MinelaEs la cuarta vez que me miro al espejo, no me canso de verme. Me puse un vestido color turquesa con accesorios plateados. Mis labios color carmín y un maquillaje un poco más elaborado, como me enseñó mi hermanita Lulú. Recordarla me dio nostalgia, pero gracias a Susana he podido entender que mi amiga no murió por mi culpa, si no por los mal nacidos que lo hicieron. Claro tampoco le fui completamente sincera. Solo le cuento eso que siento que debo decir. No he mencionado el nombre de Vladlem y mucho menos el de Bustrel, siento que de hacerlo todos los que aquí me ayudan correrán peligro y no es lo que quiero. Ese engendro del mal puede emprenderla contra los seres que he aprendido a querer y eso no me lo perdonaría nunca. No hay nadie en este mundo más detestable y asqueroso que él. Respiro profundo para calmar mis deseos de llorar. Recordarlos me hace mal, lo sé, pero es algo más fuerte que yo. No he podido cerrar ese ciclo. Susana me dice que debo enfrentar mi pasado para pod
RominaLlego a la gran mansión de los Kersakov. Se ve que es gente de mucho dinero. Tienen guardias desde que empezamos a llegar a su urbanización. Según el taxista al cual me tocó hacerle una francesa para que no me cobrara el pasaje, me dijo que eran personas poderosa y que manejaban el bajo mundo. Ellos eran los dueños y señores de ese pueblo y se lo creo. Su mansión se ve de más de dos plantas, tiene alberca un gran jardín y más de un centenar de hombres a su alrededor.Es la primera vez que me pongo tan nerviosa, pero es que esos hombres son grandes y están todos armados. Me revisaron si tenía armas y me escoltaron hasta la puerta donde me recibió una hermosa chica de ojos verdes. —Señorita, el señor me pidio que la lleve hasta el despacho. —asiento y la sigo. El hombre que me escoltó cerró la puerta principal. Entramos a un gran despacho hay una licorera, muebles, un escritorio grande y algunas sillas. Camino y veo a tres hombres en un cuadro. Hay dos que son hermosos. El de ba
BustrelLa morena que vino a avisarme que una posible mujer podía se Minela está deliciosa, creo que me la quedaré. Esta necesita dinero y yo deseo su culo experimentado y sabroso, así que puedo comprarla por algunos lulares. Aún recuerdo sus nalgas chocando con mi ingle, por amor al cielo, ese culo delicioso me lo comí de una. Desde que la vi, supe que era una zorra fina, y me lo demostró tragando toda mi leche sin remilgar. Sonrío al recordar como la ahogaba mientras me corría en su boca después de haberme comido su apetecible culo. La puerta se abre sacándome de mis pensamientos. —Vladlem te llama. —dice Jaclob con cara de pocos amigos. Me levanto para ir con mi hermano, solo lleva dos días despierto y ya habla mejor, y come solo. El médico le dice que vaya poco a poco, pero este solo quiere levantarse de la cama. Entro a la habitación y lo veo sentado en la silla de rueda que le compré en lo que habilita sus piernas.— ¿Para qué me necesitas, Vladlem? —pregunto y este voltea.— ¿
Kolen¡Maldición! Olson no me contesta. Camino de lado a lado en mi oficina. Desde el problema con los paparazis Mikeila no ha querido salir de casa si no estoy a su lado, ya puse seguridad en la casa y entiendo que es por eso por lo que no quiere salir. De algo se esconde. Necesito saber si el Vladlem que ha mencionado entre sueños tiene que ver con ese temor. Hablé con algunos amigos en común, pero nadie sabe del hombre. Me estoy empezando a desesperar. —Señor —entra mi nueva secretaria la observo con ira contenida. En realidad, ya no me puedo controlar. — ¿Qué pasa? —escupo, ella baja la mirada. —Tiene una llamada de su novia. —dice algo avergonzada. —Bien, discúlpame, no ha sido un día fácil. Siga intentando comunicarse con Olson. —ella asiente y sale de la oficina. —Amor —contesto. —Kolen ven, por favor, te necesito. —dice y no lo pienso dos veces. Tomo mi saco y mis llaves y salgo al encuentro con Mikeila. No entiendo que es lo que pasa con todos, estamos algo alterados.
KolenEsteban y Milka serán los padrinos de la boda. Estamos muy felices con todo los preparativos. Norma se ha portado a la altura, ya tan solo nos falta un mes para ese emotivo día. Estoy emocionado, no puedo esperar el día de poderla llamar esposa. Ella es mi princesa, mi gran amor. Estoy tratando de dejar todo listo en la empresa para irme tranquilo de luna de miel. Mi princesa merece los mejores quince días de su vida. La voy a llevar a Italia, y luego a Grecia donde cerraremos y volveremos. No quiero admitir frente a ella que estoy nervioso. Nunca pensé que volvería a hacer preparativos de boda. Había jurado que Francesca era la primera y última mujer con la que me casaría. La siento cada día más tranquila, más ella. Mi futura esposa es una caja de pandora. Resultó que es muy buena para los cálculos y el arte. Cuando regresemos quiero que vaya a estudiar. Que se prepare para si algún día le falto ella pueda seguir con la empresa. Seguir innovando, seguir adelante sin mí. No qui
MinelaDespertar en los brazos del hombre que amo es como un sueño. Desde esta tarde seremos marido y mujer. Les juro que estoy emocionada. No puedo creerlo aún. Si un año atrás alguien me dijera que me iba a casar con un hombre maravilloso me le hubiera reído en su cara. Jamás pensé que mi vida cambiaria tanto. Aunque no niego que si lo soñé muchas veces en mi habitación.—Un beso por cada pensamiento tuyo. —dice Kolen llamando mi atención. Estaba espaciada mientras miraba su perfecto rostro. —Que te amo, que nunca pensé amar tanto a un ser como te amo a ti. —digo acercándome para besarlo. —Confieso que tampoco pensé que se pudiera amar de esta manera. —Kolen atrapa mis labios. Subo mis manos hasta su pecho para acariciarlo. Sus labios bajan por mi cuello. La noche de anoche fue increíble, luego que se fueron los invitados no entregamos como si no hubiera mañana. Con cada entrega nos juramos vivir el uno para el otro. Hoy solo nos casamos para las leyes, pero nuestras almas ya so
KolenMiro la hora en mi reloj de pulsera. Siento que voy a hacer un hoyo en la alfombra de la iglesia. Una hora lleva de retraso, una desesperante hora y ni sus luces. Salgo de la iglesia y veo la limusina frente a la iglesia estacionada. No entiendo nada, ¿Por qué si ya llegó no se ha bajado de esta? ¿Se habrá arrepentido? ¿Se habrá dado cuenta que no me ama lo suficiente para unir su vida a la mía? ¿Le habrá vuelto los miedos? Me esta raro que Milka tampoco haya bajado para avisarme de su decisión. Llego hasta el vehículo que se supone que encuentre a mi pequeña. El chofer baja de este. — ¿Dónde está Mikeila? —este se encoje de hombros y niega. —Conmigo solo se montó la señora Milka. —dice y frunzo mi ceño. Voy hasta la esposa de mi amigo. — ¿Dónde está Mikeila? —le pregunto y la veo negar con su mirada avergonzada. —La estoy esperando, por eso no he bajado. Norma nos dijo que habías enviado una limusina para cada una. Me montó en esta y allá la … — Milka sigue hablando, pero y
MinelaUna vez Vladlem dio instrucciones a sus hombres volvió a mi lado.— ¿Te sientes bien? —asiento— ¿Quieres ir a descansar? —niego.—No estoy cansada, si quieres ve tú. —digo tranquila, sería un gran logro que el muy estúpido me deje sola. Podría persuadir a alguno de los hombres o hasta la misma azafata para que le dé una razón a Kolen. Muero por saber cómo está. —Ni lo sueñes mi diosa, si voy a descansar usted ira conmigo, si despierto tú estarás a mi lado, si me baño me acompañaras a bañarme. Sin ti no voy a ningún lado. —suspiro cansada. Tengo que encontrar la manera de deshacerme de él. Es abrumador tanto acercamiento de su parte. ¿Será que él no se cansa de estar encima de mí? Me pregunto cuando siento sus labios en mi hombro descubierto. —Eres mi adicción, nunca me cansaré de tu olor, de tu piel, de tus labios. —expresa y siento repulsión al escucharlo. No sé si él no se da cuenta de lo que causa en mi o simplemente esta ciego. Su sola presencia es una tortura. —Vladlem