Siete años antes… Me tiemblan las manos mientras tengo la prueba de embarazo entre ellas. La paciencia se me agota a cada minuto que pasa, esperando el resultado el resultado que no llega. Tanner está del otro lado de la puerta. No sé si nervioso a causa del miedo o de la emoción, pero sea como sea, el resultado es algo que puede cambiar nuestras vidas para siempre. Los condones y las pastillas anticonceptivas no son infalibles, y aunque hemos estado teniendo sexo por todo un año sin el menor riesgo a la vista, no significa que este momento nunca pudiera llegar. La minúscula presencia de mi periodo también es algo que me ayudaba a pensar que esto no iría a más, pero por el cómo me he estado sintiendo últimamente… no lo sé, una prueba no le hace daño a nadie. Respiro hondo cuando el temporizador llega a su fin, y con cuidado le doy la vuelta al aparato en mi mano, observando la pantalla en la que… solo hay una línea. No hay bebé. No sé exactamente cómo sentirme, pero me lavo las
Actualidad…Cuando termino de vestirme y me miro en el espejo, intento recordarme que todo lo que habría podido salir mal ya lo hizo.Ayer fui de nuevo a buscar plaza en una universidad y al parecer, la mancha sigue intacta.Sé que debería dejarlo estar, centrarme en otra cosa, pero no puedo. Solo pienso una y otra vez en las cosas que pude haber hecho diferente, en qué habría pasado si hablaba sin permiso y exponía mi caso, si hubiera ido a los noticieros a contar la injusticia, pero siempre llego a la misma conclusión: no habría podido hacerlo.Respiro hondo mientras intento sonreír. Un pequeño ejercicio que hago todas las mañanas porque me recuerda que soy la única capaz de poner una sonrisa en mi rostro y por lo tanto de quitarla.Me recuerdo que podría estar peor, que podría estar viviendo en la calle y me recuerdo, sobre todo, que pronto estaré tomando las riendas de mi vida y que nadie podrá quitarme eso, porque no lo permitiré.Estoy a punto de salir de casa, pero escucho mi c
A las dos de la tarde abro la puerta del copiloto del auto de Kyle, mi mejor amigo y jefe y en cuanto me coloco el cinturón de seguridad, arranca.Por el camino no hablamos, pero no porque nos llevemos mal, sino porque esto es parte de la rutina de Kyle. En este momento, mientras su mirada está fija en la carretera y en nada más, se dedica a hacer un repaso mental de las personas que va a visitar y acerca de lo que les va a hablar. Es algo a lo que estoy acostumbrada y a lo que me he adaptado con el tiempo.Respiro hondo, tarareando canciones por lo bajo para asegurarme de no distraerlo.Cuando llegamos a la compañía, no sé por qué presiento que las cosas no saldrán estupendamente, pero intento no proyectar mis pensamientos hacia el exterior, aunque cuando salimos del auto y cruzo mi mirada con la de kyle, sé que está pensando lo mismo que yo.Tres horas después, le sonrío.—¿Ves? La reunión no salió tan mal como pensabas –le digo a Kyle evitando mencionar a propósito el hecho de que
«Vámonos».Las palabras de Kyle se repiten en mi mente demasiadas veces y cuando soy capaz de responder, la voz me tiembla. Soy incapaz de creer lo que está ocurriendo aunque lo tenga en frente.—No puedes estar hablando en serio.—¡¿Y qué pretendes hacer?!—Debemos… debemos llevarla.—No —ríe como en un acto reflejo para disimular que se está poniendo nervioso—. Escucha, no. Tengo una compañía que dirigir y yo… —lo veo pasarse las manos por el rostro y sé que esta situación lo supera. No es para menos. Yo también me siento impactada y un tanto asustada por esto, pero mi primera reacción no es huir—. Shirley…—¡¿No estás viendo lo mismo que yo?!—¡Por supuesto que lo estoy viendo! —grita mientras se lleva las manos a la cabeza—. Mira, tomaremos… eso y lo llevaremos al ¡no, no, no, no, no lo toques!—¡No voy a dejarla ahí! –me quejo.—Santo Dios, no sabes si está enferma o… o tiene una bomba dentro.—¡Es una bebé! –le grito con el ceño fruncido mientras me pongo de pie.—Sí, en una car
Creo que he hecho muchas cosas estúpidas en mi vida, es decir, cualquier persona ha hecho cosas estúpidas, pero cuando veo a mi mejor amigo salir con una bolsa de pañales, un biberón y algunas fórmulas, por primera vez me siento incómoda con algo que he hecho.—No tenías que comparar tantas cosas –murmuro cuando entra al auto.—Va a necesitar algo que ponerse y que comer cuando la entregues. Es más de lo que algunas personas llevan, pero me parece un mínimo de respeto por un ser humano.Acomodo las cosas en el asiento trasero del auto. He tenido que moverme aquí para empezar a cambiarla. Habría ido yo a comprar todo, pero él no quería quedarse con la niña, así que no tuve más opción que aceptar que él se encargara.—No sé por qué te refieres a ella como adulta –murmuro, intentando iniciar algún tipo de conversación, el que sea.—Porque es una persona. En menor escala, pero persona al fin y al cabo.No está molesto, pero sí un tanto incómodo, así que decido que iniciar una conversación
No le gusta mi respuesta. Lo sé por la manera en que respira hondo y se lleva las manos a las caderas.Siempre me ha apoyado en todas y cada una de las locuras que quisiera cometer, me ha aconsejado desde que lo conozco y ha estado ahí en cada momento que lo he necesitado, por eso entiendo que quiera protegerme de lo que considera una estupidez, pero también debe saber que algunas cosas solo… suceden. Sin importar cuánto aconsejes a alguien al final es esa persona hará lo que le plazca.—¿Estás segura de esto? –pregunta en voz baja, pero levanta las manos antes de que pueda siquiera abrir la boca—. Mejor no me contestes ahora –suspira—. Mañana nos veremos y me dirás… me dirás lo que piensas de esto. Solo piensa la situación y comunícame tu decisión. Sabes que puedes contar conmigo en lo que sea que necesites, ¿verdad?Las lágrimas llegan a mis ojos, pero no me permito derramarlas.—Lo sé, gracias por eso.Da un leve asentimiento y sé que no quiere marcharse, pero tampoco es como que t
Cuando el auto se detiene, siento mis piernas volverse de gelatina. Era mucho más fácil pensar en enfrentarse a la gente del hospital cuando estaba en la seguridad del auto y el hospital no estaba a la vista. Ahora que estamos en el parqueo me quedo mirando la puerta de emergencias como si en cualquier momento fuer a salir alguien y a arrancarme la bebé de mis brazos. —No podemos quedarnos aquí todo el día, hay que entrar —la voz de Kyle me provoca un escalofrío que no puedo ignorar. Todo dentro de mí se encuentra en una lucha espantosa. Sus anteriores palabras entran en mí con brusquedad, como si todo lo malo que quise ignorar mientras sostenía a la bebé, desapareciera. —Tengo miedo –digo en voz baja. —No debes preocuparte. Sí, será duro, pero… —¿Y si no me dejan explicarme? –pregunto abrazando a la bebé más cerca de mi pecho—. ¿Qué pasa si me ven llegar y de inmediato deciden que soy culpable y llaman a la policía y…? Lo siento colocar una mano sobre mi rodilla y de inmediato m
—Tranquila –susurra Kyle a mi lado mientras coloca una mano sobre mi hombro.—Creen… creen que yo…—No importa lo que crean –me interrumpe—. Importa lo que digas y cómo lo digas. Tú y yo sabemos lo que ocurrió y eso es más que suficiente.Cómo quisiera que sus palabras fueran un verdadero alivio. Intento respirar hondo y tranquilizarme. Si algo es cierto, es que no es el primer instinto de nadie permitir que una extraña se quede con un bebé que dijo haberse encontrado en la carretera. Ahora que tengo la mente un poco más despejada —o tan despejada como se puede tener cuando estás en un hospital y a punto de ser enjuiciada por la ley—, es que actué como alguien que acaba de robarse algo y su primer instinto es esconderlo. En este momento no puedo culparlos por pensar mal de mí porque mi conducta no fue precisamente lo que se espera de alguien en mi situación, pero que Dios me libre si tuve alguna otra intensión que no fuera proteger a esa niña.De acuerdo, ahora puede que esté sobre pe