Keyla se reprochó el haberlo hecho, pues se suponía que ella tenía un esposo al cual se le dijo debía respetar tanto como para no pensar en nadie más, pero no podía negar que ese beso representó un antes y un después en ella. Sintió la adrenalina del momento, como podía contar con que Joseph la seguiría en sus acciones. Como si el actuar suyo, fuera el motor del mafioso. Pero nada alejado de la realidad. Para Joseph ver la versión de Keyla que lo reclamó como si fuera de su pertenencia, le causó dilemas claramente porque no era de gustarle dar escenas tan faltas de...pero no negó que la fascinación por ella creció. Esa era la Keyla que le importaba poco el resto del mundo con tal de obtener lo suyo y él disfrutaba ver de primera mano que fuera así. __ Los Duque quieren una reunión conmigo. - dijo Leonardo llegando a su despacho. - ¿Sabes que buscan ahora? Joseph soltó un bufido.__ De seguro joder con lo de la niña esa. - respondió sin más. - Justo era esa la razón por la que no
Sara acompañó a Keyla en esa visita a Gálata, quien comenzó su proceso enfocado en limpiar la sangre de la chica como una vez lo hizo con un Crown más, años antes, pues aún recordaba al malhumorado que tuvo que aguantar y descansó cuando ninguno de los dos se vio más.Pero con Keyla se llevaba bien. Colaboró con ella, pero más que todo, la hizo aprender más de esa creación que quería saber que más podía hacer. __ Terminamos por hoy. - dijo Gálata casi tres horas después. Sara se quedó sentada frente a la camilla, mientras Keyla se recuperó de los mareos que le causaba ese procedimiento. __ Tú tenías un novio - preguntó Keyla. - Antes de tu marido. Byron...algo, su apellido no lo...__ Es primera vez que escuchar ese nombre me gusta escuchar ese nombre. - celebró Sara. - Es un desagradable tipo, pero ¡Lo recordaste! Esto está funcionando, eso es bueno. Solo no lo repitas frente a Leonardo porque de seguro lo envía al polo Norte como a... olvídalo. - se centró en lo importante. - Deb
__ ¿Puedo tener un cachorro? - preguntó Mateo, Keyla creyó que se lo había dicho a ella, pero en realidad era a Leonardo, quien vio a los tres rottweiler de seis meses que tenía a un lado. - Es que quiero uno. __ Hijo, no. Esos cachorros son de...__ ¿Papi puedes darle uno? - intervino Adelina con esos ojos que volvían a Leonardo fan de sus pestañeos. - Anthony y yo ya se lo dimos, pero Mateo quiso pedirte permiso. Para Leonardo era una decisión decirle no a su hija, pero también el tener que regalar uno de sus perros pequeños lo era. __ Iremos por uno a...__ ¿Crees que puedes cuidarlo? - le preguntó dandose por vencido al ver que los tres lo veían con cara de ciervos. Eran uno manipuladores juntos, pues planearon que hacer en caso de que este dijera que no.__ ¡Sí puedo! - dijo Mateo rápidamente. - Sé la hora en que comen, los puedo bañar y que deben salir a correr. __ Con eso demuestra que sí es hijo de Joseph. - dijo Leonardo al verlo prestar interés en todo cuánto le convenía
Para Joseph solo había un objetivo fijo, ignorando lo que otros querían "recuperar", en su versión iba a llegar más allá de lo que otros lo hicieron antes.No era de iniciar pleitos que representaran pérdidas, pero en ese instante solo pensó en que esas armas eran necesarias en su familia y que aquellos que las tenían, en caso de revisarlas descubrirían lo poderosas que eran en verdad. Miró los planos en donde revisó lo que tenía alrededor dicha propiedad. Los Daemons eran conocidos por ser independientes, pero también como territoriales, así que no era difícil cual era ese sitio escogido para mantener asegurado lo incautado.Samuel no dejó de escuchar lo que Nadia comenzó a relatar, Hernán supo que si ella dejaba de tomar el medicamento todo regresaría y tenía información de ellos dos que podría hacerlos meterse en problemas.Al principio solo se trató de recuperar a su hija, a la Keyla que junto a su esposa tuvieron, pero que Linda White ahora no quería que la vieran ligada a ella
Había que ser realmente valiente o muy estúpido para creer que un equipo, por muy preparado que estuviera, podría con tantos hombres dispuestos a dar la vida por sus señores. Pero eso lo que realmente creía Samuel. Pues cuando se dispuso a ir por su esposa creyó que ese equipo que él creó, le serviría para intimidar a una familia entera. Sin ponerse a pensar que dicha familia, incluso el más pequeño de ellos sabía cómo defenderse. A Leonardo nada podría intimidarlo, vio todo con desinterés, apoyando los brazos desde el barandal del comedor el cual le daba la vista total de todo cuanto hubiera lejos de su lugar. __ Hice una pregunta, no creo que deba repetirla. - masculló Samuel con enojo al verse ignorado y no lograr lo que para él era una orden que el mundo debía sí o sí cumplir. __ Repítela todo lo que gustes, tengo poco tiempo. - dijo Joseph dándole la espalda al ver la actitud demandante que este tomó. __ Es mi hija, tengo derecho a llevármela. - dijo Hernán apoyando a su yern
El florero se hizo añicos al golpear la pared, los cristales rotos se esparcieron por el piso y el humor se Samuel no mermó, estaba furioso, con dos dilemas que debía resolver en la cabeza. Keyla no estaba en donde debía, aún no pudo comunicarse con el crucero, pero se pudo dar cuenta que estos si siguieron la ruta que dispuso, sería para tenerla en ese lugar. Envió a una parte de los Daemons a encontrarlos, pero estos en bote, para no avisar de su presencia tardarían al menos dos días en alcanzarlos según su estudio. Lo peor del caso fue la perdida del equipo conseguido. Ni siquiera pudo ponerle las manos encima para saber que tan importantes o copiables eran, ese era su enfado también.__ Cálmate, Samuel. - le dijo Hernán viendo que los dos sujetos que esperaban por nuevas órdenes. Cray, aunque no era de seguir órdenes, actuaba conforme su equipo lo hacía y estos dijeron que al tener éxito en ese trabajo, tendrían mayores beneficios, David por su parte estaba harto de eso. No pud
Joseph estuvo a punto de mandar a todos al demonio. Su enojo daba para que incluso sus hermanos se preocuparan de lo que podía hacer y causar.Pero se contuvo. Sí de algo careció, no era control. Lo dominó a la perfección, frotó su barbilla con fiereza y se permitió pensar. Cabeza fría, se dijo. Eso era lo que necesitaba realmente, no quedarse pensando en que la había perdido se nuevo. Porque no era así, no fue una pérdida si sabía tomar eso como una opción. Una muy buena opción, salvo que no pudo dejar de pensar en lo maldit@ que era su mente por llevarle recuerdos que no quería. Pues lo llevó a experimentar lo mismo que tuvo años antes. __ Esto es necesario. - dijo Marcelo y él lo acribilló con la mirada. __ No me hables en este momento, tío. Me vale un caraj0 lo necesario que sea, no lo consideré jamás y vienes tú a meter las narices. - se enojó con él. - No sabes cuánto deseo...__ Deja el drama, si piensas que fallará, te falta confianza en ella. - lo hizo ver__ No recuerda
Mientras todos disfrutaban del banquete que los Conrad prepararon para sus invitados, Adrián dejó en clara evidencia lo superior que era su apellido frente al de cualquiera, pues muchos se acercaron a él en lugar de quedarse a charlar con los hermanos Conrad. Los Emmons o los Crown siempre eran aclamados a todo sitio que asistían resaltaban o no brillaban por su ausencia. Una muy notable, viéndose reflejada en la pregunta que Adrián evadió cuando uno de los invitados cuestionó sobre haber visto a Joseph ahí y haber desaparecido por completo. Adrián disimuló, pues lo vio moverse por el pasillo de vislumbró al frente, viendo a Samuel quien se reía con su copa siendo llenada por misma orden de Joseph mientras él se adueñó de lo que el lobo del ejército presumió era suyo. La puerta fue asegurada y ahora lo único que pudo percibirse fue el ambiente lleno de lujuria, deseo, ansias y esa absurda necesidad de detener el momento como si ninguno quisiera separarse del otro. Las manos del maf