahí, esperaban casarse, en verdad eran tres parejas esperando su turno, las tres mujeres que esperaban casarse volvieron a ver sin rodeos al hombre al lado de Gabriela.Gabriela no prestaba atención ni al caso, era como si ella no conociera lo que era sentir celos por su hombre.Ji Yasuf estaba muy descontento por ello, de un momento a otro le invadió la cólera, no obstante aquellas tres mujeres estando ahí para casarse, todavía se atrevían estar echándose el taco de ojo en el hombre, pero... ¿cómo no lo harían?, si este hombre de estatura promedio era, uno coma noventa, cuerpo delgado y proporcional, tenía un cuerpo de escultura viviente, ojos verde grisaseo, tenía una mandíbula afilada, nariz alta y recta, sus pómulos bien marcados con esa mirada pícara y soñador, hacia palpitar el corazón y algo mas a cualquier fémina. Sus cejas eran pobladas y de espada, lo que le daría el toque d
Ese mismo día, Gabriela tuvo que llevarse a su ahora esposo ante su abuela, él quería ser presentarlo ante la abuela de la mujer.Al llegar al edificio llamado también residencial Guadalupe, Gabriela notó muchos cambios de noche a la mañana. Por ejemplo que la fachada de afuera estaba siendo reparada mas rápido que un rayo, además cuando entró había una docena de personal para atender a los ancianos, y no solo eso, había comida y productos nutritivos para ellos, para los ancianos. Gabriela exclamó emocionada, ella dijo:—¿¡ Que Ángel ha hecho todo esto por nuestros viejitos!? —la cara de Ji tenía una rara sonrisa reprimida."¿Acaso esta niña era tan tonta que no se daba cuenta que con quién se casó?" No le daba valía a él. Carraspeó la garganta mirando hacia arriba, se hacía el tarado para que ella dijera tan de pronto, "Oh si mi amor tú eres mi ángel, pero nada" ella empezó a especular que habría sido el nuevo presidente del país, o que quizás fue un diputado joven y con mente amplia
Lo primero que dijera Ji al ver a la anciana fue decir sin censura lo que él era para la Chica.—Hola, soy el esposo de su nieta, abuela. —la cara de Gabriela se dislocó de su sitio mirando al hombre con una cara ladeada.—¿No te dije que no debías contarle eso a mi abuela ? —dijo Gabriela a lo que su abuela se enojara con la nieta y la regañara a todo pulso.—¿Se puede tapar el sol con un dedo acaso, Gaby? —dicho eso dió la vuelta para entablar comunicación con Ji Yasuf ignorando a su propia nieta.—Entonces, ¿somos familia? preguntó la abuelita.—Si, lo somos —respondió él, la abuela pudo notar en sus expresiones que tenía una sonrisa suave, su cara llena de ternura, de amor que sentía, se podía decirse que Ji Yasuf era un hombre enamorado de Gabriela y era algo que no podía ocultar.—Mi nieto político —resonó la voz de la señora.—No me considere lo de "político" —dijo Ji Yasuf.—Ellos suelen ser falsos y poco leales a sus palabras, a mí me puede considerar ya parte de tu familia,