Capítulo 5

Keyla se vió confundida ante lo que sentía, pero continuó el beso que le dió un tipo de placer al sentirse tan deseada por ese hombre gigante que perdió el control de sus acciones, siendo ella quien profundizó aún más el beso.

La lengua del mafioso entró a su cavidad y ella gimió contra su boca al tiempo que Joseph la elevó con un solo brazo para tenerla como tanto deseó. Su Keyla, esa era su Keyla.

Ese beso era suyo. Como tantos que hubieron antes. Necesitado. Urgido y lleno de esa sensación de tener el mundo en una sola mano.

De un momento a otro la chica cayó en cuenta de lo que sucedía y se alejó de inmediato.

Sus ojos se explayaron con rapidez y su voz se perdió.

__ ¿Ves? - le dijo Joseph. - Tu cuerpo sabe quién soy.

__ No, esto solo...fue un impulso. - se defendió haciendo que la bajara, viendo que estaba a su altura y eso la asustó. - Solo una reacción del...

__ ¿Porqué te cuesta entenderlo? Tú cuerpo lo siente, tu corazón te lo grita y tú ya crees que algo está mal con esto porque no te miento, Keyla. - la tomó de rostro. - No te miento.

__ Es que no puede ser. - se alejó de él. - ¿Como pretendes que te crea eso? ¡No puedo!

La alteración nació en su pecho.

__ Mi familia no pudo mentirme. Ellos...mi padre dijo que me asaltaron. - explicó desesperada. - Él dijo que Samuel me encontró, que me ayudó y...¡No, no puede ser!

__ Escúchame, pequeña. - acunó su rostro. - No te asaltaron. Te atacaron porque tenían secuestrada a Sara y a nosotros querían matarnos, te quisieron hacer hablar para que dijeras dónde estábamos nosotros, pero a pesar de que lo sabías no lo hiciste. - necesitaba que le creyera, por ello continuó. - Te golpearon cuando no colaboraste con ellos, ese malnacido te lastimó y disparó al igual que a...

__ Ryan. - dijo ella dejando estupefacto a Joseph. - Recuerdo que dije ese nombre un día que soñé que estaba siendo golpeada por un tipo con... tenía tatuajes...el tenía un tatuaje de águila en el cuello y...

Dejó de hablar al darse cuenta que no había sido una pesadilla. Eran sus recuerdos los que comenzaron a llegar y se detuvieron de un momento a otro.

No soñaba con que la atacaron. Recordó como fue atacada.

__ ¿Quien es Ryan? - preguntó.

__ Es nuestro consejero. - exclamó Joseph. - Estabas con él al momento de ser atacada. Él quiso ayudar, pero también le dispararon y estuvo a punto de morir.

__ Una mujer...ella tenía un vestido blanco con... tenía un gafete con...

__ Por su culpa te atacaron. - reveló Joseph. - Esa asistente inútil habló lo que no tenía que decir y te afectó.

__ ¿Donde está? Quiero saber si todo esto es verdad, necesito que alguien más me diga que esto no es una alucinación de mi parte sino...

__ Sara puede corroborar todo. - afirmó el mafioso.

__ Entonces llévame con ella. - pidió - Necesito que me den pruebas de que esto es verdad, que no...

__ Iremos. - le dijo él. - Pero ¿de verdad noe recuerdas?

Ella miró ese brillo en los ojos de ese hombre que le recordó que había alguien más que lo tenía también, suspiró y supo que no podía negar que habían demasiadas pruebas que le demostraban que el no estaba mintiendo.

Pero ¿como aceptarlo de un momento a otro?

No podía. Se volvería loca con tanto. Era mucho para solo unas horas.

__ Iremos con Sara. - aseguró este abriendo la puerta.

Ella iba a entrar hasta que detuvo sus movimientos de un momento a otro.

__ No puedo ahora.- dijo con temor. - Irian por mí al evento. A tu boda. - le recordó.

__ Si me dejas explicar eso, creo que...

__ Es que no lo quiero. - contuvo el llanto. - No habría porqué reclamar si yo... yo estoy...

__ ¿Estás que? - cuestionó al verla tan nerviosa.

El tiempo había pasado para ella. No era como para él o quizá sí porque también iba a casarse, pero por algún motivo se ponía nerviosa al tener que aceptar frente a él que ella tenía un...

__ ¿Estás qué, pequeña? - insistió el mafioso, queriendo saber porque se vería así. No quiso crearse ideas en la cabeza, pero...

__ Estoy casada. - reveló con la voz en un hilo. Joseph creyó haber escuchado mal, pero no era así, estaba lúcido, tenía el oído muy sano y ella se veía realmente preocupada. - Me casé hace cuatro años con...

__ ¿Que? - si Keyla tenía el corazón a punto de estallar, con la mirada de molestia que le dedicaron creyó que necesitaría de un tanque de oxígeno para seguir viviendo.

__ Yo me...

__ No repitas eso. - se exaltó el hombre. - ¿Como es que...

__ Mi padre dijo que él era mi prometido cuando salí del hospital. Me visitó todos los días, me dijo que era el...no sé, solo pensé que al creerme todo sería más fácil y yo...me casé con él.

La explicación no dio ninguna buena sensación a Joseph, quien aún al entender que ella solo siguió su vida, una vida que le trazaron, no podía aceptarlo así como así.

Le arrebataron años con ella. Keyla aún no lo recordaba. La mujer que creyó muerta por cinco años estaba frente a él, que estuvo a punto de casarse minutos antes, y ahora ¿Keyla se casó?

No podía ser verdad. Pareció como un cuento mal hecho, pero si para él era un trabajo casi imposible el creer eso, para la chica lo era aún más porque toda su vida esos años, era una mentira.

Pero no lo sintió así.

Porque aún después de que su matrimonio no era lo que esperó, se rigió sobre su vida y...

__ Voy a arreglar esto. - dijo Joseph decidido a que reclamaría lo que tanto le hicieron pensar durante años.

__ Es que mi esposo es...

__ No te refieras a él como eso, porque no lo es. - enfatizó con enojo. - Solo es un maldit0 que...

Guardó la calma, debía ver la forma de que todo eso fuera solucionado.

Pero si oir que Keyla estaba casada le dio una estocada fuerte, la chica pensó y repasó en su mente una forma, no tan directa o impulsiva de poder decirle que...

¿como se lo diría?

Sus ojos también los tenía su...

No, primero debía confirmar que no estaba siendo engañada por él, no podía soltar una verdad tan grande como esa si aún dudaba que eso fuera verdad y no una broma de alguien más. Aunque todo sonara tan convincente.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo