La razón no la entendía, por más que analizó la situación en su mente, para Joseph no hubo más respuestas que solo lo que un ser egoísta podía hacer.
Pero las palabras del padre de Keyla aún le causaban esa fisura en su pecho, aún tenían un poder extraño que ella también percibió al verlo apretar los dedos en el volante.Miró a la mujer a su lado y aunque claramente tenía algunas diferencias en su físico, era ella. Era la misma chica que le hacía problema por todo años atrás.No, en realidad estaba más hermosa. Algo distinto pero no supo qué, solo que su belleza era mucha más. Su corazón se aceleró, pero había algo peligroso en ello que creyó extinto y ahora...__ ¿Vamos a algún lado en especial? - se atrevió a preguntar, sacándolo de su ensimismamiento. Este aclaró su voz.__ ¿Alguno que creas sea especial? - preguntó él.__ No sé. Yo voy a los parques, son más...__ Naturales. - completó Joseph por ella, la chica giró a verlo y no entendió cómo supo lo que diría. No podía leer mentes ¿verdad?...¿verdad?__ Lo repetías todo el tiempo. - aclaró él.Keyla quiso decir algo más, poder entender a qué se refería cuando le hablaba de un pasado donde convivieron, pero en su mente hubo un click, algo que la hizo llevarse la mano a la cabeza, algo que en lugar de ser un alivio fue un martirio.__ ¿Que ocurre? - preguntó Joseph con preocupación.__ Detente....por favor, detente. - pidió ella y Joseph no tardó en hacerlo dándole el tiempo de que ella saliera a un lado de la autopista, inhaló y exhaló como la psicóloga le enseñó.Recordó lo que debía hacer, pero aún todo junto no ayudó.Su cabeza dolía más, su pecho se movió con fuerza y sus labios temblaron al no poder decir lo que sentía. Sus piernas no la sostuvieron como debían y cuando se doblaron...__ Keyla, mírame. - la voz ronca y firme de Joseph la dejaron sin respirar, a la vez que la sostuvo de los hombros para que no cayera - Estás teniendo una ataque de pánico. Pero mírame.Ella obedeció, los ojos profundos de ese hombre la hicieron contener lo que en su pecho vibró.__ Fíjate en lo que hago y repítelo. - la orden fue clara y en cada vez que él llenó sus pulmones de aire, ella también lo hizo. Sin despegar los ojos del desconocido, realizó cada acción que vio, hasta que sus latidos se normalizaron al punto de no sentir su pecho apretado.Solo al verla bien Joseph la soltó, indicando que lo haría, dando un paso hacia atrás.__ ¿Mejor? - preguntó y ella movió la cabeza en señal de afirmación. - Bien, tengo agua.Vio la duda en si separarse de ella o no, sabía que podía intentar escapar de nuevo.__ No me iré, no podría correr. - dijo ella con la voz entrecortada.Él aún dudó, pero necesitaba verla bien por lo que fue por la botella con agua que le entregó sin tapa. Hidratar su garganta le fue de ayuda, sin embargo aún tenía muchas dudas y pensó que si se ponía a exponerlas frente a ese desconocido, entraría en otro ataque.__ ¿Como es que estás viva? - la pregunta que salió de la boca de Joseph la dejaron congelada. Ya la había escuchado muchas veces en esas pocas horas y ella tampoco entendió nada.Pero por más que se lo preguntara, su voz no salió.__ Yo te vi ahí... con... él me dijo...- Joseph se ofuscó, estaba enojado, con todos, consigo mismo y con todo aquel que llegara a su mente.Aún tenía en la cabeza como aquel día el padre de Keyla lo culpó a él y a Sara de la muerte de su hija. Recalcó que por querer estar con ellos, había muerto y tantas veces esa palabra crearon en él un bloqueo que duró meses en donde recuperarse fue un proceso difícil.__ Keyla, te vi. Te atacó, te disparó y...__ ¿Como sabes que soy a quién buscas? Quizá solo me parezco físicamente a esa persona y...__ No, no podría confundirte jamás. - le aseguró el mafioso. - Esto es tuyo. Esto me lo diste tú días antes que me atacaran antes de que...Sacó el collar que tenía un medallón de un símbolo celta en metal. Eso la congeló, negó con su cabeza, quedándose sin habla al descubrir que ese símbolo que ella recordaba en sueños estaba frente a ella.No lo alucinó. Su padre le dijo que era algún sueño, él también...__ ¿Te lo di yo? - preguntó y Joseph asintió. - No es posible... no puede ser posible. Esto tiene que ser una especie de...__ Keyla, no te miento. Tú y yo nos conocemos desde hace años. Cuando Sara se casó con mi hermano tu la acompañaste en todo momento, viviste en nuestra casa, cuidaste a tu sobrino, jugaste ajedrez con mi abuelo.Cada cosa que escuchó le pareció tan irreal que era como si fuera otra persona de quién hablaban. Ella no conocía a esa mujer que llamaban Sara, no tenía ningún sobrino y tampoco intentó jugar ajedrez nunca.Al menos esos cinco años que estuvo en España no hizo, mi vivió nada de esas cosas y le estaban diciendo que sí.¿Como debía tomarlo? ¿Aceptarlo como si nada?No podía ser cierto, si eso era verdad, entonces significaba que...__ No, yo necesito hablar con...__ ¿Donde estuviste estos años? - le preguntó Joseph. - Porque si estuviste en esta ciudad significa que pude haber...__ Yo viví en Madrid cuatro años...con... necesito una píldora. - buscó en su bolsillo. Siempre las llevaba ahí, pero cuando buscó se dió cuenta que las había perdido.La desesperación llegó. Solo esas píldoras podían calmarla y relajar su cuerpo para no sentir que se ahogaría. La presión en su pecho comenzó de nuevo, sus pulmones ardieron y cuando tocó su garganta Joseph entendió que estaba teniendo otro ataque.Era un tontería lo que iba a hacer, pero recordó que le dijeron en broma que funcionaba, no perdía mucho si lo intentaba.Sin prever nada Keyla sintió los labios de aquel desconocido sobre los suyos. Apoderándose de su boca como si los conociera más que ella, porque su cuerpo comenzó a relajarse al sentir aquel beso tan necesitado, lo más extraño del caso era que esa necesidad también iba de su parte.Como si su cuerpo reconociera a ese desconocido.Keyla se vió confundida ante lo que sentía, pero continuó el beso que le dió un tipo de placer al sentirse tan deseada por ese hombre gigante que perdió el control de sus acciones, siendo ella quien profundizó aún más el beso. La lengua del mafioso entró a su cavidad y ella gimió contra su boca al tiempo que Joseph la elevó con un solo brazo para tenerla como tanto deseó. Su Keyla, esa era su Keyla. Ese beso era suyo. Como tantos que hubieron antes. Necesitado. Urgido y lleno de esa sensación de tener el mundo en una sola mano. De un momento a otro la chica cayó en cuenta de lo que sucedía y se alejó de inmediato. Sus ojos se explayaron con rapidez y su voz se perdió. __ ¿Ves? - le dijo Joseph. - Tu cuerpo sabe quién soy. __ No, esto solo...fue un impulso. - se defendió haciendo que la bajara, viendo que estaba a su altura y eso la asustó. - Solo una reacción del...__ ¿Porqué te cuesta entenderlo? Tú cuerpo lo siente, tu corazón te lo grita y tú ya crees que algo está mal con e
Joseph no dejó de verla durante el trayecto que ambos hicieron dentro del auto, ella le dió una dirección y este tenía motivos muy grandes para no desear llegar rápido.¿La dejaría ahí? No quería separarse de ella, sintió que podía perderla de nuevo, por ello frenó antes de llegar a la propiedad señalada.__ ¿Porque confías en mí? - le preguntó en cuanto el vehículo se detuvo. - Puedo estar diciendo mentiras, pero tú me llevas directo a tu casa. Keyla entendió la desconfianza. Pero aunque para él era una duda, en ella se volvió todo lo que cubrió su cabeza.__ ¿Que tanto confié en tí antes? - esperó una respuesta positiva, una sin tantas vueltas. __ Nunca confiaste en mí. - Joseph miró al frente, con esa mirada profunda pasando el camino que tenía frente a él. - Y no sabes cuánta razón tenía para no hacerlo. __ ¿Me estás diciendo que desconfíe? - cuestionó con incredulidad. - ¿No debería ser al contrario? __ Volverte a ver revolucionó todo, Keyla. - contestó el mafioso. - No piens
«Mami»La palabra retumbó en el pecho de Joseph, golpeó de una forma que nunca antes creyó probar. «Mami» El niño movió su rostro y sus ojos amarillos impactaron contra los del mafioso que lo vio una segunda vez y ese orificio comenzó a sangrar en su pecho. __ Baja la jodida arma. - dijo Samuel con el brazo firme en contra del hombre que sostenía a su suegro. - Una vez más por si no...__ ¿Mami? - preguntó del mismo modo, sin darle importancia a ser el objetivo de todos ellos. - Keyla...__ Keyla, vete a la habitación. - ordenó el Comisionado con severidad. __ No le dispares. - suplicó ella. Pero no le pusieron el alías de "el lobo" por nada. __ Vete a la habitación. - para Joseph ver cómo esta le dió una última mirada fue como la confirmación que necesitó para terminar de maldecir a todos porque tuvo que darse cuenta que siempre tuvo su jodido y se lo dejó quitar. __ No me iré. Déjalo ir primero. - contestó ella con firmeza. __ ¿Me estás desafiando? - le preguntó incrédulo, pue
El auto salió de la propiedad mientras la oscuridad comenzó a caer, Keyla vio la ventana mientras su hijo quería saber porqué se mudarían de nuevo.Una pregunta que ella no pudo responder ya que desde que tenía memoria su padre se encargó de decirle que ella era la hija perfecta, algo que ella quiso mantener así. No hacer preguntas, su madre seguía de viaje, pues según ella era la única forma de mantenerse cuerda. Pero había un rechazo para su hijo en sus gestos.Imaginó que era porque le llamara abuela, porque la relación con su yerno era incluso mejor que la suya. Miró por el retrovisor y ya no supo que pasaría. Ni siquiera podía decir que si la llamaba Linda White, su madre respondería. Así que no podía decir que ella despejaría sus dudas. Joseph por su parte entró a territorio impregnado de cámaras de vigilancia, estas se activaban con el movimiento, así que tuvo que hacer uso de algunos bloqueadores para poder hacerlo.No necesitaba de más que su deducción para saber cuál era l
__ Hola, Mateo. - saludó Joseph con una sonrisa cálida hacia el pequeño que su madre llevó a su pecho. __ Hola. - respondió el pequeño como si nada. - ¿Él vendrá con nosotros? __ No, campeón. Ustedes vendrán conmigo. - aclaró el mafioso para él, mientras Keyla lo acribilló con los ojos. - Bueno, eso sí no muero en el intento. La chica quiso golpearlo al verlo tomar todo con humor.__ ¿Tienes sangre en las manos? - preguntó el niño con los ojos fijos en ese sitio. __ ¿Te da miedo? - preguntó y este negó levemente. - Pero no lo es, solo quise pintar un poco y se derramó todo. __ A mí me gusta pintar. - dijo el niño siendo muy abierto con sus emociones para Joseph. - Traje acuarelas para terminar de pintar. Como si fuera un día o momento adecuado el niño no prestó atención al llamado de su madre y solo se concentró en mostrarle a Joseph lo que había hecho. El hombre se puso de cuclillas y tomó el cuadro donde el niño tenía líneas disparejas con distintos tonos, al principio creyó q
Gálata Zurbriggen entró al edificio donde sabía habían hecho todos los cambios que solicitó antes de aceptar. Todo el equipo que necesitaba estaba en el piso superior de esa edificación. Revisó que cada uno estuviera en perfectas condiciones, anotando en su tablero lo que iba a usar en cuanto llegara la paciente que le dijeron necesitaba de sus servicios. Braulio miró la hora y pensó que estaban tardando mucho, pero no pasó ni cinco minutos para que las puertas del elevador se abrieran dejando ver a Keyla, quien caminó a la par de Joseph y su hijo, de quién no iba a separarse. Vieron al hombre que estaba de pie con la mirada en el reloj y sintió que lo había visto en algún otro lugar. Con tanto para descubrir, sabía que no tardaría en saber si era o no cierto lo que pensó. Muy acertado, pues la sorpresa que vio en él le confirmó que la conocía. __ Sé lo que ocurre. - dijo manteniendo su distancia. - Pero quiero que sepas que me llena de alegría saber que estás aquí. - puso sus ma
Keyla se reprochó el haberlo hecho, pues se suponía que ella tenía un esposo al cual se le dijo debía respetar tanto como para no pensar en nadie más, pero no podía negar que ese beso representó un antes y un después en ella. Sintió la adrenalina del momento, como podía contar con que Joseph la seguiría en sus acciones. Como si el actuar suyo, fuera el motor del mafioso. Pero nada alejado de la realidad. Para Joseph ver la versión de Keyla que lo reclamó como si fuera de su pertenencia, le causó dilemas claramente porque no era de gustarle dar escenas tan faltas de...pero no negó que la fascinación por ella creció. Esa era la Keyla que le importaba poco el resto del mundo con tal de obtener lo suyo y él disfrutaba ver de primera mano que fuera así. __ Los Duque quieren una reunión conmigo. - dijo Leonardo llegando a su despacho. - ¿Sabes que buscan ahora? Joseph soltó un bufido.__ De seguro joder con lo de la niña esa. - respondió sin más. - Justo era esa la razón por la que no
Sara acompañó a Keyla en esa visita a Gálata, quien comenzó su proceso enfocado en limpiar la sangre de la chica como una vez lo hizo con un Crown más, años antes, pues aún recordaba al malhumorado que tuvo que aguantar y descansó cuando ninguno de los dos se vio más.Pero con Keyla se llevaba bien. Colaboró con ella, pero más que todo, la hizo aprender más de esa creación que quería saber que más podía hacer. __ Terminamos por hoy. - dijo Gálata casi tres horas después. Sara se quedó sentada frente a la camilla, mientras Keyla se recuperó de los mareos que le causaba ese procedimiento. __ Tú tenías un novio - preguntó Keyla. - Antes de tu marido. Byron...algo, su apellido no lo...__ Es primera vez que escuchar ese nombre me gusta escuchar ese nombre. - celebró Sara. - Es un desagradable tipo, pero ¡Lo recordaste! Esto está funcionando, eso es bueno. Solo no lo repitas frente a Leonardo porque de seguro lo envía al polo Norte como a... olvídalo. - se centró en lo importante. - Deb