En una enorme Villa ubicado sobre un peldaño alto y de vista excelente, vivía el abuelo de Ji Yasuf Kim. El señor Joau Yin Kim de 83 años, era un hombre duro en carácter, muy exigente de los demás y de lo que él quería, siempre le gustaba imponer sus órdenes e ideas. Podías pensar que por que ya era anciano no estaba en lo mísmo, pero no, él siempre era retador, sus imposiciónes eran tal que las personas le temían aún después de retirado.No estaba del todo feliz estos últimos días, su informante le había dicho que Ji se había desaparecido por casi una semana.Al ver entrar el vehículo de su único nieto viviente, Joau Yin dió la vuelta para recibirlo en el recibidor de su Villa, el joven al llegar se quitó los zapatos y los cambió por unas pantunflas suaves de color negro, pero igual, él estaba algo impaciente al ver a su nieto estar actuando muy lento, según su criterio.—Ji, ¿porque no te apuras? ¿me tienes esperando desde hace ya mucho? —dijo con cara de enojado.—Ya estoy aquí, a
Al llegar al comedor, los ojos de todos los presentes, en especial los tres invitas miraron al hombre parado junto a la mesa, quien saludó sin ninguna intención de ahondar, solo un "buenas noches y ya.—Ji Yasuf, saluda a estas personas, son tus futuros suegros —resonó la voz del abuelo Joau Yin Kim.Todos miraron rápidamente a la cara del nieto, pero este no había mostrado ninguna reacción de ningún tipo.Parecía un hombre que no sentía emoción alguna, solo sus ojos se mantenían tranquilos como el fondo de un lago sin turbulencias.—Señor Kim, soy su nieto, un hombre con la suficiente capacidad mental para estimar o desestimar alguna decisión importante en mi vida.—Considero que no soy un niño para que usted tenga que decidir por mí, o decirme que hacer como en el simple hecho de que me ordenas saludar a estas personas que son unos extraños para mí. —Ji no mostraba emociones, pero si firmeza, así que continuó hablando en contra de lo que creía estaban tratando de humillarlo.—No pie
—¿Gabriela? —preguntó la tía de Ji.—¿Si? ——¿Por qué estás asi?... piensas en por que estas aqui, ¿no es así?—No entiendo nada. —dijo ella mirando a la mujer mayor.—A veces no es bueno hurgar en los detalles pequeñuela, solo cierra los ojos y confía en tu esposo, y no lo digo por que lo conozco desde que naciera, sino por que mi Ji es un buen muchacho, él es bueno como el mismo pan. —inquirió la tía Miley.—Si —respondió la chica sin mucho ánimo.—Conozco al abuelo de Ji, Joau Yin es terco y le gusta poner su deseo en las personas, seguro Ji está aplanando el camino para ti.—Ese es el detalle, no quiero que nadie me ayude a aplanar ningún camino, solo quiero ser yo misma y ser aceptada —explicó Gabriela.Por la tarde la joven salió a caminar en un parque cercano a la vivienda de tía Miley, siendo una zona de casas exclusivas, el parque quedaba en un lugar exclusivo de la misma circunferencia.Sin darse cuenta, tanto el señor Joau Yin como Gabriela terminaron en la misma zona del pa
—¿Señor usted aquí?—¿Si? presentía algo, pero no sabía exactamente qué podía ser....—Tu historia me hacía pensar en alguien —dijo el anciano. —en eso apareció Miley en la puerta y ordenó a Gabriela irse adentro.—Ve adentro mi niña —el viejo frunció el ceño.—¿Mi niña has dicho? —dijo de forma irónica.—Si, eso a ti no te incumbe señor Kim, puede marcharse ahora mismo. —dijo con disgusto.—En este caso, prefiero quedarme... te haré compañía —sentenció su voluntad.—¡Basta, se puede ir! —gritó exasperada Miley.—Cuidado, estás vieja, puedes romperte en pedazos de lo viejo que está tu cuerpo. ——Jaja —se rió el hombre de sus propias burlas hechas.Miró fulminante a esta mujer que al igual que él también era avanzada en años. —Parece que la vejez no te ayuda a discernir entre lo que te conviene y no —especuló el abuelo de Ji.—¡Oye! Estás en mi casa por si no te has dado cuenta, no te tengo miedo, sépalo muy bien. —escupió Miley a su primo de antaño.—Me voy, pero dile a tu sobrino qu
Al llegar a la enorme Villa construida sobre una alta colina, libre de otros vecinos. Daba la impresión de estar solo en la nada.Aquella Villa era tan grande y sofisticada que parecía un castillo para reyes. Sin embargo, el bisabuelo de Ji Yasuf habia sido el que iniciara su construcción.Aunque de generación en generación lo habían venido mejorando con el toque de gusto sofisticado que lo acentuaba la misma familia Kim.Ji traía a su esposa Gabriela tomado de la mano, sus manos estaban entrelazados, lo que hacia a Aiony Lee, la mujer invitada por el abuelo Joau perder la poca tranquilidad que tenía.Ver las manos enlazadas de la pareja, la hacia perder las esperanzas, de un momento a otro se sintió enojada con la nueva esposa del hombre que la volvía loca.Ella tragó saliva mientras su mirada se centraba en el rostro de Gabriela. Para Gabriela quién volviera su mirada y viera a Aiony mirando como si con esos ojos quisiera hacerle agujeros, supo de inmediato que ella tendría un enemig
—No tenemos que quedarnos debajo de un puente, esposo. —el hombre abrió ampliamente sus ojos para verle la cara sonrojada de su ahora mujer.Si, por que así lo era, ella era su esposa ante la ley, y que bien se sentía pensar en ello, sin querer mostró una sonrisa pintoresca, mientras insinuaba a averiguarlo mas.—¿Si? ——Si, te llevaré a la vieja casona de mi abuela, ahí tengo mi propia habitación. —se mofó Gabriela.Ji solo sonrió sutilmente, pues su corazón se había llenado de tanta alegría, una alegría que ni él sabía que podía sentir.—Entonces vamos —dijo sin aparente emoción, solo él sabía que brincaba tanto su corazón.—No es lujoso como la enorme Villa de tu familia, pero tendremos una cama y mantas para arroparnos. —Gabriela no sabía mientras hablaba que sus palabras eran efectos instantáneos en el hombre a su lado.Ji estaba gratamente satisfecho por las palabras dichas por ella, pues sin darse cuenta, Gabriela ya lo incluía y hablaba en plural respecto a los dos.—Vamos para
Por la mañana siguiente:Gabriela había ido muy temprano al supermercado, compró pescado fresco, bayas para dárselo a su esposo.También trajo avena, miel, huevos y verduras frescas. Empezó a preparar el desayuno mientras todavía dormía el resto de la gente.Alguien se levantó de su sueño oscuro al olfatear el olor a comida sabrosa, esta era Micaela, ella bajó corriendo y vió a la que consideraba la culpable de su tristeza y desgracia.—Vaya que te dignaste a salir de tu habitación, ¡mujerzuela! —fue la primera ofensa que lanzará de su boca la tal Micaela.—No molestes —respondió Gabriela muy enfocada en lo que hacía.—¡Perra, sabes lo que eres no! —Gabriela dejó de hacer lo que hacía y la miró de frente.Encontró a su prima con una ojera del tamaño de la Antártida, también estaba toda flaca y mal vestida. Verdaderamente le causó más lástima que otra cosa.—Si, soy perra, pero con mi perro. —su semblante se había visto rojo, pues ya estaba sin mas paciencia.—¿Ahora lo traes aquí....
Para nadie es un secreto que cuando obras mal, te llega el karma tarde o temprano.Así para la señora Rufina y su hija Micaela le llegó su castigo, no tan merecido, pero algo es algo cuando al fin le tocara su merecido fin.En horas de la mañana fueron echadas de la medianamente grande Casona que pertenecía antes a los señores Lombí.Los abuelos de Gabriela habían construido está enorme vivienda cuando se casaron allá en sus años de juventud, de cuando se enamoraron y querían formar un maravilloso hogar.Sin embargo pronto descubrirían que no todo era color de rosa y finalmente sus vidas empezaron a cambiar; uno de sus hijos había salido con mala traña.Desde muy pequeño era irresponsable, discutía a menudo y traía problemas a casa, en un principio eran leves y se fue cuantificando y subiendo de extremo hasta que un tiempo después sus problemas acarrearon las desgracias para el resto de la familia.No obstante, erróneamente el Padre de Gabriela fue ultrajado a balazos mientras volvía