__ Hola, Mateo. - saludó Joseph con una sonrisa cálida hacia el pequeño que su madre llevó a su pecho. __ Hola. - respondió el pequeño como si nada. - ¿Él vendrá con nosotros? __ No, campeón. Ustedes vendrán conmigo. - aclaró el mafioso para él, mientras Keyla lo acribilló con los ojos. - Bueno, eso sí no muero en el intento. La chica quiso golpearlo al verlo tomar todo con humor.__ ¿Tienes sangre en las manos? - preguntó el niño con los ojos fijos en ese sitio. __ ¿Te da miedo? - preguntó y este negó levemente. - Pero no lo es, solo quise pintar un poco y se derramó todo. __ A mí me gusta pintar. - dijo el niño siendo muy abierto con sus emociones para Joseph. - Traje acuarelas para terminar de pintar. Como si fuera un día o momento adecuado el niño no prestó atención al llamado de su madre y solo se concentró en mostrarle a Joseph lo que había hecho. El hombre se puso de cuclillas y tomó el cuadro donde el niño tenía líneas disparejas con distintos tonos, al principio creyó q
Gálata Zurbriggen entró al edificio donde sabía habían hecho todos los cambios que solicitó antes de aceptar. Todo el equipo que necesitaba estaba en el piso superior de esa edificación. Revisó que cada uno estuviera en perfectas condiciones, anotando en su tablero lo que iba a usar en cuanto llegara la paciente que le dijeron necesitaba de sus servicios. Braulio miró la hora y pensó que estaban tardando mucho, pero no pasó ni cinco minutos para que las puertas del elevador se abrieran dejando ver a Keyla, quien caminó a la par de Joseph y su hijo, de quién no iba a separarse. Vieron al hombre que estaba de pie con la mirada en el reloj y sintió que lo había visto en algún otro lugar. Con tanto para descubrir, sabía que no tardaría en saber si era o no cierto lo que pensó. Muy acertado, pues la sorpresa que vio en él le confirmó que la conocía. __ Sé lo que ocurre. - dijo manteniendo su distancia. - Pero quiero que sepas que me llena de alegría saber que estás aquí. - puso sus ma
Keyla se reprochó el haberlo hecho, pues se suponía que ella tenía un esposo al cual se le dijo debía respetar tanto como para no pensar en nadie más, pero no podía negar que ese beso representó un antes y un después en ella. Sintió la adrenalina del momento, como podía contar con que Joseph la seguiría en sus acciones. Como si el actuar suyo, fuera el motor del mafioso. Pero nada alejado de la realidad. Para Joseph ver la versión de Keyla que lo reclamó como si fuera de su pertenencia, le causó dilemas claramente porque no era de gustarle dar escenas tan faltas de...pero no negó que la fascinación por ella creció. Esa era la Keyla que le importaba poco el resto del mundo con tal de obtener lo suyo y él disfrutaba ver de primera mano que fuera así. __ Los Duque quieren una reunión conmigo. - dijo Leonardo llegando a su despacho. - ¿Sabes que buscan ahora? Joseph soltó un bufido.__ De seguro joder con lo de la niña esa. - respondió sin más. - Justo era esa la razón por la que no
Sara acompañó a Keyla en esa visita a Gálata, quien comenzó su proceso enfocado en limpiar la sangre de la chica como una vez lo hizo con un Crown más, años antes, pues aún recordaba al malhumorado que tuvo que aguantar y descansó cuando ninguno de los dos se vio más.Pero con Keyla se llevaba bien. Colaboró con ella, pero más que todo, la hizo aprender más de esa creación que quería saber que más podía hacer. __ Terminamos por hoy. - dijo Gálata casi tres horas después. Sara se quedó sentada frente a la camilla, mientras Keyla se recuperó de los mareos que le causaba ese procedimiento. __ Tú tenías un novio - preguntó Keyla. - Antes de tu marido. Byron...algo, su apellido no lo...__ Es primera vez que escuchar ese nombre me gusta escuchar ese nombre. - celebró Sara. - Es un desagradable tipo, pero ¡Lo recordaste! Esto está funcionando, eso es bueno. Solo no lo repitas frente a Leonardo porque de seguro lo envía al polo Norte como a... olvídalo. - se centró en lo importante. - Deb
__ ¿Puedo tener un cachorro? - preguntó Mateo, Keyla creyó que se lo había dicho a ella, pero en realidad era a Leonardo, quien vio a los tres rottweiler de seis meses que tenía a un lado. - Es que quiero uno. __ Hijo, no. Esos cachorros son de...__ ¿Papi puedes darle uno? - intervino Adelina con esos ojos que volvían a Leonardo fan de sus pestañeos. - Anthony y yo ya se lo dimos, pero Mateo quiso pedirte permiso. Para Leonardo era una decisión decirle no a su hija, pero también el tener que regalar uno de sus perros pequeños lo era. __ Iremos por uno a...__ ¿Crees que puedes cuidarlo? - le preguntó dandose por vencido al ver que los tres lo veían con cara de ciervos. Eran uno manipuladores juntos, pues planearon que hacer en caso de que este dijera que no.__ ¡Sí puedo! - dijo Mateo rápidamente. - Sé la hora en que comen, los puedo bañar y que deben salir a correr. __ Con eso demuestra que sí es hijo de Joseph. - dijo Leonardo al verlo prestar interés en todo cuánto le convenía
Para Joseph solo había un objetivo fijo, ignorando lo que otros querían "recuperar", en su versión iba a llegar más allá de lo que otros lo hicieron antes.No era de iniciar pleitos que representaran pérdidas, pero en ese instante solo pensó en que esas armas eran necesarias en su familia y que aquellos que las tenían, en caso de revisarlas descubrirían lo poderosas que eran en verdad. Miró los planos en donde revisó lo que tenía alrededor dicha propiedad. Los Daemons eran conocidos por ser independientes, pero también como territoriales, así que no era difícil cual era ese sitio escogido para mantener asegurado lo incautado.Samuel no dejó de escuchar lo que Nadia comenzó a relatar, Hernán supo que si ella dejaba de tomar el medicamento todo regresaría y tenía información de ellos dos que podría hacerlos meterse en problemas.Al principio solo se trató de recuperar a su hija, a la Keyla que junto a su esposa tuvieron, pero que Linda White ahora no quería que la vieran ligada a ella
Había que ser realmente valiente o muy estúpido para creer que un equipo, por muy preparado que estuviera, podría con tantos hombres dispuestos a dar la vida por sus señores. Pero eso lo que realmente creía Samuel. Pues cuando se dispuso a ir por su esposa creyó que ese equipo que él creó, le serviría para intimidar a una familia entera. Sin ponerse a pensar que dicha familia, incluso el más pequeño de ellos sabía cómo defenderse. A Leonardo nada podría intimidarlo, vio todo con desinterés, apoyando los brazos desde el barandal del comedor el cual le daba la vista total de todo cuanto hubiera lejos de su lugar. __ Hice una pregunta, no creo que deba repetirla. - masculló Samuel con enojo al verse ignorado y no lograr lo que para él era una orden que el mundo debía sí o sí cumplir. __ Repítela todo lo que gustes, tengo poco tiempo. - dijo Joseph dándole la espalda al ver la actitud demandante que este tomó. __ Es mi hija, tengo derecho a llevármela. - dijo Hernán apoyando a su yern
El florero se hizo añicos al golpear la pared, los cristales rotos se esparcieron por el piso y el humor se Samuel no mermó, estaba furioso, con dos dilemas que debía resolver en la cabeza. Keyla no estaba en donde debía, aún no pudo comunicarse con el crucero, pero se pudo dar cuenta que estos si siguieron la ruta que dispuso, sería para tenerla en ese lugar. Envió a una parte de los Daemons a encontrarlos, pero estos en bote, para no avisar de su presencia tardarían al menos dos días en alcanzarlos según su estudio. Lo peor del caso fue la perdida del equipo conseguido. Ni siquiera pudo ponerle las manos encima para saber que tan importantes o copiables eran, ese era su enfado también.__ Cálmate, Samuel. - le dijo Hernán viendo que los dos sujetos que esperaban por nuevas órdenes. Cray, aunque no era de seguir órdenes, actuaba conforme su equipo lo hacía y estos dijeron que al tener éxito en ese trabajo, tendrían mayores beneficios, David por su parte estaba harto de eso. No pud