El chico desaparece de mi vista y yo, suspiro, ha entrado a su casa, por lo que creo que mejor sigo leyendo mi libro. Sin embargo, no logro concentrarme, ni siquiera la continuación de esa escena tan caliente y tórrida logra atraer mi atención, me doy cuenta de que he leído la misma línea más de tres veces y que mis ojos no paran de mirar hacia el otro balcón, esperando que el hombre guapo vuelva a salir.
Una hora después, y sin haber avanzado absolutamente nada en mi lectura, entro a mi casa un poco triste y decepcionada por no haber vuelto a ver a semejante belleza.
A la mañana siguiente, me detengo en la ventana de la cocina con una tasa de café en mis manos, desde este punto, puedo observar hacia el apartamento del hombre y aunque no puedo verlo muy bien como desde mi terraza, sé que mi día comenzaría genial si pudiera echarle un vistazo.
Mi corazón se acelera cuando lo veo salir a su balcón con una tasa en sus manos. Levanta su cara como si estuviera saludando al sol y yo suspiro al imaginarlo abrazándome por la espalda mientras dejamos que los rayos del sol nos acaricien y que él me salude a mí de una manera un poco más explícita ¡Empiezo a estar como una cabra! Terminaré pagando un psicoanalista.
— Debo estarme volviendo loca, tengo que buscarme una vida — Susurro antes de dejar la taza.
Salgo de mi apartamento, debo trabajar y ni Lorenzo o un desconocido por más guapo que sea van a interferir con mis responsabilidades.
Sin embargo, hubiese preferido encontrarme con el imbécil de Lorenzo y su flamante esposa en otro momento y no ahora que voy llegando a la oficina y mi mente sigue envuelta en la nebulosa del desconocido.
Me hago la remolona y espero a que sigan su camino, pero como me ha pasado últimamente, no cuento con mucha suerte y aunque la flamante esposa se ha marchado por el pasillo, Lorenzo continúa hablando con la recepcionista.
— Buenos días, señorita Bellerose — Observo a la recepcionista con ganas de estrangularla, algunas veces paso por su lado y ni se entera, y precisamente hoy, le ha dado por observarlo todo y saludarme como nunca.
— Zoa, pensé que no te vería pronto — El idiota de Lorenzo, que para mi desdicha está mucho más apuesto que antes, se acerca a mí y me deja un beso en cada mejilla ¡Es tan francés!
— Hola, Lorenzo. Bienvenido a nuestra empresa, no entiendo tu comentario, porque, por el contrario, era yo la que pensaba que no volvería a verte por acá, ya sabes, Londres es magnífico — No voy a dejarlo pisotearme, ya hizo lo suficiente hace tres años.
— Supuse que estabas huyendo — Levanto una ceja y sonrío.
— ¿Y cuál sería el motivo? O ¿de quién huiría?, este es mi lugar y aquí me voy a quedar — Quiero que se marche y se lleve de paso a su flamante esposa.
— Ya veo que estás en modo de pelea, no quiero discutir contigo, por el contrario, quiero que trabajemos en armonía — Me dice el muy cínico con una gran sonrisa condescendiente.
— A mí no me interesa trabajar ni contigo, ni con tu esposa, y a tu dichosa armonía puedes pasártela por la tangente — No digo algo más fuerte, porque la tonta de la recepcionista está, que no se pierde ni una coma y sobre todo, soy una dama y la jefa.
Me llevo las manos a las caderas y siento como sus ojos descienden por mi cuerpo ¡El muy pervertido!
— Zoa, tienes que pasar la página, han pasado tres años, no deberías seguir ni enojada, ni enamorada de mí, en la vida hay que avanzar — ¡Será idiota!
— ¿Avanzar dices? No sé cómo haces para dormir tranquilamente con lo sucia que debes tener tu consciencia — Replico bastante indignada — Por supuesto que he dejado todo atrás. Pero lo que no voy a hacer es permitir que regreses y hagas como si nada malo hubiese pasado, te burlaste de mí, me dañaste en lo más profundo de mi ser y a pesar de que para mí no eres importante, no voy a quedarme tranquila hasta que te haga pagar por todo lo que hiciste — Miro a mi alrededor al darme cuenta de que he levantado la voz y la recepcionista y los empleados que se encuentran a nuestro alrededor nos observan.
— ¿Y dices que no sigues enamorada de mí? — Tengo tanta furia, que la sensación de ahogarme con mi respiración se apodera de mi ser, debo calmarme.
— Nunca me han interesado los cobardes, tal vez cometí un pequeño error de cálculo, eso es normal cuando no se tiene experiencia, pero lo bueno de avanzar en la vida, es que descubres que lo único que hiciste fue perder el tiempo — Me acerco a él, mientras en mi mente la imagen de mi vecino desconocido se hace presente — Solo los cobardes, que no saben para qué sirve lo que Dios les ha dado actúan como lo hiciste tú — Miro rápidamente hacia su entrepierna y sonrío antes de continuar — No te preocupes querido, no estoy interesada en ti, lo único que me mueve y no me permite perdonarte tan fácilmente es lo vengativa que soy — Me acerco un poco más para poder hacerme escuchar claramente — Si pudiera, te rompería el cuello en este preciso momento, pero no voy a convertirme en una asesina por alguien que lo tiene tan pequeño — Le regalo la mejor de mis sonrisas y doy un paso atrás.
— Estás loca, no tienes ni idea de lo que dices — Me responde mirándome fijamente a los ojos.
— En mi opinión, eras tú el que no sabía lo que tenía esa noche, ni lo poco que tiene ahora y lo peor de todo, es que no tienes ni idea de cómo utilizarlo — Me vuelvo a acercar y le hablo al oído — Si lo deseas, puedo presentarte a alguien que puede ayudarte; porque si en estos tres años no has mejorado, no le auguro mucho tiempo a tu matrimonio — Le guiño un ojo, miro distraída el rojo del esmalte de mis uñas y me alejo con una increíble sonrisa en mis labios y de paso, me felicito internamente por haber descolocado a un tipo tan egocéntrico y narcisista como Lorenzo — Ha sido un gusto volver a verte Lorenzo, espero que no sea por mucho tiempo — Me dirijo hacia el pasillo, observando a todos los colaboradores de la empresa de mi padre.
¡Qué feliz me siento! Miro a su joven y flamante esposa pasar por mi lado. Pobrecita, no sabe en lo que se ha metido.
Dos semanas antesTravisNo entiendo por qué permiten que todo el mundo conduzca, estoy seguro de que esta chica ha pagado por su licencia de conducir o se la ha sacado en otro país, porque es realmente desesperante. Llevo una semana encontrándomela en el mismo semáforo y siempre tiene la música a todo volumen y se le escucha cantar como a una adolescente; el problema es que me desconcentra con su voz chillona. Se me ocurrió mirarla por mi espejo retrovisor y se la pasa bailando y sin poner freno de mano; por lo que mantengo con el constante temor de que me choque el auto por atrás. Porque, al parecer, no sabe que existe un espacio reglamentario entre un auto y otro y con tanto baile, podría deslizar su pie del freno sin pensarlo y el único que saldría perdiendo sería yo, sobre todo si interrumpe mi rutina y me hace perder tiempo.Lo que descubrí igualmente es que es realmente hermosa, aunque eso no es importante ni transcendente, tiene un largo cabello castaño rojizo y una piel bro
Antes de poder comenzar la lectura, mi teléfono suena y me dirijo al interior del apartamento para buscarlo.— Devereux — Contesto sin fijarme en la persona que llama, necesito dejar de pensar en la pelirroja.— Travis, cariño. He pensado que necesitabas de unas horas para reflexionar sobre nuestra relación, espero que hayas recapacitado — Alejo el teléfono de mi oído y vuelvo a caminar hacia la terraza, impresionado por las palabras de Amandine ¿Esta mujer no tiene orgullo? — Amandine, no necesito reflexionar sobre absolutamente nada, que pases buena noche — Cuelgo de inmediato. Para muchos puedo parecer grosero, pero ya he soportado demasiado y mi paciencia tiene un límite.Vuelvo a la terraza y tomo el libro entre mis manos. Sin embargo, no puedo concentrarme y no logro avanzar ¡Maldita su estampa! Observo como la chica se pone de pie e inclina un poco la cabeza, como si quisiera ver mucho más de cerca lo que sea que esté mirando, o como si quisiera escuchar algo.Con lo que he o
YO EN MODO… ¡TRÁGAME TIERRA!Dos semanas antes— Lila en serio, no tengo tiempo, debo volver a casa — Llevo los últimos cuatro días llegando temprano a casa para poder mirar al hombre misterioso, que se sienta en las noches con una copa y un cigarrillo. Cada día mi curiosidad aumenta mucho más, tanto, que el pasado domingo vagué durante una media hora en mi auto intentando encontrar el edificio en el que vive. Sin embargo, no soy muy buena para ubicarme y terminé abortando la misión al no ver ningún edificio que se le pareciera. Sé que tal vez he empezado a perder la razón, porque ni siquiera el imbécil de Lorenzo ha logrado alterarme como lo hace el hombre del balcón y a esta instancia, me he olvidado de mi venganza contra él. Que haga lo que quiera con su flamante esposa ¡Me tiene sin cuidado! Ayer, mientras observaba detenidamente hacia la casa de mi guapo moreno, por fin lo vi salir unos cuarenta minutos después, cuando había perdido toda la esperanza de verlo. Su cabello sin
— ¿De qué vecino estás hablando? — ¡Ay, no! — De ninguno, no me prestes atención, hablo de un vecino cualquiera, tener sexo con cualquiera — Corrijo rápidamente. — ¿Y no es eso lo que has estado haciendo en los últimos tres años? — Empiezo a toser, siento que voy a morir ahogada en cualquier segundo — Zoa ¿Estás bien? ¿Qué diablos te pasa últimamente? — Las bebidas llegan y yo me tomo la margarita de Lila de un solo trago, dejándola con mi soda con limón. — Lila, no he tenido sexo con nadie después de Lorenzo — Lila abre los ojos desmesuradamente. — ¿Estás hablando en serio? — Pienso en mi vecino y doy por terminada esta velada que hasta el momento es una de las más incómodas de mi vida. — Me tengo que ir — Tomo mi bolso y sin darle tiempo a Lila, me alejo de la mesa. Mientras camino un poco acelerada, por el rabillo del ojo, tengo la impresión de ver al hombre que casi me lesiona el hombro, me dan unas ganas inmensas de volver y golpearlo, pero de inmediato veo a Lila acercándo
Capítulo 4: … SolosYO EN MODO… ¡MUERTA DE CELOS!Dejo la tasa en una mesa y no me detengo a comprobar si él puede verme desde su balcón, entro al interior de mi apartamento y me recuesto contra la puerta‐ventana, cierro los ojos y mientras mi corazón se tranquiliza, las imágenes del vecino y la mujer copulando vuelven a mi mente.Mis manos se mueven inquietas por mi cuerpo y la necesidad de calmar mi deseo se convierte en una prioridad, llevo mis manos a mi centro y las muevo con tal intensidad que cada central nerviosa reacciona. Me imagino en ese balcón, ocupando el lugar de la mujer y con el vecino haciéndome perder el sentido por completo, muevo mis dedos mucho más rápido, mi cabeza golpea contra la puerta-ventana y grito al liberar mi cuerpo de toda la tensión. Abro los ojos y vuelvo a cerrarlos al comprobar que estoy sola, que nadie me acompaña y que posiblemente nunca viviré una experiencia como la de la mujer del balcón.Un pensamiento loco llega hasta mi mente ¿Qué hubiese p
Él y yo siempre hemos tenido un vínculo muy estrecho que nunca pude desarrollar con mi madre, aunque teniendo en cuenta que ella se fue de casa con otro hombre y que crecí con mi padre, visitándola algunos fines de semana, no es de extrañar que lo prefiera a él sobre todas las cosas. — Vale, Lo he entendido. Entonces, tienes una semana para presentar una propuesta, te he dejado toda la información con Lila, revísala bien y si tienes alguna duda, pregúntame — Sonrío a mi padre como un angelito, mientras pienso que una semana es muy poco tiempo para conseguir hacer una buena presentación y que tendré que trabajar horas extras y no veré a mi vecino o lo veré muy poco. — Me voy, entonces. Al parecer tengo mucho trabajo — Hago un gesto militar y comienzo a salir del despacho de mi padre. — ¡Zoa! — Me vuelvo hacia él — Olvidé decirte, que la decisión no la toma solo el señor Devereux y al parecer esperan una presentación perfecta — Vuelvo a hacer un gesto dando a entender que todo está b
TravisHoy no estoy de humor, la bolsa de valores empieza a derrumbarse y los inversores están nerviosos y después de perder el tiempo ayer esperando a la señorita Bellerose, no tengo muchas ganas de aguantar las tonterías de la pelirroja en el semáforo, a pesar de que se ha convertido en mi pasatiempo favorito. Anoche me acosté un poco tarde, intenté descubrir lo que hacía la chica del semáforo contra la puerta ventana de su terraza, entró de un momento a otro, deprisa y a pesar de que siguió vestida y estaba un poco más lejos, podía verla y podría jurar que estaba tocándose. Por lo que no pude dormir pensando en ella y en lo que hubiera dado por observar su cara mientras se daba placer y llegaba al orgasmo. Así que voy tarde y como no, casualmente la pelirroja también y vuelve a pegarse a mi coche, su música a todo volumen comienza a taladrar mi cabeza, soy el primero en el semáforo y como si un duendecito se apoderara de mí, no me muevo cuando este cambia a verde. Porque antes de
Me dirijo a mi habitación y me desvisto rápidamente, me meto en la ducha fría y apoyo mis manos contra la pared, dejando que el agua golpee mi cabeza y descienda por todo mi cuerpo, necesito relajarme, sin embargo, no logro quitarme la imagen de la chica dándose placer ¿En qué o en quien estaría pensando? Estoy seguro de que no era consciente de donde estaba hasta que se levantó avergonzada, lo que quiere decir que no es una exhibicionista.Tengo que dejar de pensar en ella o esto no va a funcionar, la imagen de sus labios entre abiertos y el movimiento de su cuerpo respondiendo al placer que se estaba dando, no permiten que mi cuerpo se relaje. — ¡Joder! — Llevo mi mano a mi pene y cierro los ojos, mientras en mi mente la cara de la chica llena de placer me llevan a tener el orgasmo más rápido de mi vida, es que ni cuando era adolescente me pasó algo así. Observo mi mano sosteniendo mi protuberancia que comienza a volver a su estado natural, mi cuerpo continúa estremeciéndose mient