TravisHoy no estoy de humor, la bolsa de valores empieza a derrumbarse y los inversores están nerviosos y después de perder el tiempo ayer esperando a la señorita Bellerose, no tengo muchas ganas de aguantar las tonterías de la pelirroja en el semáforo, a pesar de que se ha convertido en mi pasatiempo favorito. Anoche me acosté un poco tarde, intenté descubrir lo que hacía la chica del semáforo contra la puerta ventana de su terraza, entró de un momento a otro, deprisa y a pesar de que siguió vestida y estaba un poco más lejos, podía verla y podría jurar que estaba tocándose. Por lo que no pude dormir pensando en ella y en lo que hubiera dado por observar su cara mientras se daba placer y llegaba al orgasmo. Así que voy tarde y como no, casualmente la pelirroja también y vuelve a pegarse a mi coche, su música a todo volumen comienza a taladrar mi cabeza, soy el primero en el semáforo y como si un duendecito se apoderara de mí, no me muevo cuando este cambia a verde. Porque antes de
Me dirijo a mi habitación y me desvisto rápidamente, me meto en la ducha fría y apoyo mis manos contra la pared, dejando que el agua golpee mi cabeza y descienda por todo mi cuerpo, necesito relajarme, sin embargo, no logro quitarme la imagen de la chica dándose placer ¿En qué o en quien estaría pensando? Estoy seguro de que no era consciente de donde estaba hasta que se levantó avergonzada, lo que quiere decir que no es una exhibicionista.Tengo que dejar de pensar en ella o esto no va a funcionar, la imagen de sus labios entre abiertos y el movimiento de su cuerpo respondiendo al placer que se estaba dando, no permiten que mi cuerpo se relaje. — ¡Joder! — Llevo mi mano a mi pene y cierro los ojos, mientras en mi mente la cara de la chica llena de placer me llevan a tener el orgasmo más rápido de mi vida, es que ni cuando era adolescente me pasó algo así. Observo mi mano sosteniendo mi protuberancia que comienza a volver a su estado natural, mi cuerpo continúa estremeciéndose mient
YO EN MODO... ¡DESESPERADA!En la actualidad— Hola, ¿Cómo se siente? — Escucho el ruido de la sirena y siento que mi cuerpo se encuentra en movimiento, pero estoy segura de que estoy acostada y en una ambulancia. Intento levantarme y el joven bombero, que además está increíblemente guapo, no me permite hacerlo. — Tranquila, llegaremos pronto — Me dice y mi corazón empieza a latir con fuerza. ¿Vamos a un hospital? Odio los hospitales, siempre lo he hecho, es una especie de fobia sin sentido que mis padres nunca se lograron explicar. Aunque yo podría jurar que se debe al hecho de que nunca tuvieran tiempo para llevarme y que el médico siempre viniera a casa, hasta que un día me hice una herida en la rodilla en el colegio y fui llevada al hospital. La experiencia me pareció tan horrible que siempre siento mucha ansiedad y palpitaciones cuando debo ir a uno. — Estoy bien, quiero irme a casa, por favor no me lleve a un hospital — Le digo un poco desesperada al chico bombero.— Se ha d
Me ha empezado a doler la cabeza de solo verla, aunque estoy segura de que pronto no estará más en la vida de mi vecino, porque lo máximo que lo he visto con la misma mujer, ha sido dos veces.— Es difícil cuando no puedes cumplir con los estándares de alguien ¿Verdad? — Me quedo mirando al idiota del rubio ¿Cómo se le ocurre decirme eso? — Dame el documento — Le digo con los dientes apretados, tomo el documento que me entrega, observo el croquis que han hecho del accidente y mis ojos se concentran en los datos del tercer implicado en el accidente.— Aramis Lennox — Susurro ¡Qué nombre tan hermoso y masculino!— Vale, firma el documento y lárgate, ya me has hecho perder bastante tiempo, niña rica — Levanto mi mirada cargada de furia e indignación ¿Quién se cree este imbécil para tratarme de esta manera?— Un momento, imbécil. No entiendo por qué te has quedado y has perdido tu tiempo, cuando estoy segurísima de que puedes pagar los arreglos de tu auto y hasta comprarte uno nuevo con
YO EN MODO… ¡VOY A MATARLO!Leo el mensaje de Lila y miro mi reloj, no hay nada más que hacer, mi padre va a despedirme, eso sería muy gracioso, ya me imagino los titulares de las revistas financieras: «La heredera del imperio publicitario Bellerose ha sido despedida por su padre, después de ser responsable de la perdida de una cuenta, al parecer, muy importante»— Señorita, hemos llegado — Salgo de mis cavilaciones al escuchar al taxista, pago y me dirijo a mi zona de tortura, estoy segura de que mi padre va a matarme. — Zoa, gracias a Dios que estás aquí, porque tu padre está que hecha chispas — Miro a Lila y me giro hacia una de las paredes de mi escritorio y empiezo a golpear mi cabeza contra esta — ¿Pero qué haces loca? — Me detengo abruptamente. — Lila, te estás pasando — Susurro y me llevo la mano a la frente, duele bastante, casi igual a como me ha dolido mi corazoncito mientras veía a mi Aramis irse en los bra
— ¿Qué? Tienes que escucharme, no puedes firmar con ellos, me has traído para qué te aconsejará, pues he aquí mi puto consejo, no puedes trabajar con esta mujer, sé que te encantan las caras bonitas, pero eso no es suficiente — Esto es increíble, el muy idiota ahora está insultándome olímpicamente. — Por lo menos no soy rubia — respondo llena de ira. — Por supuesto, niñata, que tendrías que ser una chica prepotente, insultas a las mujeres — ¡Voy a matarlo!— Lo de rubia lo he dicho por ti, imbécil, — Lo empujo con fuerza — No necesito de tu opinión o tu aprobación para demostrar lo buena que soy en mi trabajo — Me vuelvo hacia mi padre, pero antes de que pueda hablar, siento como una mano tira de mi brazo. — No vas a faltarme al respeto de esta manera, niñata — Nuestros cuerpos se aproximan y siento unas ganas inmensas de besarlo, ¿Qué me pasa?Siento como desliza suavemente su mano por mi espalda, hasta detenerse en mi cintura. Mi corazón late con fuerza y de un momento a otro, mi
YO EN MODO: ¡OMG!— Te acepto la cena — Le respondo mientras escucho como mis neuronas comienzan a fundirse una después de la otra.— Incluye desayuno, no lo olvides — Susurra mirándome a los ojos y solo pienso en desvestirme lo más deprisa posible ¡Stop!— Seguro podemos dejarlo para otro día — Le sostengo la mirada, me muero por decirle que me encantan las fresas con crema en la mañana y el chocolate caliente. Es que, como me siento en este momento, podría hasta ir a hacerle la compra yo misma. — Cómo quieras, cocino muy bien, tanto, que estoy seguro de que gritarías de la emoción y por supuesto, gritar siempre está permitido, libera emociones reprimidas — Entrecierro mis ojos ¡Acabo de fundirme y de queso no tengo nada! Sé que no está hablando del desayuno, pero estoy impresionada por la manera en la que me ha envuelto con sus palabras. — Es probable que grite de la emoción, o tal vez no, en realidad no me gusta tener emociones reprimidas — Me inclino un poco y acerco mis labios
— Pero no ahora, no mañana— Al instante, estoy siendo recostada contra el mueble y su cuerpo se presiona contra el mío, sus labios toman los míos de manera apasionada, me dejo besar durante algunos segundos, para luego responderle de la misma forma.Su mano se desliza por mis piernas, su boca acaricia mi cuello, para volver a la mía y continuar besándome.— No tienes necesidad de desayunar, puedo esperar por ese momento— Sé que quiere que lo hagamos aquí y ahora y yo muero por hacerlo de igual manera, pero eso solo va a convertirme en una más y lo más probable es que no vuelva a verlo, bueno, no de esta forma.He comprendido que no quiere estar con nadie, pero si llegamos a tener sexo, quiero que nunca lo olvide, que no me olvide entre tantas mujeres.— Tengo que irme— Susurro contra sus labios e intento terminar el beso.