—Señor. —Roy lo interrumpió al instante. —Fui yo quien insistió para que la señorita Magdoga subiera a verlo. La señorita estaba muy exaltada y humillando a todos en el camino y, por lo tanto, tomé la decisión yo. —Einar miró a la recepcionista y después a la mujer avergonzada y de color rojo chillón frente a él.—Sácala de aquí y pon sobre aviso a todos lo de seguridad, que no la dejen pasar de la puerta si se presenta a mi edificio nuevamente. —Sin más inició a caminar al ascensor dejando a los inversionistas dentro de la sala.—Señores, la junta se terminó. —Avisó Roy. —Señorita... —Con una enorme sonrisa le mostró el camino a Bellavel. —Oh... no... no... usted debe bajar por las escaleras. La escolto. —Bellavel lo miró atónita.—¿Te has fijado en mis zapatos? Son demasiados altos como para bajar por las escaleras. —Roy se encogió de hombros.—Usted es una mujer superior, lo puede todo. —Los ojos llorosos de la mujer le hicieron sentir mal. No le gusta ver sufrir a las mujeres y men
Fin de semana... un día donde todo el mundo debería estar feliz, Engla y Nancy están tristes, frustradas y con mucho resentimiento.Dos semanas siendo víctimas de la mirada gélida, fulminante y poco amable de Einar. Ser víctima de la indiferencia de ese hombre es lo más duro que puede haber para alguien, pero de alguna manera los papeles se cambian y es él quien queda perdedor de su propio juego. Agradecido por tener que viajar, vio el castigo perfecto. Dejarlas solas y encerradas. Risas, travesuras y mucha inocencia, eso se ha vuelto la oscura y silenciosa mansión. Engla de alguna manera le da luz a ese hogar y nadie más que Nancy agradece tenerla junto a ella.Engla ha aprendido cosas nuevas todos los días y Nancy, cómo la lianta que es, se ocupó de mostrarle todo lo malo. Engla en su inocencia, hace las cosas para bien, pero eso a Einar le parece todo menos bien.El silencio en el comedor es sepulcral, Einar mira a esas dos con ganas de gritar, tirarse al piso y rogarle a Dios que
El camino fue silencioso, Roy se limitó a mirarlo por el retrovisor. Jamás lo había visto tan perturbado, a Einar Dankworth nada lo saca de sus casillas, nada es tan importante como para tener una reacción así de él. La única que lo logra es Nancy y jamás ha llegado a ese nivel.Una sonrisa se dibujó en los labios de Roy. ¿Será posible qué...? Negó, es algo irreal y poco probable. Sacudió esos pensamientos y pensó en otra cosa, aunque en su interior la verdad es sabida. El reciente tic de Einar llamó fuertemente su atención, ¿Por qué lame sus labios sin parar y parece disfrutarlo? Se preguntó curioso. En el hotel exclusivo, todos los de seguridad se ocuparon de cubrir el lugar. Nadie podía acercarse al jefe, las mejores mujeres estaban esperando en la suite y todos los empleados estaban listos para atender al dueño de sus vidas. Algunos listos para ser golpeados, otros para ser despedidos y otros para ser insultados por Dankworth.Al entrar, Roy, como el hombre de confianza que es, c
Engla acarició la piel de sus glúteos y gimió al sentir dolor. ¿Cómo puede una persona ser tan cruel? ¿Qué ha hecho ella para merecer aquel trato? ¿Por qué ese hombre insiste en tenerla ahí encerrada? Giró boca arriba por la incomodidad entre sus piernas. Al sentir su vestido destrozado decidió levantarse para ir a cambiárselo. La sensación de calor en su cuerpo, sus pezones duros, su entrepierna húmeda y cosquillando la hizo detener. ¿Qué le ha hecho ese hombre? ¿Por qué su cuerpo está tan extraño? Y lo más importante, ¿Por qué pasó su lengua por ese lugar de su cuerpo que nadie ha visto y tocado además de ella? Confundida y absorta en sus pensamientos entró al baño y después de quitarse el vestido se miró al espejo y frunció el ceño al ver el color de su piel. Sus mejillas están sonrojadas, la piel de su cuerpo rojiza y por algún motivo su respiración es algo pesada. Sus pezones están hinchados como nunca antes y su parte prohibida envía corrientazos a través de su estómago provoc
—¿No te quiso hablar, cierto? —Einar no se movió, pero sus ojos como nunca se movieron por una fracción de segundo y eso fue suficiente para dejarlo en evidencia. Nancy dibujó una enorme sonrisa en sus labios. —He vivido contigo por veinte años, te conozco más que nadie en el mundo... te he visto hacer cosas infames, te he visto derrotar a grandes empresarios, a personas peligrosas. Te he visto pasar por un lado y matar de miedo a todos los presentes... He visto que con solo una mirada sin necesidad de hablar obtienes lo que quieres, y nunca en mi vida pensé verte aquí, en mi habitación pidiéndome ayuda para controlar a una chica de diecinueve años, con una inocencia de un niño y un corazón tan bondadoso que hace cualquier cosa que le pidas. —Einar se tensó a tal punto que dejó de respirar. —¿Qué sucede, demonio? ¿Acaso no puedes con un ser tan puro como ese? ¿O es que simplemente estás sintiendo cosas que juraste no sentir nunca? —Einar dio media vuelta. —Las quiero abajo en veinte
Los días para Einar han sido bastante tranquilos. Al parecer llevar a las chicas de compras le ha dado su recompensa, ambas parecen estar más tranquilas y con menos ganas de volverlo loco.Para Engla desde que salió al mundo lo está viendo todo de manera distinta. Su curiosidad aumentó muchísimo y las ganas de saberlo todo le pueden siempre así llevando al extremo a Einar por sus peticiones.Nancy, por otro lado, le enseña a Engla todo lo que puede a escondidas de Einar, no es buena influencia la verdad y desde que salieron de casa, Engla parece haber despertado un poco. —Einar, buenos días. —Nancy se asomó en su habitación y al no verlo entró. —Ya me voy, hoy debo quedarme un poco más. Necesito terminar con mi proyecto de arquitectura. —Einar apagó la ducha y maldij0, odi4 que se quede más tiempo de lo debido en la universidad.—Llamaré y me aseguraré de que sea cierto. No quiero que tardes más de lo debido. Terminas de hacer el proyecto y vuelves a casa, ¿Entendido? —Nancy inició a
—Ya no quiero sentirme así, por favor... ya no quiero. —Sus lágrimas fastidiaron a Einar, ¿Por qué solo no se deja llevar de una vez por todas? ¿Por qué tiene él que tener tanta paciencia con ella? ¿Por qué caraj0s no puede follársela y ya está?—Dame un beso. —Pidió asombrándose así mismo por su petición.—¿Dónde te lo di antes? —Preguntó Engla con inocencia.—No, en la boca. —Le aclaró pasando saliva. Besarla en la boca es un placer que solo disfruta con ella, saber que ella es pura y solo le pertenece a él lo lleva a atreverse a hacer cosas que nunca antes ha hecho con una mujer y a permitirle cosas que jamás le permitiría a nadie. —¿Así te ayudaré y de esa manera no me sentiré así? —Einar no apartó la mirada de sus ojos, en ese momento le está pareciendo fascinante su inocencia.—Sí, de esa manera nos sentiremos mejor. —Engla con un poco de cautela acercó sus labios a los de Einar y lo besó justo como él lo hace cuando la besa a ella.Einar disfrutó aquel torpe e inexperto beso.
Su piel tan suave, su olor dulce, sus jadeos tan jodidamente ardientes. Sus gemidos cuando toca, huele o prueba su sexo son lo mejor que ha escuchado o sentido en la vida. Su respiración agitada por la excitación aun cuando está dormida, sus movimientos inconscientes de caderas. Sus labios siguiendo los besos aun cuando sus ojos están cerrados y su cuerpo dormido... es tan... tan... —¡Mierd4! —Gruñó por la frustración, siempre que se mete a su habitación debe ser muy cuidadoso para no despertarla y últimamente se tiene que masturbar más veces de las que son permitidas por él y eso solo lo cabrea más. Está cansado de tener cuidado, está harto de desearla con esa urgencia. —Maldit4 sea, Engla. ¿Qué coñ0 haces? —Se preguntó así mismo rabiando por lo pronto que se corrió en su boca y lo morboso que fue sentir sus deliciosas, pero accidentales caricias. Cabreado con él mismo por no poder controlarse cuando se trata de pensar en esa salvaje chica. Se metió al baño y bajó sus pantalones t